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El Constitucional alemán respalda el plan de compra de bonos con el que Draghi salvó al euro

El programa, planteado en plena crisis de la deuda en 2012, contemplaba la compra de títulos de Estados en crisis, como entonces era España, de manera ilimitada. Nunca  llegó a aplicarse, pero su sólo anuncio tranquilizó los mercados

Vista de la sala del Tribunal Constitucional alemán durante la sesión en la que se ha comunicado el fallo sobre la demanda por el programa de compra de deuda del BCE. REUTERS/Ralph Orlowski

AGENCIAS

FRÁNCFORT.- El Tribunal Constitucional alemán ha rechazado este martes un recurso contra el esquema de compra de bonos de emergencia del Banco Central Europeo, respaldando este mecanismo de lucha contra la crisis que nunca se ha utilizado. Concebido durante el apogeo de la crisis de deuda europea, el programa de Transacciones Monetarias Directas (Outright Monetary Transactions, u OMT) se puso en marcha en el verano de 2012 como parte de una promesa del presidente del BCE, Mario Draghi, de hacer "lo que sea necesario" para preservar el euro en plena crisis de la deuda y con la prima de riesgo española en máximos históricos, otorgando amplios poderes al banco para comprar deuda de sus miembros en apuros financieros.

El Constitucional alemán  considera que el OMT, al considerar que no excede "manifiestamente" el mandato del BCE y no "deteriora" la responsabilidad presupuestaria del Parlamento Federal Alemán (Bundestag). Así, el tribunal indica que el programa de compra ilimitada de bonos es compatible con la legislación de la Unión Europea (UE), aunque advirtió de que su puesta en práctica sólo es legítima bajo determinadas condiciones.

"La decisión política del programa OMT no excede manifiestamente las competencias atribuidas al BCE", incica el Tribunal en un comunicado, en el que añade que, si se interpreta de acuerdo al fallo de la Corte de Justicia, el programa no representa "amenazas constitucionales" sobre la capacidad del Bundestag para elaborar los presupuestos.

El OMT, anunciado en 2012, contempla la compra de bonos de Estados en crisis de manera ilimitada para que esos países mantengan su solvencia. Aunque el OMT nunca ha llegado a aplicarse su sólo anuncio tranquilizó los mercados.

Curiosamente, en febrero de 2014, el propio Constitucional alemán remitió al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) las cuestiones referidas al OMT, para que este órgano emitiese un dictamen preliminar, al considerar que "existían importantes razones para asumir que excedía el mandato en política monetaria del BCE". Además, indicó que el OMT también podía infringir los poderes de los Estados miembros y, por tanto, violar la prohibición de financiaciíon monetaria de los presupuestos.

El TUE se pronunció a favor del OMT, pero un grupo de 35.000 personas, entre los que se incluyen políticos y académicos, pidieron al Tribunal aleman que lo anulara, argumentando que constituía una forma de financiación ilegal que violaba la legislación alemana.

Los jueces del Constitucional germano, en la explicación de su sentencia sobre el OMT, admiten que siguen teniendo dudas pero que se sienten vinculados a la decisión del Tribunal europeo que implica que la puesta en práctica del programa de compra de deuda tendría que cumplir una serie de condiciones para no lesionar el derecho comunitario.

Los jueces del Tribunal Constitucional, con su presidente, Andreas Vosskuhle, em la sesión sobre el programa  OMT de compra de deuda del BCE. REUTERS/Ralph Orlowski

Los jueces del Tribunal Constitucional, con su presidente, Andreas Vosskuhle, em la sesión sobre el programa OMT de compra de deuda del BCE. REUTERS/Ralph Orlowski

Así, la compra de títulos de un país determinado no puede anunciarse con anterioridad, el volumen tiene que limitarse y entre la emisión de un título y su compra por parte del BCE tiene que pasar un plazo que debe fijarse. Además, sólo se pueden comprar títulos de países que tienen acceso a los mercados para financiarlos y sólo excepcionalmente el BCE puede mantener un título de deuda soberana hasta su vencimiento, y los bonos tienen que volver a ponerse en el mercado cuando la intervención deje de ser necesaria.

En caso de que el OMT llegase a ponerse en práctica, según el TC, el Gobierno y el Parlamento alemán (Bundestag) deberían observar las medidas concretas y en caso necesario deberán reaccionar adecuadamente. Ante todo, el Bundestag debe analizar si una compra de bonos concreta pude llevar en el futuro a riesgos para los presupuestos alemanes.

Jens Spahn (i) conversa con  Peter Gauweiler (d) durante la sesión sobre el programa  OMT de compra de deuda del BCE. REUTERS/Ralph Orlowski

Jens Spahn (i) conversa con Peter Gauweiler (d) durante la sesión sobre el programa OMT de compra de deuda del BCE. REUTERS/Ralph Orlowski

Durante el proceso que llevó a la decisión de este martes declararon, entre otros, el secretario de Finanzas alemán Jens Spahn y el directivo del BCE Yves Mersh quienes explicaron los límites del programa que, según ellos, se atienen a las condiciones fijadas.

Así, por ejemplo, Mersh explicó que el volumen de compra sería de hecho limitado pues sólo se comprarían bonos a corto plazo. Spahn, por su parte, dijo que los riesgos para los presupuestos alemanes sólo tienen que ver con posibles repercusiones sobre las ganancias del Bundesbank. Estas ganancias, según Spahn, sólo son una pequeña parte de los presupuestos alemanes lo que minimiza la queja de los demandantes de que existe una mezcla entre política fiscal y política monetaria.

La sentencia no afecta el actual programa de bonos del BCE, el Quantitative Easing (QE), que está en marcha desde marzo de 2015 y contra el cual hay otros recursos constitucionales.

La sentencia del TC ha generado reacciones encontradas entre los economistas alemanes. El director del instituto IFO de Múnich, Clemens Fuest, criticó la decisión y sostuvo que el OMT persigue claramente un objetivo propio de la política fiscal y no de la política monetaria y que la supervisión que se le encarga al Bundestag y al gobierno para que no se rebasen ciertos límites son como "tigres sin dientes".

El catedrático Lars Feld, miembro del Consejo Asesor de Economistas del Gobierno (los llamados "cinco sabios") en cambio, la calificó de "decisión sabia" que evita una crisis institucional en la Unión Europea y, a la vez, señala límites a la acción de instituciones europeas. 

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