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Dimite el presidente de Volkswagen tras el escándalo por la manipulación de las emisiones de motores diésel

Martin Winterkorn se había negado hasta ahora a abandonar la compañía, que se enfrenta a una multa de 18.000 millones de dólares de la administración estadounidense y millones de denuncias de usuarios de todo el mundo.

Imagen de archivo del pasado abril del 2015 del presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, en Hanover, Alemania. EFE/Julian Stratenschulte

AGENCIAS 

FRÁNCKFORT (ALEMANIA).- El presidente ejecutivo de Volkswagen, Martin Winterkorn, ha dimitido este miércoles tras asumir la "responsabilidad" en la crisis desatada por la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en sus vehículos diésel en EEUU, el peor escándalo en los 78 años de historia de la mayor automotriz del mundo.

"Volkswagen necesita un nuevo comienzo y yo también en lo personal. Estoy despejando el camino para este nuevo comienzo con mi renuncia", dice Winterkorn en un comunicado difundido por la firma automovilista germana.

"Como consejero delegado, acepto la responsabilidad por las irregularidades halladas en los motores diésel y por ello he pedido al consejo de supervisión que apruebe mi cese en las funciones como consejero delegado del grupo Volkswagen", afirma el primer. "Hago esto por el interés de la compañía, a pesar de que no he hecho nada malo", continúa Winterkorn en la nota.

"Hago esto por el interés de la compañía, a pesar de que no he hecho nada malo", asegura Winterkorn

"Me encuentro en estado de shock por los sucesos de los últimos días. Por encima de todo, me siento estupefacto ante la posibilidad de que una mala práctica de esta envergadura sea posible en el Grupo Volkswagen", afirma Winterkorn. "El proceso de aclaración y de transparencia debe continuar. Es la única forma para recuperar la confianza. Estoy convencido de que el Grupo Volkswagen y su equipo superará esta grave crisis", añade.

Foto de archivo del pasado abril del presidente ejecutivo de Volkswagen, Martin Winterkorn, en la feria tecnológica de Hanover. REUTERS/Wolfgang Rattay

El presidente interino del consejo de supervisión de VW, un órgano supervisor típico de las empresas alemanas, Berthold Huber, dijo que Winterkorn, cuyo contrato finalizaba a finales de 2016, no sabía nada de esta manipulación, pero que ha asumido la responsabilidad.

Un comité ejecutivo de cinco miembros había interrogado a Winterkorn, de 68 años, desde la mañana en la sede de la firma en la ciudad alemana de Wolfsburg. La compañía estaba bajo una fuerte presión para tomar una acción decisiva, después de que sus acciones hayan perdido un tercio de su valor desde que comenzó la crisisLa propia canciller Angela Merkel pidió a la automotriz que tomase medidas "lo antes posible" para restaurar la confianza en una compañía, que por generaciones ha sido parte de la imagen de excelencia de la ingeniería alemana.

Fiscales alemanes dijeron el miércoles que estaban realizando una investigación preliminar sobre la manipulación de los resultados de emisiones de vehículos en Volkswagen, mientras que la ministra de Energía francesa, Ségolène Royal, dijo que su país sería "extremadamente severo" si su investigación de la firma arrojaba irregularidades.

Como sustituto se ha barajado el nombre del portavoz de la familia Porsche, Wolfgang Porsche, que es primo de Piëch.

El consejo de supervisión de Volkswagen, compañía en la que el estado federado de Baja Sajonia tiene una participación del 20%, se reunirá de nuevo el viernes para decidir quién será el sustituto de Winterkorn. Como sustituto se ha barajado el nombre del portavoz de la familia Porsche, Wolfgang Porsche, que es primo de Ferdinand Piëch, uno de los principales accionistas de la firma, heredero de las familias fundadoras.

La Industria Automotriz Alemana (VDA, por sus siglas en alemán) había criticado este mismo miércoles la manipulación de las emisiones de gases contaminantes que ha realizado el fabricante automovilístico. El presidente de la VDA, Matthias Wissmann, dijo este miércoles en el Salón de Fráncfort que "un uso abusivo de un software de motores especial, no se puede aceptar". La industria automotriz alemana se toma muy en serio el caso pero no quiere que se sospeche de cientos de fabricantes automovilísticos y de componentes de automóvil por la violación de la ley de una empresa en EEUU, añadió Wissmann.

Un cámara de televisión frente a la planta de Volkswagen, en su sede de Wolfsburg (Alemania). REUTERS/Axel Schmidt

Un cámara de televisión frente a la planta de Volkswagen, en su sede de Wolfsburg (Alemania). REUTERS/Axel Schmidt

Volkswagen, que el primer semestre del año se convirtió en el primer fabricante automovilístico del mundo, instaló un software en los modelos con el motor diésel EA 189 (el 2.0 TDI) que detecta cuando el vehículo está siendo examinado y trucó las mediciones de gases contaminantes para cumplir las normativas federales y estatales en EEUU. Volkswagen ha dicho que once millones de vehículos en todo el mundo tienen este motor. La automotriz dijo que apartará 6.500 millones de euros de sus resultados del tercer trimestre para ayudar a cubrir los costes.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) dijo el viernes que VW podría ser penalizada con multas por hasta 18.000 millones de dólares por amañar las pruebas de emisiones. El asunto ha impactado al sector automotor, ya que las concesionarias en Estados Unidos dijeron que hay personas que están evitando comprar vehículos a diésel y ha surgido el tópico "#dieselgate" como tendencia en la red social Twitter.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha puesto en marcha una investigación criminal, dijo una fuente familiarizada con el asunto. Las autoridades de Nueva York y de otros estados del país también están formando grupos para iniciar investigaciones, dijo el fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman. Otros países de Europa y Asia han dicho que también pondrán en marcha investigaciones sobre Volkswagen y otros vehículos.

Los autos con motor diesel suponen menos de un 3% de los vehículos nuevos vendidos en EEUU, pero son casi la mitad de los comercializados en Europa, donde los gobiernos han alentado a su uso para cumplir con metas de eficiencia energética y de emisiones de gases de efecto invernadero.

Activistas medioambientales se han quejado por largo tiempo de que las automotrices manipulan el régimen de pruebas para exagerar la eficiencia de los combustibles y alterar las lecturas de emisiones de gases de sus vehículos. Políticos europeos votaron el miércoles a favor de acelerar la aprobación de normas más estrictas sobre los límites de polución de los autos.

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