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Montoro, sin reparos, admite que los Presupuestos para 2016 son electorales

El ministro de Hacienda hace de la defensa de las cuentas públicas para 2016 un canto a la política económica de España realizada por el Gobierno del PP y para afirmar que fue Rajoy quien evitó el rescate de España en 2012

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, poco antes de su intervención hoy en el Congreso para defender los presupuestos para 2016. EFE/Paco Campos

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID.- El responsable de las cuentas públicas del Gobierno de Rajoy ha utilizado su intervención para presentar los PGE para 2016 para realizar un elogio continuado de la política económica realizada por el Gobierno del PP. “Lo que hemos hecho ha sido bueno para España y ha abierto de par en par las puertas del progreso y el crecimiento para todos los españoles”, ha afirmado sin apenas levantar la voz.

Ha sido uno de los muchos asertos triunfalistas con los que ha trufado su intervención. “Fue la firmeza del presidente Rajoy el que evitó el rescate de España en el año 2012”, ha dicho en otro momento de su repaso elogioso por los últimos cuatro años de gestión en los que el Ejecutivo del PP ha esquivado todos los males posibles para superar la crisis económica e iniciar la senda del crecimiento.

“Por qué estamos creciendo más que Alemania, el doble que Francia y el triple que Italia?, ¿por el precio del petróleo?, es el mismo para todos, igual que la depreciación del euro. Es debido a las reformas puestas en marcha por el Gobierno de Rajoy”, ha dicho en otro momento dirigiendo su mirada al escaño que ocupa el presidente del Gobierno al tiempo que la bancada popular le respaldaba con un sonoro aplauso.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, felicita al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tras la intervención de éste ante el pleno del Congreso para defender los Presupuestos Generales del Estado para 2016. EFE/Paco Campos

Esta frase ilustra mejor que ninguna cual ha sido el contenido de la intervención del ministro Montoro, quien al final se ha emocionado un tanto, consciente de que hace historia al presentar el quinto proyecto de PGE en una legislatura de cuatro años, algo que difícilmente se va a volver a producir.

Pero, sin duda, en pleno éxtasis de sus argumentos, Montoro ha reconocido que el proyecto de PGE para 2016 son unas cuentas electoralistas. “Las promesas electorales del PP van a estar comprometidas por estos presupuestos”, ha asegurado con toda tranquilidad y sin tener que forzar en absoluto el rictus o realizar aspavientos. Lo ha dicho con el aplomo de quien tiene interiorizado el argumento expuesto.

Esa manifestación la ha enmarcado en un contexto que ha estado marcado más por el pasado – exitoso, según todas sus explicaciones y dosis de cifras expuestas – que por el futuro que comporta las cuentas públicas que se suponía que estaba presentando. No más de cinco o diez minutos ha dedicado al proyecto que justificaba el pleno del Congreso de los Diputados del total de la hora de duración de su parlamento.

El resto lo ha dedicado a lo que tantas veces ha hecho Montoro: elogiar, sin el más mínimo resquicio a la duda o a la autocrítica, la labor llevada a cabo por el Gobierno del que forma parte.- Tanto ha sido el autobombo que ha no ha podido resistir la tentación a realizar un elogio a sí mismo de forma directa. “Formamos parte de una generación que ha vivido grandes cambios y yo modestamente he contribuido a algunos de ellos”, ha proclamado en otro momento.

Tan empalagoso ha sido su intervención que cuando llevaba tres cuartas partes consumidas la bancada popular ha dado muestras de cansancio hasta el punto de que los murmullos iban in crescendo y no pocos escaños estaban más `pendientes de sus respectivos móviles que sde las palabras de Montoro, entre ellos el propio Rajoy, su vicepresidenta y los titulares de Justicia, Fomento e Interior.

En términos políticos la intervención de Montoro no ha presentado ninguna novedad respecto a sus anteriores intervenciones: todo lo ejecutado por el Gobierno y su departamento ha sido positivo, gracias a la estabilidad de la mayoría absoluta del PP, para superar la herencia recibida, latiguillo al que ha dedicado la correspondiente ración de argumentos para recordar la mala gestión del anterior gobierno socialista, origen de todos los males que padece todavía hoy la sociedad española.

El propio presidente Rajoy, hombre poco dado a muestras de afecto (al menos en público) se ha visto obligado a recompensar el “emotivo” discurso de su ministro de Hacienda y una vez Montoro ha finalizado su intervención y ha bajado de la tribuna de oradores le ha esperado de pie para darle la mano en señal de agradecimiento. Todo un detalle para quien ya ha pasado a la historia al presentar su quinto proyecto de PGE.

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