Público
Público

La opa china sobre la eléctrica EDP se juega en el tablero político entre Lisboa y Pekín

Fuerte presencia de las empresas chinas en Portugal, donde tienen el 25% de la red de transporte eléctrico, el 27% del mayor banco en Bolsa, todas las aseguradoras más grandes y el mayor operador de hospitales privados

Planta de la energética EDP en la localidad portuguesa de Carregado. REUTERS/Rafael Marchante

Sergio Goncalves y Axel Bugge/Reuters

La eléctrica lusa EDP puede oponerse a la escasa prima del 5% que China Three Gorges (CTG) ofrece por sus acciones, pero la batalla por la mayor empresa de Portugal prácticamente ya se ha jugado.

A algunos les parecerá una oferta baja, pero Portugal la ha acogido favorablemente porque considera que el compromiso del grupo chino de mantener intacta a EDP-Energias de Portugal es más importante que el precio y quiere vínculos más estrechos con un país que ha inyectado miles de millones en su economía.

Esa apertura a la inversión procedente de China, que incluye sectores estratégicos como el de energía, contrasta con las sospechas que suscitan en otras partes de Europa la expansión de las empresas del gigante asiático.

CTG, el gigante hidroeléctrico chino de capital público, se convirtió en el primer accionista de EDP en 2011. Así que cuando surgieron las noticias de conversaciones de fusión entre EDP y su rival español Gas Natural Fenosa en julio de 2017, se toparon con un camino que iba directo a la puerta del gobierno luso.

El consejero delegado de EDP, Antonio Mexia. REUTERS/Pedro Nunes

El consejero delegado de EDP, Antonio Mexia. REUTERS/Pedro Nunes

Una operación con Gas Natural Fenosa habría amenazado las ambiciones de CTG de utilizar EDP como trampolín para diversificarse fuera de China. Pero además, el Gobierno socialista temía que un rival europeo desmembrase el negocio, dijo una fuente del sector familiarizada con la situación y una fuente con conocimiento de la postura del Ejecutivo portugués.

"Hace casi un año, Gas Natural se acercó a EDP y fue entonces cuando CTG empezó a pensar en este movimiento", dijo una fuente del sector conocedora de la oferta del grupo chino.

"Si CTG ha sido socio (de EDP) durante más de seis años, ha invertido en la empresa, en un sector estratégico para Portugal y tiene relaciones con el Gobierno, lo natural es que hablen", dijo la fuente.

EDP y Gas Natural desmintieron haber mantenido negociaciones el año pasado, pero sólo un mes después de las noticias, Portugal añadió una cláusula a su ley de opas para permitir combinar los derechos de votos de aquellos accionistas con el mismo propietario a nivel matriz.

Anteriormente, el voto estaba limitado al 25%, sin importar el tamaño de las participaciones combinadas.

Esto podría ser crucial para que prospere la oferta de CTG por EDP ya que tiene un 23,3% de la eléctrica lusa y otro grupo público chino, CNIC, ostenta un 5% tras comprar un 2% a finales del año pasado.

Pura política

CTG compró primero el 21,4% de EDP en diciembre de 2011 por 2.700 millones de euros, aprovechando la privatización de la compañía por un Gobierno portugués necesitado de fondos tras pedir un rescate internacional con el que estabilizar sus finanzas.

Desde entonces, la compañía china ha invertido cerca de 2.000 millones de euros en negocios de energía con EDP, que tiene una amplia cartera de activos de energía renovable en eólica, hidroeléctrica y solar en países como Brasil, Estados Unidos, Francia, Italia y Polonia.

En abril de este año, surgieron noticias sobre el interés de otra empresa europea en EDP, esta vez Engie. La eléctrica francesa no quiso hacer comentarios mientras que EDP dijo en ese momento que había habido contactos.

Unas semanas más tarde, CTG presentó una oferta de compra. La compañía china ofreció 9.070 millones de euros por la parte que aún no tenía en EDP el 11 de mayo, precio con una prima de sólo el 5% sobre el valor de mercado que tenía un día antes del anuncio.

El logo de la energética portuguesa EDP, en su sede en Oviedo. REUTERS/Eloy Alonso

El logo de la energética portuguesa EDP, en su sede en Oviedo. REUTERS/Eloy Alonso

EDP calificó la opa de demasiado baja, pero dejó la puerta abierta a negociar. Algunos analistas esperan que EDP pida una prima de entre el 20% y el 30%, pero no ha aparecido oferta competidora alguna y las acciones de la portuguesa cotizan menos de un 5% por encima del precio ofertado.

"Era previsible y ha habido conversaciones con el Gobierno durante mucho tiempo", dijo una fuente del sector próxima a EDP con conocimiento de las negociaciones.

"Esto es algo puramente político", dijo la fuente. "CTG sabía que había muchas empresas europeas mirando a EDP, una empresa de tamaño medio con activos interesantes".

Cuando anunció la oferta, CTG dejó en claro que en el largo plazo veía EDP como una compañía portuguesa fortalecida por los activos de CTG, con una gran parte del capital flotando en bolsa que podría emplearse como plataforma para expandirse en Europa.

Eso complacerá al gobierno, que quiere proteger los 6.000 empleos de EDP en Portugal y mantener la sede en el país.

"Lo que le preocupa al gobierno es la importancia estratégica de EDP para el país", dijo Filipe García, jefe de la consultora Finanza de Informação de Mercados, que añadió que el importe de la opa tenía un carácter secundario para el Ejecutivo.

Política de puertas abiertas

Los vínculos entre Portugal y China se remontan a varios siglos atrás cuando el país europeo controlaba el puerto de Macao. En los últimos años, Lisboa ha recibido con los brazos abiertos la política exterior de Beijing de invertir en infraestructuras que unan Asia con Europa.

En la actualidad, las empresas chinas tienen el 25% de la red de transporte eléctrico de Portugal, el 27% del mayor banco cotizado luso, todas las aseguradoras portuguesas más grandes y el mayor operador de hospitales privados.

La semana pasada, el primer ministro Antonio Costa reconoció en el Parlamento que el cambio en la normativa portuguesa de fusiones introducido el año pasado se hizo teniendo en mente a los inversores chinos.

El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, es recibido por su homólogo portugués Augusto Santos Silva en el Palacio Necessidades, en Lisboa. REUTERS/Rafael Marchante

El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, es recibido por su homólogo portugués Augusto Santos Silva en el Palacio Necessidades, en Lisboa. REUTERS/Rafael Marchante

"Fue mi iniciativa y estuvo dirigida a garantizar que Portugal ofrecería a los extranjeros, especialmente a los chinos, las mismas condiciones que a los europeos", dijo Costa.

Esta cláusula añadida el 29 de julio de 2017 se diseñó para favorecer "la captación de inversión extranjera directa de entidades públicas extranjeras", según rezaba el texto.

La participación conjunta de CTG y CNIC, una firma de inversión de capital estatal chino, alcanza ahora el 28,5 por ciento, cerca del 33 por ciento necesario para asegurar el control efectivo de EDP. Según la ley portuguesa, los estatutos de la compañía solo pueden modificarse si dos tercios de los accionistas votan a favor.

Costa negó en el parlamento que el cambio se hubiese hecho pensando específicamente en CTG. "Se aprobó hace un año, cuando no había ninguna adquisición ni previsión de oferta de adquisición".

Lazos de confianza

Cuando CTG lanzó su oferta, puso como condición que fuese aceptada por el 50 por ciento del capital más una acción, en sintonía con la ley portuguesa. Sin embargo, la CMVM, el supervisor bursátil del país, anunció la semana pasada una dispensa de este requisito, permitiendo de forma efectiva a CTG subir su participación en EDP incluso aunque no alcance ese umbral.

"Los chinos han creado lazos de confianza con Portugal", dijo a Reuters una destacada fuente política. "Hay confianza mutua y eso lo cambia todo".

El ministro de Exteriores de China, Wang Yi, visitó oportunamente Lisboa el pasado 18 de mayo. El canciller chino celebró entonces la "actitud abierta" de Portugal hacia la inversión extranjera y se comprometió a que Beijing seguiría alentando la inversión de empresas chinas en Portugal.

Además, los ciudadanos chinos han invertido 2.000 millones de euros en viviendas portuguesas en los últimos años, propiciando un auge en el mercado inmobiliario que a su vez ha impulsado una fuerte recuperación económica.

Pero a medida que se han estrechado los lazos entre Lisboa y CTG, la relación del Gobierno con EDP ha sido más tensa. El año pasado, el Ejecutivo portugués se mostró molesto por lo que consideraba una apertura del consejero delegado de EDP, Antonio Mexia, a potenciales pretendientes europeos, dijeron fuentes políticas con conocimiento de la postura del Gobierno.

Y en enero de este año, EDP volvió a molestar al gobierno cuando dejó de pagar una contribución tributaria extraordinaria que las compañías de energía han tenido que abonar desde la crisis de deuda portuguesa entre 2011 y 2014.

Si la oferta de CTG tiene éxito, el momento podría ser favorable, ya que el presidente chino Xi Jinping tiene previsto visitar Portugal a finales de este año. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Economía