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Seguir en la lucha contra la cláusula suelo

Cientos de familias esperaban hoy las conclusiones del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Aunque la sentencia definitiva será en otoño, esta decisión suele marcar la pauta de si los afectados podrán reclamar la retroactividad desde el año 2009. Por ahora, sólo les queda seguir con sus procesos en marcha.

Pablo Segura respira más aliviado. El banco le retiró su cláusula suelo, pero atrás quedan unos años muy amargos. Su historia arranca en el año 2004, donde él y su esposa, junto a sus dos hijos, se trasladan a vivir a su nuevo hogar.

ANA I. BERNAL TRIVIÑO

MÁLAGA.-  Ya ha comenzado la cuenta atrás para descubrir el final de las cláusulas suelo. Unas condiciones abusivas en las hipotecas de cientos de españoles, que firmaron sin ser informados, sin que el notario ni nadie alertara de este engaño. La mayoría de los afectados empezaron a sospechar a partir del año 2009, cuando el euríbor bajaba, pero no las letras mensuales de sus hipotecas. Fue el momento de acudir a las oficinas bancarias, descubrir este concepto y qué alcance tenía. La respuesta, en todos los casos, siempre era la misma: la cláusula suelo era legal.

Desde entonces, el grupo Stop Cláusula Suelo empezó a promover que los afectados se movilizasen y denunciasen a la banca. Desde ese grupo llaman para revisar a todos los hipotecados y detectar en sus escrituras cualquier tipo de abuso bancario, como cláusulas suelo, índices IRPH o interés de demora abusivo. Por ahora llevan unos 5.000 casos. Los abogados de la plataforma hacen un estudio gratuito de las escrituras para localizar cualquier incidencia y recalcular el dinero que el banco debe devolver.

“Limitar a mayo de 2013 es politizar la justicia. El poder legislativo, la norma, dice que hay que devolver desde el principio"

Hoy todos esperaban las primeras conclusiones del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Sin embargo, la realidad ha sido bien diferente y temen que esta decisión haga que los consumidores ya no denuncien, que empiecen a aceptar acuerdos individuales con sus entidades. “Lo que hoy hemos conocido es la opinión del abogado, pero todo indica que el veredicto irá en la misma línea. Tendremos que esperar unos meses y hoy mismo empezaremos a estudiar ese informe para valorarlo. Por ahora, en nuestra opinión, Europa nos ha vendido a la banca”, recalca Israel Orozco, responsable de la plataforma.

Hasta ahora, la inmensa mayoría de las sentencias se rigen por el fallo del Tribunal Supremo, donde la devolución retroactiva de las cantidades se hace desde el año 2013. “Limitar a mayo de 2013 es politizar la justicia. El poder legislativo, la norma, dice que hay que devolver desde el principio. Pero el poder judicial, el Tribunal Supremo, lo ha limitado a mayo 2013, presionado por el lobby que hoy representa la banca en España y en el mundo”, puntualiza Orozco. Sus afectados deseaban en Europa unas conclusiones que los defendieran. Quienes han iniciado procesos judiciales, en busca de una retroactividad hasta 2009, sólo les queda esperar la sentencia definitiva y, después, el cierre de sus casos.

Indignación y rabia entre los afectados

Carmen y su marido recibieron una llamada del director de Caja España. Ahí comenzó todo

Carmen y su marido recibieron una llamada del director de Caja España. Ahí comenzó todo

“Estoy indignada con esta primera conclusión. Siento asco porque esto es siempre lo mismo, que gana la banca. Piensan en el perjuicio que ocasionará a la banca, cuando siguen en la bolsa con buenos resultados. Pero no piensan que si nosotros tuviésemos nuestro dinero, el que pagamos de más, no estaríamos tan ahogados. Con esas cantidades podríamos reactivar parte de la economía porque podríamos consumir más. Sería bueno para la economía en general, porque en esta situación no podemos plantear nada”, confiesa Carmen Almagro una de las afectadas.

Era el año 2004 cuando Carmen y su marido recibieron una llamada del director de Caja España. Él acababa de ser trasladado desde Banco Popular, entidad financiera de la vivienda en la que ellos estaban interesados, y les propuso firmar una hipoteca variable.

Su amabilidad y atención terminaron por convencer a este matrimonio, hasta que empezaron a sospechar del engaño en el año 2009. “Escuchábamos decir a amigos, vecinos o compañeros que sus hipotecas bajaban, y la nuestra no. Esperamos a la revisión que se hacía en el mes de abril, y tampoco. Y mientras, los tipos de interés seguían en descenso”, recuerda Carmen. Así esperaron varios meses hasta que decidieron acudir al banco. El director les comunicó que tenían una cláusula que limitaba la bajada de su hipoteca.

"En muchas cuestiones este sobrecoste mensual ha frenado algunos proyectos y nos ha hecho pasarlo mal, siempre con el miedo y la inseguridad”, lamenta Carmen

“Nos avisó que eso ya estaba firmado, y nada más, era legal y no se podía hacer nada”, relata Juan, su esposo. Recuerdan esa incertidumbre, la sensación de estar perdidos, sin saber dónde acudir ni qué hacer. “Yo les avisé de que me iba a llevar la nómina, el plan de pensiones, los recibos, todo… pero ellos jugaron con el miedo, con respuestas como subir el diferencial, el asegurarte que no iba a servir de nada, o que si me llevaba las tarjetas se iban a cambiar las condiciones del préstamo”, relata Juan. Nunca les ofrecieron negociar aunque ahora saben que en algunos de esos acuerdos extrajudiciales, se benefician de la “desesperación de la gente”, subraya Carmen.

Pensaban denunciar, pero hacían cuentas y los gastos eran desorbitados para ellos. Hasta que encontraron la solución de Stop Cláusula Suelo. Otro obstáculo en su camino fue cuando se produjo el cierre de sus oficinas, cuando Unicaja se hizo con Caja España. En ese instante se sintieron en tierra de nadie. “No sabíamos dónde acudir. En Unicaja hay un señor que lleva estos temas, de los antiguos clientes de Caja España, pero nadie de la anterior oficina puede ya personarse en juicio. Todo eso ha desaparecido”, concreta Juan.

Han recurrido a los tribunales y han roto relaciones con su banco, donde ya no tienen ni seguros de casa o del coche, ni tarjetas, ni la nómina. Sólo una cuenta corriente donde hacen el ingreso puntual de la cuota de la hipoteca. Desde entonces, cada mes cobran 200 euros de más. “Es un dinero que supone la compra de la cesta de un mes. Y así solo parece poco, pero si se suma todo desde del año 2009 es un buen dinero. Tenemos una hija diabética, que requiere de unos controles, y un hijo adolescente que tendrá que ir a la universidad. En muchas cuestiones este sobrecoste mensual ha frenado algunos proyectos y nos ha hecho pasarlo mal, siempre con el miedo y la inseguridad”, lamenta Carmen.

Esperan que la decisión del tribunal europeo sea a su favor y les permita devolver las cantidades pagadas desde el año 2009. La última sorpresa ha sido conocer la fecha de su juicio. Hasta el año 2018 no tendrán sentencia de su caso y deberán seguir pagando la cláusula. “Después de esta decisión de hoy me quedo en una situación en la que no espero nada, estoy completamente desilusionada, con rabia e impotencia. El pez grande siempre se come al chico y hoy creo muy poco en la Justicia, no sólo por esto. Da mucha vergüenza lo que está ocurriendo”, confiesa Carmen.

Cláusula suelo y estar en paro

“Hoy estoy resignado. He perdido mucho tiempo hasta ahora, y esperamos poca cosa, la verdad”, comenta Pablo Segura. Desde el año pasado, él respira más aliviado. El banco le retiró su cláusula suelo, pero atrás quedan unos años muy amargos. Su historia arranca en el año 2004, donde él y su esposa, junto a sus dos hijos, se trasladan a vivir a su nuevo hogar. A través del banco, tienen tres préstamos con cláusula suelo, uno para la vivienda, otro para el parking y otro de reformas de la casa.

Desde el año pasado, Pablo Segura respira más aliviado. El banco le retiró su cláusula suelo, pero atrás quedan unos años muy amargos.

En su caso, también se empezó a sospechar cuando en las noticias escuchaban las bajadas del euríbor, pero su situación se complicó por sus condiciones laborales: “Mi mujer es autónoma y yo soy fijo discontinuo. Todos los años estoy tres meses en el paro. Acudí al banco para que no me cobraran intereses en la hipoteca en esos tres meses y me lo denegaron porque tenía la cláusula”, relata Pablo. También tuvo una etapa peor, cuando estuvo en desempleo durante quince meses y acudió a la oficina en busca de ayuda. La solución ofrecida fue parcial: cesar los cobros esos meses, pero debería de reembolsarlos de golpe una vez se normalizase su situación. Pablo no podía aceptarlo. “Eso no era hacer un favor. Era un gasto posterior inasumible”, confiesa. Desde entonces esta pareja vivió haciendo números y en condiciones muy justas.

“Yo firmé la hipoteca con Caja San Fernando, pero después desapareció, y lo absorbió La Caixa. Acudí un día a la oficina y la vi cerrada. Así estuvo días y días. Nadie nos llamó. Al poco tiempo colocaron un cartel en uno de los cristales del local y así fue como me enteré de la absorción”, relata Pablo. Él siempre intentó negociar y acudir al banco “por las buenas, hasta que puse la hoja de reclamaciones. En ella respondieron que no se podía retirar y entonces entré en contacto con Stop Clausula Suelo para reclamar”, relata.

Ha retirado de su banco todos los productos que le ofrecieron y los ha trasladado a otra entidad. Sólo le queda en La Caixa una cuenta “donde ingresar la hipoteca, pero al año casi me cobran 100 euros en comisiones”, desvela. Hasta que el banco no retiró la cláusula vivieron “muy al límite, pidiendo dinero a familiares, pero gracias a ellos nunca dejamos de pagar ninguna factura”, detalla.

Sí pasaron por alto otras cosas, como proyectos aparcados en el camino o las ilusiones de los niños: “De vacaciones no nos hemos podido ir casi nunca. Lo máximo que queríamos era ir con los niños a Disneyland París, pero al final terminamos en Arriate con la familia”. Por ahora, esperan con impaciencia la sentencia del tribunal europeo y hasta el año 2020 no habrá sentencia que resuelva su caso.

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