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Las cuentas públicas Los presupuestos del PP más fantasma que se hayan visto

La presentación de las cuentas públicas fue de las más pomposas que se recuerdan. PP y Ciudadanos salen a la caza del apoyo de PSOE y PNV a las cuentas públicas.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante la presentación en el Congreso de los Diputados del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2018. | CHEMA MOYA (EFE)

La presentación de los "presupuestos más sociales de la historia", según Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, fue de las más pomposas que se recuerdan. La más, decían algunos compañeros presentes en muchas ediciones de este acto protocolario.

Ana Pastor, la presidenta del Congreso, y Montoro posaron delante de la nube de fotógrafos, en la Sala de los Pasos Perdidos, presupuestos en mano, en repetidas ocasiones, más que las de costumbre: con el libro, con la tablet, con la tablet y con el libro, dándose la mano y volviéndosela a dar. Superada la primera repetición, porque la tablet del ministro no se encendió durante unos segundos, el resto no estaba justificado y había quien encontraba motivos: "Demasiado ceremonioso todo", decían.

Y es que el horizonte de estos presupuestos es muy estrecho y tiene dos flancos muy claros. Ciudadanos salieron, por boca de Tony Roldán, a decir que los sienten tan suyos que los llaman "naranjas" y a apretar a los socialistas. Les pidió que abandonen el "no es no", que "defiendan los intereses de la clase media y trabajadora de este país" y no los propios, apoyando "el presupuesto más social en una década". "Para partidos inútiles ya tenemos a Podemos, en esta cámara", sentenció el de Ciudadanos, antes de pedir "sentido de estado" a los socialistas.

Margarita Robles, la portavoz socialista, cogió este guante con rabia: "El PSOE no va a admitir a nadie que vengan a darle ninguna lección de sentido de Estado y menos a recién llegados que viven exclusivamente de la frase, del titular, de la foto". Para los socialistas no hay opción de apoyar estas cuentas, dice, porque llevan "al Estado de bienestar más raquítico de toda la Unión Europea", con sólo "el 38% de gasto social". "Mantienen un Estado de bienestar low cost", apostilló Margarita Robles. Además, la portavoz del PSOE subrayó que las cuentas públicas tienen un claro carácter "electoralista" y que, "sean los presupuestos del señor Rivera o del señor Rajoy", si no consiguen aprobarlos "la responsabilidad política será exclusivamente suya”.

El PP, por boca de Rafael Hernando, salió a defender los Presupuestos como propios, por supuesto, y a cascar al otro apoyo imposible, a día de hoy, el de los nacionalistas vascos. Al PNV le dedicó el siguiente comentario: “El AVE en el País Vasco no tiene nada que ver con Catalunya, ni con las pensiones de los vascos… Les pediría a quienes ponen condiciones que pidan también un plazo a sus amigos para que formen un gobierno limpio", en clara referencia a la negativa del PNV de abrir la negociación presupuestaria mientras esté el 155 en vigor.

Los nacionalistas catalanes atacaron estas cuentas por insuficientes para Catalunya, porque podrían ser incumplidas, como las anteriores, y porque recentralizan, según Joan Tardá de ERC y Carles Campuzano de Junts per Catalunya.

Irene Montero: "La riqueza está en niveles anteriores a la debacle de los últimos diez años y, sin embargo, no se ve reflejado en el gasto público"

Campuzano, además, recordó al Gobierno que "hoy depende más que nunca de Catalunya", lo que, en su opinión, es "una nueva demostración de que intentar gobernar España sin ella es una enorme irresponsabilidad". Los portavoces catalanes pidieron al PNV que mantengan su palabra de no apoyar estas cuentas mientras Catalunya siga intervenida.

Unidos Podemos y sus confluencias pidieron también al PSOE que no apoye estas cuentas, de ninguna de las maneras —en alusión a los que pedían que algunos diputados socialistas los apoyaran o se abstuvieran— y tildó de "tomadura de pelo" a estas cuentas porque, dijo Irene Montero, "la riqueza está en niveles anteriores a la debacle de los últimos diez años y, sin embargo, no se ve reflejado en el gasto público". Segundo González, el portavoz de Unidos Podemos en la comisión de Presupuestos dijo que "estas cuentas están más infladas que las notas de Cifuentes" y Juantxo López de Uralde, que "están anclados en los tiempos del primo de Rajoy".

El único partido que no hizo declaraciones de ningún tipo fue el PNV. Aitor Esteban, su portavoz parlamentario, no acudió a la reunión de la mesa del Congreso, cosa poco usual. Mikel Legarda llegó tarde, a sustituirle, y no dijo ni una sola palabra. Ni él, ni nadie del partido, como ya había advertido su gabinete de prensa.

Y es que, conviene recordar, que los nacionalistas vascos tienen motivos para no estar contentos: el mismo día que anunciaba sus cuentas, la semana pasada, el Gobierno interpuso un recurso judicial contra las cuentas vascas, por subir los sueldos a los funcionarios. Los presupuestos vascos, paradójicamente, fueron aprobados con el apoyo del PP vasco.

Así que, tal vez, la tablet desobediente del ministro no quería mostrar los presupuestos, a primera hora de la mañana, porque son los presupuestos del PP más fantasma que se hayan visto.

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