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Las trabajadoras de Bershka llevan su protesta a la sede de Inditex

Unas 300 personas se concentraron frente a la Fundación Amancio Ortega en Arteixo para reclamar que se equiparen los sueldos y las condiciones laborales con los de la plantilla del resto de Galicia

Las trabajadoras de Bershka, concentradas delanta de la sede de Inditex, en Arteixo (A Coruña). CIG

JUAN OLIVER

Alrededor de trescientas personas se manifestaron ayer a las puertas de la sede de Inditex en el municipio coruñés de Arteixo, en apoyo a las trabajadoras de Bershka en la provincia de Pontevedra, que llevan nueve días de huelga para reclamar que la empresa equipare sus condiciones salariales con las de sus compañeras del resto de Galicia.

La concentración estaba convocada por la Confederación Intersindical Galega (CIG), el sindicato al que pertenecen las cinco delegadas del comité de empresa, y se produjo a unas decenas de metros de la emblemática central de la Fundación Amancio Ortega, que alberga el despacho del empresario fundador de la compañía en uno de los pocos edificios no industriales del polígono en el que se ubica Inditex, plagado de fábricas, almacenes y empresas auxiliares del grupo.

Las trabajadoras, que componen una plantilla de unas setenta personas, la mayoría de ellas mujeres contratadas a tiempo parcial y cuyos salarios rondan los 900 euros al mes, reclaman que se les aplique una plus de 50 euros mensuales que sí cobran sus compañeras. Además, quieren que se les equiparen sus condiciones laborales con otras medidas como poder librar al menos un sábado al mes, poder coger quince días de vacaciones en los meses de julio y agosto y disfrutar de mayor estabilidad en sus horarios y jornadas.

A la manifestación acudieron trabajadores de otras marcas y departamentos de Inditex, quienes, vigilados por dos agentes de la guardia civil y otros tantos de la policía local, corearon consignas como “Trabajo en Inditex y no llego a fin de mes” y “Amancio millonario, trabajo en precario”.

Según Ana Abraldes, una de las miembros del comité de empresa, las trabajadoras de Bershka en Pontevedra no gozan de las mismas condiciones y sueldos que sus compañeras de Ourense, A Coruña y Lugo porque no firmaron un acuerdo de mejoras salariales que ellas no suscribieron porque se encontraban en plena protesta con el cierre de dos tiendas de la cadena en Vigo. “Querían prescindir de dieciséis personas, once de ellas madres con reducción de jornada”, explicó. La presión de la plantilla logró evitar varios despidos, pero el pacto de mejoras no fue firmado.

Durante la última reunión con la empresa, las trabajadoras se mostraron dispuestas a aceptar una subida de 25 euros y a empezar a cobrarla el año que viene, pero la compañía se negó a que el incremento fuera superior a diez euros en el 2018 y otros tantos en los dos siguientes ejercicios. Esa cantidad, que no supondría para la firma un desembolso superior a los 16.000 euros ya que la mayoría de las empleadas tienen contratos de tiempo parcial y sólo cobrarían una parte proporcional del aumento.

Bershka, con 1.800 tiendas en 75 países, es la segunda marca de Inditex en volumen de facturación, con más de 2.000 millones de euros en ventas el año pasado. El conjunto del holding tuvo unos beneficios de 3.157 millones ese ejercicio.

Esta tarde está prevista un nuevo encuentro, aunque las portavoces de los empleados advierten que están dispuestas a seguir con una huelga que ha obligado a Inditex a mantener cerradas sus cinco tiendas de Vigo, Pontevedra y Vilagarcía de Arousa, y que a ellas les dejará sin el salario de los días no trabajados. Según las portavoces sindicales, una empleada con contrato a tiempo completo perderá entre 50 y 60 euros por cada día de paro.

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