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Después de las guarderías regresan las niñeras

El Ayuntamiento de Sabadell es pionero desde 2001 en ofrecer niñeras a domicilio

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El padre trabaja, la madre también, los horarios laborales españoles son eternos, y los intentos de las familias para conciliar la vida laboral y la familiar parecen misión imposible. De ahí la iniciativa del Ayuntamiento de Sabadell, pionero desde 2001 en el Servicio de Atención a la Pequeña Infancia (SEDAPI) o, lo que es lo mismo, ofrecer niñeras a domicilio.

'La diferencia entre una guardería y el SEDAPI es que este servicio es mucho más familiar. Sólo hay tres niños por niñera y resulta mucho más flexible respecto a los horarios', dice Olga Pont, coordinadora de las niñeras y miembro de FIAS (Educación e innovación para la acción social), la empresa que gestiona el servicio para los Servicios Sociales de Sabadell.

Elegir cómo educarlos

Los padres pueden inscribir a los hijos cuando quieran porque no hay plazo de inscripción fijo. 'Al fin y al cabo, los niños nacen cuando nacen'. También escogen los horarios, aunque la mayoría opta por las ocho horas laborales. El servicio, que va de 0 a 3 años, 'no pretende suplir las guarderías', explica la concejala de Servicios Sociales e impulsora del proyecto, María Ramoneda, aunque en la práctica sí lo hace. 'Elegimos el SEDAPI y no la guardería porque nos pareció que aquí Gerard gozaría de un ambiente más familiar', afirma Mónica Lozano, quien ha venido a buscar a su hijo Gerard.

Crecer como en casa

La habitación es alargada y grande, pero los juguetes, mesas, murales con garabatos y sillas diminutas invaden cada rincón de la estancia. No es ni una guardería ni un colegio, es la casa de Olga Costa, la niñera de Gerard y de otros dos niños más.

Olga decidió hacerse niñera para cuidar a sus hijas, que ahora tienen 5 y 9 años. Antes, era esteticista. Uno de los requisitos imprescindibles para optar al trabajo de niñera es ser madre. Los padres también pueden ejercer este trabajo; pero de las 20 personas que hay, ninguna es hombre.

'El servicio va encaminado a madres que no tienen por qué tener formación, puesto que lo que queremos es aprovechar la experiencia materna, que no está escrita en los libros, y profesionalizarla', explica la coordinadora.

'Yo me llamo José'. El niño, de dos años, está tumbado en un sofá . Tiene la cara tristona y unos ojos grandísimos, aunque algo vidriosos. 'Hoy José está un poco pocho. Tiene unas décimas de fiebre, ¿verdad José?'. Olga explica que hay cosas que en una guardería no son posibles, 'como llevar a los niños con décimas de fiebre'. Sin embrago, en este sistema, 'que es casi como estar en casa de la abuela', sí se puede.

'Mira, hoy se sirven la merienda ellos mismos'. Y Olga sale a toda prisa de la habitación para controlar que cogen y que no. Sin embargo, Marta ya está con la caja de galletas, enorme, en sus manos, apoyada sobre el estómago para intentar abrirla. Al final, come un plátano. Hoy, las galletas no están en el menú.

En casa, mejor que nada

Una de las cosas que más aprecian los padres es que en el SEDAPI se respetan los hábitos de cada niño. 'Las guarderías están más automatizadas', dice Olga. Y, a pesar de que la mayoría opta por el servicio de ocho horas, cada uno puede elegir. El objetivo es facilitar la conciliación entre la familia y el trabajo, y adaptarse a las necesidades de los padres.

'Un niño de entre 0 y 3 años nunca debe pasar más de ocho horas fuera de casa y sin sus padres. Algunas veces he tenido que rechazar peticiones porque los padres me pedían demasiadas horas', explica Ponts, quien, a pesar de que entiende que los padres lo tienen cada vez más difícil para ejercer como tales, también sostiene que 'todo no puede ser'.

Las familias pagan por ocho horas diarias de servicio unos 338 euros al mes. Las niñeras trabajan un máximo de entre seis y ocho horas. Cobran unos 700 euros en 14 pagas, y la mayoría optó por ese trabajo para poder compatibilizar su vida familiar y su vida laboral. 'Soy maestra; pero cuando tuve niños, también trabajé como dependienta. Intenté combinar trabajo y niños, pero es casi imposible', dice Montse Grabau, compañera de fatigas de Olga, con la que se encuentra a menudo para ir a pasear o al parque con los críos.

Madres con formación

El SEDAPI pretende cuidar a los niños mientras se les educa. Y las encargadas del proyecto lo recalcan con rotundidad: 'Las niñeras reciben formación. Les enseñamos psicología educativa, primeros auxilios, trabajos para la emotividad, la psicomotricidad, ...', explica Ponts. Olga y Montse también enumeran de corrido todo lo que han aprendido. Es como si se tuvieran que justificar un poco. Ha habido palos.

No en vano, la Conselleria de Educación, explica por lo bajini la concejala, nunca ha visto con buenos ojos esta iniciativa. Sin embargo, se va extendiendo. El Ayuntamiento de Lleida -sería el tercero en Cataluña- anunció que impulsará un proyecto similar al que se viene realizando en Sabadell.

Mercè Rivadulla, de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), no entiende por qué hay que fomentar algo que perpetúa los roles tradicionales. Además, cree que hay que aprovechar los primeros tres años para que los niños estén con profesionales que garanticen su educación.

Con todo, la Generalitat acaba de anunciar un nuevo plan llamado espacios de respiro. Son lugares para que los padres puedan dejar a sus hijos por unas horas, hasta un máximo de tres diarias y no más de dos días a la semana, y aprovechen para resolver asuntos. El precio será simbólico, un euro por hora. Podrán acceder a él los niños que vayan a la guardería, pero tendrán prioridad los que no vayan.

Pero lo cierto es que el SEDAPI nunca ha tenido una avalancha de demandas. Al contrario. En 2006, se hicieron sólo 400 servicios. Y es que, como explican las promotoras, 'tardamos 30 años para que la gente aceptara las guarderías y éste es un servicio muy nuevo'. La concejala Ramoneda asiente. Fue ella quien se enamoró de la idea en un viaje a Dinamarca. 'Allí es el propio sistema educativo el que da todas las posibilidades a las familias'.

Para el año 2007, el Ayuntamiento de Sabadell ha destinado 76.000 euros al programa. Ramoneda lamenta que no haya más cooperación entre Educación y los servicios sociales, aunque no quiere entrar en polémica.

Y llega la hora de marcharse

Hoy, las dos niñeras se han encontrado. Es algo habitual. 'Una de las cosas que más me gusta es que los niños reciben un trato personalizado, pero también están muy a menudo con otros niños. En verano, en el patio de Olga, montaron una piscina y se bañaban', explica Mónica Lozano.

Gerard ya está escaleras arriba jugando con su padre. Él nunca lo viene a buscar. Hoy, es excepcional. En Barcelona, es festivo. Normalmente el padre a estas horas trabaja. Es albañil. Así que Gerard, que todavía no habla mucho, está más que contento balanceándose entre los brazos de su padre.

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