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Marruecos llama a su embajador y el Gobierno habla de normalidad

El Ejecutivo alauí considera 'lamentable' la visita oficial de los reyes a Ceuta y Melilla

ANA PARDO DE VERA

El Gobierno de Marruecos decidió ayer llamar a consultas a su embajador en España, Omar Azziman, durante un 'periodo indeterminado', según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores del país a través de una nota difundida por la agencia oficial MAP.

Con esta decisión, que responde a las 'muy altas instrucciones' de Mohamed VI, según el comunicado, el Gobierno alauí materializa su malestar por la próxima visita de Juan Carlos y Sofía a Ceuta y Melilla -'ciudades ocupadas', según la nota de MAP-, prevista para el lunes 5 y el martes 6 de noviembre y que el texto califica de 'lamentable'.

El Ejecutivo de Marruecos ya había expresado el jueves su rechazo a la visita de los monarcas que, como recoge MAP, considera una 'iniciativa reprochable, cuales quieran que sean los motivos y objetivos'.

Defensa de la visita

Pocos minutos antes de conocerse la decisión diplomática del Gobierno marroquí, la vicepresidenta primera del Gobierno comparecía en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros y trataba de quitar hierro al asunto de la incomodidad del país vecino: 'Las relaciones con Marruecos son extraordinarias, basadas en el afecto sincero y en el respeto mutuo', aclaraba María Teresea Fernández de la Vega.

Sin embargo, la número dos del Gobierno se mostraba contundente a la hora de defender la visita de los reyes a Ceuta y Melilla: 'El viaje de los reyes sólo puede enmarcarse dentro de lo que es la normalidad institucional. Forma parte de las visitas de los reyes a las distintas comunidades'.

De la Vega explicó los motivos de la visita con el tono de que éstos no deberían necesitar siquiera ser expuestos y repitió el término 'normalidad' una y otra vez. Habló de la 'normalidad de que los monarcas españoles visiten las dos ciudades autónomas y la normalidad de que ceutíes y melillenses vean satisfecha una demanda largamente esperada'.

Sin embargo, la vicepresidenta se mostró consciente de que ha habido y puede haber ocasiones de diferencia de criterio entre España y Marruecos, si bien éstas entran también en la 'normalidad' de las relaciones.

Se trata, según De la Vega, de 'la normalidad de que dos países aliados y amigos, a pesar de que puedan mantener algunas diferencias, éstas no sean suficientes para empañar lazos históricos, una estrecha y fructífera cooperación y el constante y fluido diálogo institucional que venimos manteniendo', matizó.

Una medida 'dura'

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores llamó ayer a su homólogo marroquí, Taieb Fassi Fihri, para pedirle explicaciones sobre la llamada a consultas de su embajador en España. Si bien el departamento de Miguel Ángel Moratinos no quiso hablar del contenido de la conversación, sí explicó que espera que esta llamada a consultas 'sea meramente informativa' y el episodio 'se pueda superar' cuanto antes.

Aunque el Ejecutivo español considera que la retirada del embajador es una 'decisión soberana' del país vecino que no se considera excepcional, sino 'ordinaria de uso diplomático', otras fuentes diplomáticas han señalado a Público que esta medida es 'dura y muy ilustrativa' del malestar existente en Marruecos. Desde Asuntos Exteriores dicen estar confiados en que este episodio 'no afecte a las muy buenas relaciones existentes entre ambos países, así como a la profundidad estratégica de la relación'.

















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