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Los niños... con mamá y papá

Madres y padres separados exigen la custodia compartida como mejor solución tras el divorcio.

OLIVIA CARBALLAR

Entre 500.000 y 800.000 padres divorciados tienen problemas para ver a sus hijos; 160.000 pasan por el calabozo alguna vez por denuncias falsas; y en el 30-40% de los casos se incumple el régimen de visitas. Son datos de la Confederación Estatal de Madres y Padres Separados, que ayer exigieron al Gobierno, en una manifestación en Sevilla, que se establezca la custodia compartida como modelo preferente tras el divorcio.
'Los objetivos que perseguía la ley [del divorcio de 2005] de reducir la contenciosidad y de proteger el derecho del menor a relacionarse con ambos progenitores en igualdad han fracasado; de hecho, la contenciosidad ha aumentado casi un 6%', denunció el presidente de la confederación, Justo Sáez. 'Es totalmente inaceptable que el menor sufra, que sea maltratado y que sea manipulado', añadió.

El acto, con el lema Custodia compartida sí. Síndrome de Alienación Parental no. Denuncias falsas no, coincide con la celebración, hoy, del Día Mundial de la Prevención contra el Abuso Infantil y, mañana, del Día Internacional de los Derechos del Niño y la Niña.

Alienación parental

'Empresario, divorciado desde hace ocho años, afectado por el síndrome de alienación parental [manipular a los hijos para que rechacen al progenitor que no tiene la custodia] que padece mi hija Rocío de 10 años desde hace un año y medio, momento en el que la madre así lo decidió'. Así se presenta Domingo González en un blog -custodiacompartidasap.blogspot.com-. 'Mi hija no me quiere ver, ni tocar, y el último día que nos vimos me pegó un par de guantazos', escribe.

En conversación telefónica, sin embargo, Domingo, portavoz de la confederación, prefiere dar protagonismo a casos mucho 'más graves' que el suyo. 'No me gusta hablar solamente de mi historia, las hay peores, como la de Manuel Gancedo, un hombre cántabro que únicamente puede mover las pestañas, que ha sido denunciado por maltrato, que no ve a su hija desde hace más de un año y al que los médicos dan muy pocas esperanzas de vida'. Domingo también critica la ley de violencia de género: 'El año pasado fueron asesinadas 68 mujeres. ¿Sabes cuántos hombres murieron a manos de sus parejas? 42'.

'No sabía que mi hijo tenía un tumor'

Antonio Pino lleva sin ver a su hijo más de diez años porque no le han dejado. Pero su hijo, Iván, lleva el mismo tiempo sin ver a su padre porque no quiere. Antonio atribuye la reacción de Iván al síndrome de alienación parental: “Mi ex mujer les ha manipulado y eso es un error, porque, aparte del daño que me hace a mí, el que sufre es el niño”.

A Antonio, que preside la Federación Andaluza de Padres y Madres Separados desde Granada, se le encoge la voz cuando cuenta que se enteró de que su hijo estaba gravemente enfermo por casualidad: “Unos amigos me tuvieron que decir que mi hijo se estaba muriendo por un tumor”. Su ex mujer, de la que ya lleva separado unos 15 años, no lo dejaba ir a verlo al hospital. “Este hijo es mío y no tuyo”, explica Antonio que le gritaba ella.

Tuvo que intervenir la policía y, desde entonces, pudo ir a visitar a Iván todos los días. Pero Antonio también tiene otra hija, hermana gemela de Iván, a la que no ve desde hace más de seis años. “Una vez la vi en la calle y ni me atreví a saludarla y mi cuñada me dijo que había hecho bien porque si mi ex mujer se entera de que me ha saludado le hubiera pegado”, sentencia.

Los niños han crecido, ya son mayores. “Mi ex mujer se los llevó a Tarragona y no iba ni a recoger las notas al colegio”. Y trabajan. “Yo les seguí pasando la pensión hasta que un juez dijo que no tenía que darles más dinero”. Y su hijo, afirma Antonio, le llamó y le dijo: “Ya nos veremos en el juzgado donde te pienso inflar a hostias”. Antonio no se ha vuelto a casar y dedica su vida a que otros niños no pasen por ello. “Estoy escribiendo una obra de teatro basada en mi vida”. No hay ni un solo día que no recuerde a sus hijos. La pasada Navidad les envió una felicitación. La respuesta no ha llegado aún.

'La mejor vía es la mediación familiar'

“La guerra de géneros es un negocio”. Con esta contundencia se manifiesta un juez en cuyas resoluciones siempre han primado el interés y la protección de los menores, como en el caso de la joven de Benamaurel (Granada), en el que se negó a ejecutar la orden de devolverla a sus primeros padres adoptivos. Francisco Serrano, titular del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla, considera que la custodia compartida es “un clamor social” porque es la “mejor solución para la desprotección” que vienen sufriendo los niños.

El juez Serrano, que atendió a este periódico tras su participación en un congreso de jueces por la mediación, aseguró que ésa, la mediación, es la vía adecuada para solucionar problemas cuyos principales damnificados son los niños. “Usted puede fracasar como pareja, pero no como padre ni como madre”, asevera.

Sobre el síndrome de alienación parental, el  juez Serrano pone un ejemplo muy gráfico: “Si el niño de la película La vida es bella puede ver en un campo de concentración un parque de atracciones gracias a su padre, está claro que los padres pueden hacer creer cualquier cosa a sus hijos”. E insiste: “Para evitar este síndrome, lo mejor es la custodia compartida, apartar durante un tiempo al niño de la fuente de alienación”. Y quien se opone a esta fórmula, dice, demuestra que no está capacitado para obtener la custodia del menor.

Con la misma claridad y contundencia que defiende la custodia compartida, Francisco Serrano asegura que la Ley Integral contra la Violencia de Género necesita una “reforma integral”. En su opinión, pone de manifiesto “la inferioridad de la mujer después de cien años de lucha por la igualdad”.

Sentencias para mirar con lupa

Una juez de Gavà (Barcelona) denegó a Joan Carles Castañé la custodia compartida de sus dos hijos argumentando, entre otros motivos, que la minusvalía que sufre –una cojera derivada de una poliomielitis– podría representar un impedimento para cuidar a dos niños tan pequeños.

En Manresa (Barcelona), una juez otorgó a un padre la custodia de su hija, por un periodo de seis meses, para intentar remediar la aversión que la niña siente hacia él y que, según la sentencia, ha sido inculcada por la madre, al haber impedido que le viera desde su separación. La mujer en un principio denunció al padre de los menores por “malos tratos” y éste tuvo una orden de alejamiento.

El juzgado de familia de Oviedo desestimó el pasado 24 de mayo el recurso de una madre en el que pedía un horario más flexible para visitar a sus hijos al estimar que la mujer predisponía a los pequeños contra su padre. 

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