El Gobierno de Zapatero afrontará el martes una situación política difícil e inédita porque, con toda seguridad, la inmensa mayoría del Congreso de los Diputados se unirá para reprobar a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. El PSOE intentará negociar con las minorías hasta el último momento, pero es prácticamente imposible que consiga evitar este trago.

Lo más notable es que la reprobación puede salir adelante con los votos de la derecha y de la izquierda, con los de los teóricos socios del Gobierno y los del PP. Será la primera vez que esto ocurre en esta legislatura, y resultaría muy difícil encontrar precedentes en otros periodos. El único precedente de intento de reprobación de un miembro del Gobierno desde que el PSOE volvió al poder fue el 14 de diciembre de 2004 contra el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, pero se quedó en eso: un simple intento, porque el PP no consiguió apoyos suficientes.

La reprobación de Álvarez parte de una moción de Iniciativa per Cataluña que en su último punto insta a la destitución de la ministra, por el caos ferroviario de Barcelona.

La moción que se apruebe no es vinculante, pero sí tiene una enorme fuerza política que se une a la decisión reciente del Parlamento de Catalunya de solicitar también la destitución de Álvarez. La ministra vivirá una semana negra porque, al día siguiente, se someterá a una batería de preguntas del PP, de ERC y del PNV en la sesión de control al Gobierno.

Cuestión de coherencia

A falta de que fijen posición sobre la moción concreta de IC, están a favor de la destitución de la ministra de Fomento ERC y CiU, y el PP. Los dos primeros apoyaron la del Parlamento catalán y no se entendería que la rechazaran mañana, más aún en vísperas electorales. De hecho, el portavoz de IC, Joan Herrera, emplazó el viernes a CiU a que convenza al PNV para que se sume a la reprobación y al PSC para que la apoye por 'coherencia'.

El portavoz de CiU, Josep Antonio Duran Lleida, ha pedido reiteradamente la destitución de Álvarez. El pasado domingo, en una entrevista en Público, aseguró que 'es lo menos desde el punto de vista de higiene democrática'.

Fuentes del PP aseguran que intentarán presentar enmiendas parciales a la moción de IC que consta de nueve puntos, pero en todo caso, apoyarán el último punto, el que habla del cese de la ministra. El PP no comparte otros puntos como la revisión del modelo ferroviario que prima la alta velocidad frente a las cercanías.

Si los partidos mantienen la posición del Parlamento de Cataluña, el PSOE se quedará solo en su respaldo a Magdalena Álvarez, con la única salvedad del Grupo Mixto y del PNV.

Fuentes socialistas aseguran que hasta el momento de la votación intentarán negociar con el resto de grupos para intentar evitar la reprobación. Para ello, incidirán en el hecho de que la moción de IC incluye puntos inasumibles que se contradicen con el compromiso de llevar la alta velocidad a Catalunya.