El PSOE no renuncia a que el primero de los debates cara a cara entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se celebre en la televisión pública y así se lo transmitirá la próxima semana José Blanco a Pío García Escudero.

Ambos se reunirán por tercera vez para terminar de perfilar los debates de los días 25 de febrero y 3 de marzo y prevén cerrar el temario y, sobre todo, el lugar en el que se celebrarán, quizás uno de los puntos más conflictivos de la negociación.

Los socialistas mantienen casi de forma irrenunciable que no se entendería que el cara a cara del 25 de febrero no fuera en TVE, precisamente en la legislatura en la que el máximo responsable del ente público ha sido designado por el Congreso y con consenso de los dos principales partidos.

El moderador en ese caso sería Lorenzo Milá, director de la segunda edición del Telediario.

Moderador pactado

Según esta propuesta, el segundo sí se emitiría en cadenas privadas, para lo que existen diferentes fórmulas. La primera y más probable es que se busque un lugar neutral, con un moderador pactado por el PSOE y el PP y que las cadenas privadas que así lo decidan puedan emitir la señal, sin que, por tanto, pueda producirse discriminación entre empresas.

Se da por hecho que, como ocurrió en 1993, en el segundo debate no tiene por qué bajar la audiencia, entre otras cosas, porque se habrá creado una expectativa previa y porque su resultado es mucho más decisivo por estar más próximo a la cita con las urnas.

Como alternativa, los socialistas proponen al PP que se designe por sorteo qué cadena privada emite el segundo debate. Esta fórmula, no obstante, puede provocar malestar en las cadenas que queden eliminadas en ese sorteo.

Diferentes criterios 

En principio, el PSOE no ve posible que el criterio para decidir el lugar del segundo debate sea el de la audiencia. Porque no está claro si debe utilizarse el dato de la audiencia total de la cadena o el de sus informativos y porque provocaría malestar seguro en los excluidos. Si se aplicara el criterio de la audiencia global correspondería a Telecinco y si fuera la de informativos se celebraría en Antena 3.

En el inicio de las conversaciones, el PP era partidario de que los dos cara a cara se celebren sólo en cadenas privadas y no en Televisión Española.
El sólo hecho de admitir que se celebre por primera vez en la televisión pública ya supone aceptar que se ha producido un cambio en lo que ha sido siempre uno de los caballos de batalla políticos entre los dos principales partidos: la denuncia del control de los medios públicos.

Los dos partidos coinciden en la necesidad de cerrar todos los detalles la próxima semana, antes de que vuelva la actividad política. Tienen previsto contactar con las cadenas para comunicarles el acuerdo y evitar protestas.