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El PP admite que busca la abstención

Gabriel Elorriaga desvela al Financial Times la estrategia de su partido y luego lo desmiente

ALICIA GUTIÉRREZ

“Toda nuestra estrategia está centrada en desalentar a los votantes socialistas”. En un gesto inédito que implica desvelar el verdadero plan de Mariano Rajoy, el secretario de comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, acaba de confirmar que “toda la estrategia” de su partido pasa por lograr la abstención de los votantes socialistas. Considerado uno de los cerebros de su partido, la confesión de Elorriaga aparecía ayer publicada en las páginas del rotativo británico Financial Times .

Anoche, a las 22.45, el PP difundió un confuso comunicado según el cual Elorriaga “desmiente la información del Financial Times”, sin especificar si el desmentido se refiere al todo o sólo a alguna parte.  Según la nota, Elorriaga sostiene esto: “En el PP estamos apelando al votante socialista en esta campaña porque una parte de este electorado está profundamente desencantado con la gestión de Rodríguez Zapatero en los últimos cuatro años”.

Pero la crónica del Financial, uno de los diarios más prestigiosos del mundo, abunda en entrecomillados que no admiten equívoco: “Sabemos -dice Elorriaga- que [los electores socialistas] nunca nos votarán. Pero si podemos sembrar suficientes dudas sobre la economía, la inmigración y las cuestiones nacionalistas, entonces quizá se queden en casa”.  

¿Es, acaso, éste el mensaje oficial del PP? No.  Mariano Rajoy, cierra todos sus mítines con un llamamiento a “votar todos, los de derechas y los de izquierdas”. La petición de apoyo electoral a los votantes de PSOE –cuyos valores clásicos reclamó como propios en un entrevista con Buenafuente en La Sexta– se ha convertido en uno de los leit motiv de sus intervenciones. Pero, ahora, las declaraciones de Elorriaga desarman el discurso oficial de su jefe de filas.  

“Una imagen muy dura”

Y eso resulta clave para el PP.   Máxime si se atiende a las otras confesiones de Elorriaga ante el diario británico: “El PP tiene una imagen muy dura, de partido de derechas en este momento. Incluso nuestros propios votantes piensan que son más centristas que el PP”.  Elorriaga, cuenta el diario, admite que el PP “ha sido incapaz de hacer crecer su atractivo en los cuatro años de oposición”.

Esa premisa -la de que el PP ofrece una imagen  derechista- se une a otra: “Será difícil incrementar nuestro voto”, dice Elorriaga, lo que refleja  las dificultades para romper su techo electoral. Es una confesión en regla: el interés prioritario del PP consiste en fomentar el desaliento en la izquierda.

Elorriaga admite que los socialistas poseen una base social más amplia. “Pero sus votantes son menos disciplinados que los nuestros”, explica. “Y por esa razón estamos dirigiendo nuestro mensaje a ellos. Estamos diciendo: ‘Tu Gobierno no se preocupa de tus problemas’. El resultado electoral dependerá del impacto de ese mensaje”, opina.

Y ese mensaje es, exactamente, uno de los que con más fuerza subyacen en el discurso de la cúpula del PP en esta legislatura. Dos ejemplos: el debate territorial abierto con la reforma de los Estatutos -”no interesa a nadie”, fue la frase de cabecera del PP-  y, ahora, la desaceleración económica, asunto en el que Rajoy no cesa de golpear a Zapatero con el argumento de que sólo se ocupa de las grandes cifras macroeconómicas y no de la cesta de la compra.

Crispación en lugar de tensión

Bajo el título de  Los conservadores pujan por invertir los papeles, la crónica asume como cierto que el PP espera ganar no por trasvase de votos sino “persuadiendo a los socialistas para que se abstengan”.  

   La  corresponsal Leslie Crawford, autora del reportaje, informa que “a micrófono cerrado Zapatero confió: ‘Estamos tranquilos con nuestros sondeos, pero podemos beneficiarnos con un poco más de crispación  [confrontación]’” en referencia   a su entrevista con el periodista Iñaki Gabilondo. El presidente no habló de crispación. “Nos conviene que haya más tensión”, dijo.  

El reportaje  señala que el PP también se ha embarcado en un “populismo anticuado” y apunta que ha introducido en la campaña “una creciente preocupación acerca de los inmigrantes porque “tantos  no caben”.  La corresponsal  añade: “Pero la experiencia de Rajoy en controlar la inmigración ilegal cuando fue ministro del Interior ha sido lúgubre”.

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