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Repatriaciones arbitrarias y vejaciones en aeropuertos

Brasileños, mexicanos y chilenos denuncian malos tratos por parte de las autoridades española

D.A. / M.H. / L.D.P.

“Vuelo Tam 8065, de las 12.30, con destino Sao Paolo”. En él viajaba ayer el último grupo de brasileños repatriado por las autoridades españolas. Este tipo de retornos se ha incrementado en los últimos tiempos. En algunos casos, de forma arbitraria, según los afectados e incluso el propio Gobierno de Brasil. Quejas similares se suceden en otros países, como Chile, Argentina y México, hasta el punto de ocupar los titulares de sus principales diarios.

Además de arbitrariedades, los retenidos denuncian vejaciones y trato racista. Llamarles “perros”, hacinarlos en salas durante más horas de lo permitido por la ley y no dejarles alimentar adecuadamente a sus hijos menores son algunas de las prácticas que se repiten en los aeropuertos del Prat y Barajas. “Los policías nos insultan y faltan al respeto. Nos tratan como presos y las condiciones son infrahumanas”, añadía ayer Francisca, una argentina retenida en Barajas.

Las asociaciones de inmigrantes se suman a las denuncias. “Una de las salas de retenidos tiene capacidad para 120 personas y hace unos días había 240”, alerta Laura Rojas, presidenta de la federación de asociaciones americanas FASAMCAT.

Irregularidades

Otro problema es la falta de información. A menudo, los extranjeros retenidos no saben qué sucede y no cuentan con servicio de traducción durante horas. Eva Somoza, abogada del turno de oficio de extranjería, relata que a veces no saben lo que está pasando. “La cara de algunos es de confusión total”. Esta letrada asegura que ha tenido que intervenir más de una vez a causa del “trato vejatorio de la Policía Nacional” a sus defendidos.

Una versión parecida ofrece Marcelo Belgrano, experto en Migraciones del Colegio de Abogados de Madrid. En su ayuda diaria a los retenidos en Barajas, ve cómo se les deja sin documentación hasta que suben al avión o situaciones en las que, pasadas las 72 horas que pueden estar retenidos, se pide a la autoridad judicial una prórroga, que a veces se envía por fax y sin la presencia del abogado.

“Desde hace siete años, se están retornando todos los días desde Madrid entre 60 y 70 personas de todas las nacionalidades”, resume. Ahora le toca a los brasileños, uno de los pocos colectivos que no necesita visado para España. Por eso, se duda de que sean turistas y se les somete a interrogatorios de tercer grado.

También Chile se ve afectado por la nueva política de inmigración española, informa Oscar Abou-Kassem. Fuentes de su embajada en Madrid explican que esperan una mejora, “ya que el año pasado hubo muchos rechazos”.

Requisitos económicos

Los sindicatos policiales niegan las acusaciones de racismo y xenofobia. Desde el Sindicato Unificado de Policía, explican que no hay muchos rechazados de Brasil si se tiene en cuenta que llegan a Barajas nueve vuelos diarios con entre 250 y 300 pasajeros. “Siempre hay gente que no reúne los requisitos”, dicen. Éstos son: acreditar solvencia económica de 540 euros para ocho días, más otros 60 euros por día extra, una carta de invitación de un residente o un documento que acredite el alojamiento.

La entrada se deniega siempre por incumplir estos requisitos y no por racismo, según la Unión Federal de Policía. Además, la decisión se les comunica mediante un escrito firmado ante su abogado.

El Ministerio de Interior también niega que se discrimine a los brasileños y admite que lo deseable es no retenerlos las 72 horas legales, sino organizar su retorno en el mismo avión de llegada. Asimismo, asegura que en ese tiempo tienen la asistencia de un letrado de oficio, un intérprete y derecho a ser escuchados mientras se tramita su expediente.

Brasil repatria a seis empresarios españoles

El número de españoles a los que no se les ha permitido entrar en Brasil en la última semana asciende ya a 20. A los ocho turistas que fueron repatriados el pasado jueves y a los cinco del final de semana, se suman seis empresarios y una turista que llegaron el lunes a Río de Janeiro y que tuvieron que regresar a España. Pedro José Hernández, un empresario murciano, declaró ayer a elmundo.es que “los agentes les separaron del resto de los europeos sin dar ninguna explicación”. “Sufrimos un trato vejatorio”, matizó. El Gobierno brasileño argumentó que los primeros 13 repatriados no poseían o dinero o billete de vuelta. De los últimos siete, no hay explicación. El Gobierno de Lula anunció la semana pasada un “endurecimiento de los controles” a españoles tras la crisis abierta por la repatriación masiva de brasileños. 

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