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Norma clama justicia por su hijo Álex

Una mujer inmigrante cuyo hijo murió a manos de su maltratador quiere el asilo

SUSANA HIDALGO

Norma Beatriz Céspedes, argentina de 45 años, guarda en su mochila una sudadera infantil, uno de los pocos recuerdos que le quedan de su hijo, Álex Ibarrola, que con ocho años murió en uno de los barrios más pobres de Buenos Aires (Argentina) en un incendio provocado en su casa por su propio padre.

Ocurrió el 12 de julio de 2006 y ahora Norma vive en Alcorcón (Madrid) desde donde intenta rehacer su vida pero donde también reclama justicia. “Llegaré hasta donde haga falta, a los tribunales internacionales, para que ese hombre acabe en la cárcel”, clama esta inmigrante. Su caso ha tenido mucha repercusión en los medios de comunicación argentinos.

Norma sufrió malos tratos reiterados en Argentina por parte de su pareja, que ni siquiera tiene una condena firma por la muerte del pequeño y continúa trabajando en un hospital de Buenos Aires. Además de matar a su hijo, el hombre provocó un aborto a Norma y le obligaba a mantener relaciones sexuales.  

Han pasado dos años desde el suceso del incendio y Norma tiene depresión.  En Buenos Aires pasaba las noches durmiendo en el cementerio al lado de la tumba del niño. En Madrid está siendo tratada por una psicóloga, “se llama Julia y ella me dice que salta para adelante”, pero enseguida recuerda la noche del incendio. “Mi pareja me decía: Norma si me dejas te voy a pegar donde más te duele. Y efectivamente le abandoné y él mató a nuestro hijo”, rememora la mujer, que está ilegal en España y cuida ancianos por horas.

Por su situación, Norma quiere el asilo político. Para ello ha llamado a las puertas de varias asociaciones españolas dedicadas las víctimas de la violencia de género. No le da miedo ser ilegal ni la expulsión.

Después del suceso, el presunto asesino, Antonio Isidoro Ibarrola, fue detenido pero el juez le dejó poco después en libertad, a pesar de que hubo muchos testigos que declararon que le habían visto huir de la casa una vez comenzado el incendio y de que la policía comprobó que la puerta de la vivienda tenía puesto un candado para que el niño no pudiese huir.

Una manifestación popular a favor de Norma hizo que se reabriera el caso, y hay una sentencia que le declara “homicidio culposo con negligencia”. “Pero el asesino sigue en la calle, así funciona la justicia argentina”, se queja esta mujer argentina. Ya en su país denunció en comisaría, antes de la muerte de su niño, que había recibido maltrato  y amenazas de muerte por parte de su pareja.

La mujer cuenta en Madrid con el apoyo del área de género de la Asociación AESCO (América-España Solidaridad y Cooperación). “La violación de los derechos humanos que todavía seguimos sufriendo las mujeres, las niñas y los niños y la impunidad con que todavía se sigue tratando este tema, nos lleva a unirnos a la lucha de Norma y a acompañarla en  su búsqueda de la verdad y en el pago de la pena que el asesino debe cumplir”. Esto es lo que dice una carta que guarda Norma en su mochila, junto a la sudadera de su hijo y fotos con los bordes quemados que pudo recuperar del incendio.

En su cabeza, no hay otro tema que no sea su pequeño Álex. “Me han cortejado algunos hombres españoles pero soy incapaz ahora mismo de empezar una relación”, concluye.

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