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Gaspar Llamazares hace ya las maletas

Anuncia por sorpresa que dimitirá como coordinador de IU el 25 de octubre, tres semanas antes de la IX Asamblea Federal

JUANMA ROMERO

La época de Gaspar Llamazares al frente de Izquierda Unida se consume. Acaba. Sus ocho años de jefe se cerrarán en 19 días, el 25 de octubre. Ese sábado el único diputado de la federación en el Congreso se irá. Dejará libre su banco de coordinador general, pero mantendrá su acta hasta 2012.

Así adelanta su marcha tres semanas. Él siempre contó con que firmaría su adiós tras el hundimiento en las generales –IU pasó de cinco a dos escaños– en la IX Asamblea Federal, el 15 y 16 de noviembre. Ahora, será la cúpula –la Comisión Permanente– quien asumirá la dirección de modo interino.

Llamazares se despedirá con el calor de los suyos. En Asturias, en su tierra de adopción, donde comenzó su carrera política en los ochenta. Es el territorio más fiel a su política y el que justo ese fin de semana celebra su congreso regional. Su gran bastión en un momento convulso para IU. Y por ahora no hay nada claro, más que las tensiones entre familias.

Por eso se va. Eso dijo él mismo anteayer, cerca de la medianoche, al final de la fiesta anual de Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), la marca catalana de IU. “Me voy para ayudar a la conciliación”, arrancó Llamazares, con regusto de adiós amargo, aunque tranquilo. Ayer, el líder trasladó la decisión a su entorno. La noticia corrió rápido. La sorpresa cundió entre los dirigentes. El coordinador prefirió no hacer valoraciones públicas. Las hará hoy en rueda de prensa.

Un portavoz gasparista explicaba ayer los porqués. “No quería entorpecer el congreso. Estos días tocaba comenzar la redacción del informe de gestión de los últimos cuatro años, que la Presidencia Federal debe presentar el 15 de noviembre. Estaba abocado a un callejón sin salida. Parte de la actual cúpula se fue a la tercera vía y la votación podía convertirse en un voto de castigo exclusivo hacia él. Y las responsabilidades son de todos”. “Sí ayudará [su salida], desde luego”, apunta Ramón Luque, hoy en esa tercera vía, distanciado del líder. “Relaja la tensión y le preserva para el futuro, porque él será nuestro único diputado. Obliga a la gente a arremangarse de una vez”.

La partida de Llamazares era, en verdad, un hecho. La anunció el 9 de marzo, ante el “fracaso sin paliativos” de las urnas. IU –y su socio catalán, Iniciativa per Catalunya Verds (ICV)– se precipitó del 4,96 al 3,77% de los votos. No competiría más por las riendas de la federación, pero aguantaría. Al final no ha resistido.

Los suyos alegan que es una decisión “personal, autónoma”, que ha tomado solo. Todo el mundo veía el estallido, se habían sopesado los escenarios, aunque “nadie” le había sugerido su marcha. “Demuestra el hartazgo por el acoso del PCE, un terrible hastío”, subraya a Público Félix Taberna, responsable de Política Institucional. Inés Sabanés, portavoz de la corriente gasparista, sitúa el anuncio en un “gesto de altura política y responsabilidad”, que manifiesta su “voluntad de centrar el debate en las soluciones para un momento de crisis económica”. “Piensa en el futuro para superar el pasado, cree en este proyecto”. Su compañera Montse Muñoz da un paso más allá: “Los que han pedido su dimisión, los que le han insultado, ahora tienen una excusa menos. Veremos quién da un paso atrás, quién es igual de honesto que él”.

¿Irse es asumir la derrota? “No, para nada”, defiende un dirigente fiel. “Ha sido valiente cuando de él se ha hecho mucha sangre”. En la mente de muchos aún retumba el “ojalá hubieras cogido la maleta hace mucho tiempo” con que Paco Frutos, el líder del PCE, le despachó en varias ocasiones.

Los comunistas no aflojaron. “No me interesa nada de este hombre”, respondió a Público Frutos, lacónico. “Nunca le acosamos ni pedimos su dimisión, pero sí tenía que haberse ido ya”, completa Felipe Alcaraz, número dos del PCE. Joan Josep Nuet, de la tercera vía, comprende el “salto en el aire” de Llamazares, aunque echa en falta “más paciencia”. “Él aún es una persona esencial en IU”, añade. Un líder que ya ha dicho basta. Que se acabó.

 


1. El heredero de Anguita // Fue en 2000, en la VI Asamblea, cuando Llamazares se hizo con el liderazgo de IU. Venció a Paco Frutos por un solo voto. En sus manos, la complicada gestión de la herencia de Julio Anguita. “Frutos nunca le perdonó que le ganara”, afirma un ‘gasparista’. IU tenía entonces ocho diputados en el Congreso (21 en 1996).

2. Reelegido en 2003 y 2004 // La VII Asamblea, en 2003, le reeligió por un 80%, pero un año más tarde todo se complicó y venció a sus adversarios por la mínima, con un 49,52%. Acusó el castigo de las generales y europeas de 2004.

3. El único con primarias // El 14 de noviembre de 2007 Llamazares vivió su momento dulce: el 62,52% de los militantes le refrendó como candidato a la Presidencia del Gobierno. Se impuso a la mujer designada por el PCE, Marga Sanz (37,48%).

4. Crece la ruptura // Nadie pudo sospechar un fiasco así. IU-ICV perdió 314.135 votos el 9-M. Pasó de los cinco escaños de 2004 a sólo dos. La contestación interna creció. La federación se deshizo en tres pedazos que ahora deben recomponerse. 

 

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