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Pons dice que UPN actúa por miedo a que el PSOE le eche del Gobierno

El portavoz del PP habla de 'coacción clara, diáfana y abierta' de los socialistas

M.J. GÜEMES/J. ROMERO

El PP lo arregla todo diciendo que los demás tienen 'miedo'. La semana pasada Esteban González Pons explicaba que su partido se había visto 'forzado' por el PSOE y el Bloque a votar una resolución en el Parlamento gallego que condenaba el franquismo y apoyaba medidas de la Ley de la Memoria Histórica.

Ayer, el vicesecretario general de comunicación conservador insistía en que no era que Unión del Pueblo Navarro (UPN) traicionara al PP con su abstención, sino que se encontraba sometido a una 'coacción clara, abierta y diáfana' del PSOE navarro, 'amigo' de Nafarroa Bai.

En las filas conservadoras piensan que Sanz se encuentra atado de pies y manos porque gobierna, gracias a los socialistas en minoría en la Comunidad Foral. Son conscientes de que los necesita para sacar adelante sus presupuestos y se han autoconvencido de que los regionalistas temen que se les arrebate el Gobierno mediante una moción de censura que se lo conceda a los nacionalistas.

En su disquisición olvidan que Navarra es una de las autonomías más beneficiadas por la Cuentas del Estado de 2009 y que UPN siempre ha defendido su 'independencia' respecto a los temas de su casa. Además, y eso no es ningún secreto, los regionalistas se han percatado de que yendo de la mano del PP estuvieron a punto de perder por primera vez desde que Sanz llegó al poder en 1996, el Palacio de Navarra, sede del Gobierno regional, el pasado 9 de marzo.

Al principio, en el PP iban con pies de plomo, apelando a la relación de 'hermandad' con UPN. Después llegaron las amenazas, alertando de que si finalmente insistían en su órdago se rompería el pacto que mantienen desde 1991. Y ahora, cuando se han encontrado con los hechos ya consumados, toca buscar una excusa.

El PP analizará hoy en su reunión del Comité Ejecutivo Nacional su reacción. De momento, hablan de tomarse 'un tiempo de reflexión'. Pero este tiene su fecha de caducidad en el próximo 23 de octubre, momento en el que los dos diputados de UPN se tendrán que retratar definitivamente. Los conservadores albergan la esperanza de que Santiago Cervera actúe en conciencia y, por tanto, apoye la enmienda a la totalidad que presentará el PP.

Así, la formación de Mariano Rajoy podrá defenderse diciendo que, además de las 'coacciones' del PSOE, todo este culebrón obedece al lío interno que se vive dentro de UPN por la sucesión de Sanz.

Por su parte, Carlos Salvador, el otro parlamentario implicado, trataba de explicar este domingo a los periodistas en la sede nacional del PP que él mantendría la abstención. 'Debemos hacer hincapié en la pedagogía: que en Navarra no valen las dinámicas PP-PSOE o izquierda-derecha que hay en el resto de España. Allí los socialistas nos apoyan en casi todo, existe una relación muy fluida, y algún peaje lógico debemos de pagar para separarles de NaBai'.

Salvador reclamó más 'flexibilidad' al PP y deseó que el pacto no se rompa, 'porque nadie quiere hacerlo saltar por los aires'. El presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti, compartía ayer la misma idea. Al ser preguntado por la situación, el dirigente vasco mantuvo que no podía romperse lo que había ido tan 'bien para las dos partes'.
'Yo abogo por el sentido común, quiero que se mantenga y que los dos diputados reconsideren su postura', señaló. Además, opinó que el debate debe 'de ser qué es lo mejor para Navarra y para los navarros y no qué es lo mejor para los intereses partidarios de José Luis Rodríguez Zapatero'.

La dirección nacional del PP, desde luego, no quiere ser la encargada de figurar como la parte culpable del divorcio. González Pons comunicó ayer que Rajoy 'peleará hasta el último minuto' para atraerse a Sanz y trabar un acuerdo.

Mientras, Sanz pidió 'respeto' para las decisiones adoptadas por su partido, que habían contado además con el respaldo del 90 % de su Consejo Político. Dentro de la formación regionalista, algunos consideran que hay que replantearse algunos de los términos del acuerdo y piensan que es imprescindible que exista 'cierta flexibilidad' con las peculiaridades de Navarra.

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