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Unos 170.000 menores juegan a diario en Internet

La nueva Ley del Juego regulará el acceso a las páginas de pago

PAULA DÍAZ

'Mi colega le quita el DNI y la tarjeta del banco a sus padres y se gasta unos 200 euros al mes jugando en internet'. Así describe Miquel, un joven de 16 años del Instituto Lope de Vega de Madrid, la adicción de su 'amigo' por los videojuegos online. Él también está enganchado: 'Yo me paso toda la tarde jugando al Counter [un juego de guerra], desde que llego a casa a mediodía hasta la medianoche, pero no pago como mi amigo'.

Miquel y su amigo no son los únicos que disfrutan en el mundo virtual. Una encuesta realizada por la Fundación Universidad-Empresa entre 13.000 niños de toda España reveló que más de 120.000 niños y más de 50.000 niñas de entre 10 y 18 años juegan a diario en internet.

Un adolescente: 'Mi amigo gasta 200 euros al mes en juegos online'

No obstante, el problema no es que los adolescentes jueguen, sino la facilidad con que pueden gastarse dinero en ello. 'Hoy en día hay cientos de sitios en España donde puedes adquirir unas tarjetas prepago, sin límite de cuantía y totalmente anónimas. Y la única condición para registrar a un jugador es que tenga un correo electrónico, que un chico puede tener a nombre de su gato', denunció Bernardino Cortijo, ex comisario de Policía y director de Seguridad Corporativa de Telefónica, en un reciente debate sobre la legislación del juego online.

Sin embargo, Sacha Michaud, presidente de la Asociación Española de Apostantes por Internet (Aedapi), asegura que 'la mayoría de casas de apuestas son tajantes en este aspecto y gracias a los sistemas informáticos pueden filtrar la entrada de usuarios'. 'Un ejemplo claro es el de aquellos que se registran utilizando únicamente una tarjeta de débito o crédito. A estos usuarios se les mantienen los datos de la tarjeta bloqueados hasta que no hayan facilitado una prueba fehaciente de su edad', explicó.

Según el 66,7%, sus padres restringirían sus juegos si los conocieran bien

Sea como sea, la nueva Ley del Juego que el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar hoy establece, además de una regulación fiscal que ha levantado polémica, la creación de una Comisión Nacional del Juego, que será la encargada de velar por la 'protección social de los menores y prevenir fenómenos de dependencia'. De hecho, el artículo número seis del borrador prohíbe 'la participación en los juegos a los menores de edad y los incapacitados legalmente o por resolución judicial'.

José, otro de los estudiantes del Lope de Vega, de 17 años, también conoce a alguien que se juega su paga en videojuegos online: 'Mi amigo tiene su propia tarjeta y la utiliza para reforzar el poder de sus personajes en Last Chaos. Se gasta 50 o 100 euros, depende de lo que tenga', relata.

Last Chaos es un simple juego de rol, aparentemente inofensivo. Gamigo, la empresa responsable del juego, presume en su página de inicio de que Last Chaos es 'totalmente gratuito' y advierte de que 'no es obligatorio comprar nada para jugar'.

Así es, pero algunos usuarios comentan en su propio foro que el juego se vuelve aburrido si no pagas. 'El juego ha tocado fondo, ya son excesivos los precios', se queja un jugador (o jugadora) que se hace llamar Malopy. Aunque también es cierto que está en sus manos resolver ese problema. Srwolf lo resume: 'La solución es no comprar nada y sacar las cosas por uno mismo'. De hecho, José, el estudiante de 17 años, asegura que no es peligroso jugar en la red: 'Si quieres pagas; si no, no'.

¿Qué ocurre con los que optan por la primera opción? ¿Se lo permiten sus padres? 'En el caso de mi colega, el dinero es suyo', apunta José. Miquel es más rotundo: 'Sus padres no se enteran...'.

El estudio Menores y Redes Sociales, presentado la semana pasada, revela que el 66,7% de los menores admite que 'sufriría restricciones' si sus padres conocieran sus videojuegos. Sebastián Muriel, director general de Red.es (Ministerio de Industria), apostó por el control parental para prevenir los riesgos de los menores en la red: 'Tenemos que saber qué hacen y, además, hacerlo con ellos'.

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