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Los profesores se plantan en Catalunya

El rechazo del 70% a la Ley de Educación estallará el jueves en un paro

LEA DEL POZO

Una línea roja divide el suelo. Cuatro alumnos del colegio Joan Coret de Badalona (Barcelona), representan cuatro realidades, idiomas y países: Denis, Vinsa, Singxuan y Bowen. Todos permanecen a un lado. Saben que no deben cruzar la raya, aunque sólo balbucean algunas palabras: 'hola, blau, blanc'. '¡Detrás de la línea!', les recuerda la maestra del aula cíclica, la solución temporal que las autoridades educativas han dado al centro -como a los demás de la zona- ante la oleada de alumnado inmigrante que ha llegado en las últimas semanas. La enseñanza pública hace un notable esfuerzo solidario. El 85% de niños inmigrantes estudian en centros públicos. Privados y concertados apenas acogen al 15% restante.

Es uno de los desequilibrios que hacen que la comunidad educativa catalana esté revuelta. Pero hay más problemas: malos resultados en cada Informe Pisa, aulas con demasiados estudiantes, profesores desbordados y una reforma anunciada, la futura Ley de Educación Catalana (LEC), que no contenta a nadie.

Estas circunstancias han gestado una huelga de enseñanza que se celebrará el próximo jueves en toda Catalunya. 'Vamos a la huelga porque la LEC no viene a solucionar los problemas reales de la gente', afirma Rosa Cañadell, la portavoz de USTEC, el sindicato que junto a ASPEPC y CGT ha convocado la protesta. Las tres centrales representan al 70% de los profesores.

Ni UGT ni CCOO secundan la convocatoria. Pero tampoco les gusta la LEC. 'En realidad, esta ley dice muy pocas cosas', reconoce Encarna Escribano, de CCOO, quien explica que, antes de tomar la decisión de no secundar el paro, consultaron al profesorado y 'no era partidario de parar la actividad escolar'. Estos dos sindicatos, junto a otros colectivos de profesionales de la enseñanza, presentarán sus propuestas de mejora el 30 de noviembre.

'La LEC consolida la doble red: pública y privada, sin compromiso alguno por parte de las concertadas', dice Cañadell. USTEC no acepta que la norma conceda a los centros concertados el derecho al 'ideario propio'. Tampoco que los centros, tanto públicos como privados, gocen del principio de autonomía.

'Es un modelo de gestión empresarial, jerarquiza al profesorado y hace evaluaciones punitivas cuando las evaluaciones deben ser colectivas y para mejorar', afirma la representante de USTEC, que cree, además, que este modelo 'no otorga más autonomía a los centros sino que da más autoridad a las direcciones'.

'Más engaños. Más niños y menos espacios', reza un cartel colgado de las rejas del colegio Joan Coret. Sus maestros no saben aún si harán huelga. 'Llega un momento en que la escuela no puede asumir más', se justifica la directora del centro, Lourdes Garriga, que lleva 40 años en la enseñanza.

El último trabajo de la Fundación Jaume Bofill, Una ojeada al Informe Pisa 2006, muestra datos poco halagüeños para la educación en Catalunya: el 20% del alumnado de 15 años se encuentra en grave riesgo de fracaso escolar y un tercio de los centros segrega a los estudiantes por niveles educativos. Ante estas conclusiones, el conseller catalán de Educación, Ernest Maragall, defiende la autonomía de cada centro y reitera su rechazo a los modelos únicos en el sistema.

Con esta filosofía se crearon los polémicos Espacios de Bienvenida Educativa (EBE). Aulas destinadas a que los alumnos recién llegados pasen 'unos 15 días', según la Conselleria, para acoplarse a su nuevo idioma. Su efectividad aún es una incógnita. Aún así, se estudian soluciones alternativas. 'Todavía no se han evaluado las aulas de acogida y ya se inventan otras medidas', se lamenta Ferran Ferrer, catedrático de Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona.

La inmigración está siendo el caballo de batalla de toda la comunidad educativa. Y también de la Generalitat. 'La LEC dice que la ratio por clase será de 25 niños y en casos excepcionales la Administración podrá aumentarla en un 10%, pero tememos que la excepción se convierta en norma', afirma desde su experiencia la directora del Joan Coret, .

'Salimos despacio', dice la maestra de Denis, Vinsa, Singxuan y Bowen. Ha terminado el día. Les esperan sus madres. Hablan chino, urdu y español. Los niños se despiden de su maestra con la misma fórmula, y en el mismo idioma: 'Ádeu'.

 Refuerza el sistema de centros públicos y concertados

El Anteproyecto de Ley de Educación Catalana (LEC) llegará el próximo miércoles al Parlament rodeado de polémica. El texto pretende impulsar, según sus redactores, “un cambio de cultura”, que implique un “apoyo de la Administración a los enseñantes, y promover el reconocimiento de la sociedad”. La Ley de Educación Catalana (LEC) apuesta por la libre elección de escuela. Es decir, que siempre haya disposición de plazas para que los padres puedan escoger el centro que deseen. Se mantienen el doble sistema basado en la convivencia de los centros públicos y los concertados, que reciben fondos de la Administración. La Ley garantiza la educación desde los 0 años hasta los 16 años.

Cada centro tendrá autonomía y podrá crear un currículo propio, es decir, estará facultado para decidir el programa de cada materia. La figura del director refuerza su poder: será considerado una autoridad pública. Además, “la convivencia estará basada en la autoridad del maestro”, según la LEC. Será obligatorio quelos currículos académicos contemplen la enseñanza de una tercera lengua. Se regulará de nuevo el porcentaje de niños con necesidades educativas especiales . La ley se desarrollará en ocho años. Se prevé destinar a educación el mismo gasto que la media europea.

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