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La objeción a Ciudadanía agoniza ante el Supremo

El tribunal decide mañana si los padres tienen derecho a privar a sus hijos de una asignatura obligatoria. Los alumnos que han resuelto no cursar la materia apenas llegan al 2% del total

DIEGO BARCALA

El Tribunal Supremo (TS) tiene el lunes la posibilidad de dar la puntilla a la debilitada campaña contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC). El pleno de la sala tercera sentará jurisprudencia al analizar cuatro casos, dos de Andalucía y dos de Asturias. De este modo, la sentencia de los jueces decidirá si los padres tienen derecho a elegir que sus hijos no cursen una asignatura obligatoria por una cuestión de conciencia. No obstante, los objetores han anunciado que si el fallo del tribunal no les es favorable acudirán al Tribunal Constitucional y al Europeo de Derechos Humanos.

En el presente año escolar, con la materia instalada en dos cursos de Secundaria y uno de Bachillerato (2,4 millones de alumnos), las objeciones han llegado a 50.000 (sólo un 2% del total), según las asociaciones contra la materia.

Las consejerías de Educación de cada comunidad autónoma se han negado a tramitar las objeciones, a excepción de Madrid y La Rioja ambas gobernadas por el PP. Por tanto, es imposible saber realmente el número de niños que no han asistido a clase.

Los padres católicos aseguran que tienen 50.000 firmas con DNI de los progenitores. De ellos, más de 1.500 han recurrido a los diferentes tribunales superiores autonómicos. Cada juez ha interpretado la objeción a su manera, dando lugar a sentencias a favor, en contra o medidas cautelares.

El argumento de los padres que se oponen a la asignatura es el siguiente: 'Encierra un riesgo real de adoctrinamiento ideológico en la escuela, según los intereses del gobierno de turno, y no garantiza el derecho fundamental de los padres, amparado en la Constitución, a que sus hijos reciban formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus convicciones', afirman en Escuelas Católicas.

El contenido de la asignatura que más enrabieta a los católicos es el que explica que una pareja homosexual puede tener hijos, llamarse matrimonio y ser considerada como un tipo de familia. En opinión de la Conferencia Espiscopal Española, el PP y las asociaciones de padres y profesores religiosos, ese capítulo es tendencioso y 'adoctrina' a los alumnos en una ideología determinada, que se intuye a favor de los intereses del PSOE. El portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero, anunció el sábado que acatará la sentencia, pero que suprimirá la asignatura si su partido llega al Gobierno.

Contra el resto de contenidos Constitución, derechos humanos, pacifismo, solidaridad o medio ambiente la beligerancia es menor. El autor del manual de EpC de la editorial McGrawHill, Juan Antonio Abad, discrepa en profundidad con sus críticos. 'No hay una asignatura más adoctrinante que la Religión, cuyos profesores, a pesar de ser pagados por el Estado, están controlados por los obispos y los contenidos también', lamenta. Y añade: 'En los centros públicos, cada profesor tiene la ideología que le da la gana y los privados son, la mayoría, de órdenes religiosas'.

A Abad le duele especialmente la crítica del PP, que participó en el germen de la asignatura en la reunión de la UE en Lisboa en 2000 cuando se acordó que la Ciudadanía debía ser una de las ocho competencias básicas de la Educación Europea. De hecho, el ex portavoz del grupo parlamentario del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, llegó a registrar el 24 de noviembre de 2004 una proposición no de ley que pedía al Gobierno socialista el impulso 'a las acciones necesarias para desarrollar la ciudadanía a través de la educación'.

Un lustro después, el portavoz de Educación de ese partido, Juan Antonio Gómez Trinidad, afirma que la oposición de su partido a la asignatura se basa en que sus contenidos pueden impartirse de manera transversal 'no a través de una única asignatura'.

La ministra de Educación, Mercedes Cabrera, afirmó el pasado martes que espera que la sentencia 'avale la importancia de esta asignatura fundamental en una sociedad como la nuestra'. La secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, reclamó que aporte 'normalidad' a la asignatura.

Una normalidad que muchos sectores religiosos ya han asumido gracias en parte a la independencia que la LOE proporciona a cada centro y cada profesor. En el CEU, por ejemplo, en contra de EpC, la clase se imparte sin libro, ni siquiera han optado por uno de una editorial religiosa, como el de SM.

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