Aralar representa a la sensibilidad alternativa a Batasuna en la izquierda abertzale, y aspira a pasar de uno a cuatro escaños en estas elecciones. Su cabeza de lista por Guipúzcoa, Aintzane Ezenarro, sostiene que, sin violencia, la reivindicación del derecho a decidir 'sería imparable'.

¿Sumarán votos de la otra izquierda abertzale?

Tenemos cada vez a más gente en la izquierda abertzale que no está dispuesta a esperar a ETA para fortalecer una alternativa a las políticas actuales. La violencia es un lastre.

¿Qué más espera del 1-M?

Si está en nuestras manos, no dejaremos que haya un lehendakari de obediencia estatal.

Descarta así un pacto como en San Sebastián con el PSE.

Sí. La mayoría en Euskadi es abertzale y eso debe reflejarse en el Parlamento. El PSE está lejos de lo que es este país, que además es muy euskaltzale (a favor del euskara). Aquí el PSE no es como en Catalunya.

¿Le gustaría un gobierno entre PNV, EA, EB y Aralar?

No vamos a votar a un lehendakari de obediencia estatal, pero eso no significa que vayamos a votar a ningún otro. Aralar pondrá sobre la mesa el programa político. Nuestro objetivo no es entrar en un gobierno, sino incidir como abertzales y desde la izquierda. Y a veces se influye más desde la oposición.

Pero, ¿aun así qué pediría?

Más allá de ir al gobierno hace falta unidad de acción entre quienes defendemos el derecho a decidir. Hay que hacer frente al Estado con lo que somos más fuertes: la razón democrática que da la mayoría. Si no hubiera violencia, sería algo imparable.

¿Y por qué han recurrido a Estrasburgo por separado?

Preferimos que eso quede en anécdota, porque el Tribunal aglutinará las tres demandas. Creo que algunos EA han querido hacer bandera como si fueran más soberanistas. Y EB tendrá que explicar por qué no ha recurrido al final.

¿Qué consecuencias puede tener la ilegalización para la normalización y la paz?

Estamos en una espiral. La de las ilegalizaciones y los encarcelamientos por defender ideas políticas; a quienes dicen que no hay presos políticos en este país habría que preguntarles qué son estas personas detenidas. Es grave. La otra presión, obviamente, es de ETA. Y necesitamos salir de esa espiral.