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De jueces y venados

La huelga de los jueces es el asunto más grave al que se ha enfrentado Bermejo desde que aceptó la cartera de Justicia. Pero han sido más las formas del ministro, que incluyen esa cacería que no ha gustado a nadie, las que h

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Bermejo se metió de lleno en el ojo del huracán tanto por la huelga de jueces como por la cacería en la que coincidió con el juez Garzón, en el momento en que éste instruía la causa por corrupción contra cargos del partido Popular.

El ahora ex ministro de Justicia sólo llegó a reconocer que la montería 'probablemente fue inoportuna' , pero descartó que fuese a dimitir por ello. Bermejo criticó a los que 'disparan' contra Garzón por esa coincidencia, en referencia a dirigentes del PP, que quieren 'tapar graves problemas de corrupción '.

La cacería del ministro tornó en una cacería contra su persona: el líder del PP, Mariano Rajoy, solicitó su dimisión en cada intervención que hizo desde entonces. Esperanza Aguirre tildó la cacería de 'compadreo intolerable' y de 'escándalo sin precedentes'. ¿Más?: el portavoz del PP de Madrid Juan José Güemes, la calificó de escena 'propia del franquismo' y acusó a Garzón y Bermejo de 'intentar aniquilar al adversario'.

Desde sus filas también llegaron muchas voces críticas, e incluso el ex ministro socialista Jerónimo Saavedra le recomendó la dimisión como única salida. 'Es él (Saavedra) quien debe aclarar ese cuadro de valores; el mío está muy claro', subrayó Bermejo tras reiterar que para él un cargo político sólo debe dimitir si está imputado por un juez en un caso de corrupción.

Ante el levantamiento de los magistrados, Bermejo reconoció que 'un 35% de jueces en huelga ya es significativo' y que la la justicia española necesitaba 'un impuslo'. Sin embargo, anunció que la huelga no estaba justificada 'porque no existe ese derecho y porque su desproporción salta a la vista' y anunció que llevaría al Consejo de Ministros una ley para regular 'el modo en que los jueces pueden reivindicar sus derechos', desde la perspectiva de que un poder del Estado no puede ir a la huelga.

La huelga de los jueces es quizá el asunto más grave al que se ha tenido que enfrentar Bermejo desde que Zapatero le puso al frente de Justicia. Pero han sido más las formas del ministro, que incluyen esa cacería que no ha gustado a nadie, ni si quiera a los que creen que lo de Garzón fue una coincidencia insignificante, lo que ha dado con sus huesos fuera del Gobierno.

El último en opinar sobre la desafortunada montería ha sido José Bono, esta misma mañana en una entrevista en Onda Cero. El presidente del Congreso asegura que ese episodio montaraz no 'gusta nada' a la 'inmensa mayoría' del PSOE 'por diversas circunstancias' y que 'las últimas de la licencia no son nada desdeñables', refiríendose a que Bermejo abatió sus piezas sin el correspondiente permiso: 'Estaba al lado de Puertollano, que es Castilla-La Mancha pero muy pegado a Andalucía, y no me di cuenta', se justificó.

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