Público
Público

Donde dije héroe digo prevaricador

El uso que otrora hicieron de Garzón tanto la derecha mediática —liderada por 'El Mundo'— como el PP contrasta con los actuales ataques.

LUIS REPISO

 

Pedro J. Ramírez (i), Baltasar Garzón (c) y Mariano Rajoy.

Tras cobrarse la cabeza del ex ministro Bermejo, la derecha mediática -encabezada por El Mundo y con el habitual seguidismo de la Cope- y el convulso PP liderado por Rajoy han encontrado en el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón el objeto de sus iras.

Hoy mismo, el director del diario, Pedro J. Ramírez, define a Garzón como 'indeseable para cualquiera y sinvergüenza para casi todo'.

'Garzón es un juez que pone el derecho al servicio de sus intereses y de sus fobias personales. Se ampara en los privilegios de la Audiencia Nacional para hacer daño al PP', puede leerse en el editorial del periódico, que continúa: 'No es un investigador imparcial, asume un protagonismo desmedido, administra la justicia para satisfacer su ego, tiene una serie de fobias y filias que le ciegan y, sobre todo, se cree por encima de la ley [...], el juez se comporta de forma malévola y artera. Interpreta la ley a su antojo y convierte el procedimiento en una tortura contra el partido de Rajoy'.

El propio líder del PP -Mariano Rajoy- se ha despachado esta misma mañana en Telecinco, en donde ha acusado al juez de 'injusto', de 'generar indefensión' y le ha vuelto a exigir que se inhiba de la presunta trama de corrupción del PP 'porque es del PSOE'.

Sin embargo, la fobia de la derecha -mediática y política- hacia Garzón contrasta con el uso que antaño hicieron del magistrado.

En 1991, Pedro José Ramírez aprovechó su autobiografía para definir al juez Garzón de 'motivo de orgullo de la ciudadanía [...], tan honrado y pertinaz como el legendario John Sirica -juez principal del Watergate-'.

Corrían los tiempos en los que el periodista emprendió su particular batalla contra el ex presidente del Gobierno Felipe González y su cúpula de Interior a cuenta del GAL.

En aquella época, Garzón era para Ramírez un 'Príncipe de la Magistratura', una 'diestra arma justiciera, que dibuja en la pizarra de la historia uno de los más memorables guiones torcidos de Dios'.

Sólo la fugaz entrada del magistrado en política en las filas socialistas en Madrid y, ya de manera más definitiva, tras imputar por presunta falsedad documental a tres peritos policiales en plena campaña ‘conspiranoica' de El Mundo a cuenta del 11-M lograron transformar al príncipe Garzón en rana.

La perspectiva de la misma realidad es muy diferente desde el Gobierno o desde la oposición, y la presunta politización de la justicia deja ejemplos muy claros.

Argumentos que durante el Gobierno del ex presidente José María Aznar eran 'gravísimos' para el PP hoy los asumen como propios y, por contra, lo que los socialistas esgrimen hoy como axioma era intolerable antaño.

El 23 de noviembre de 1999, en plena investigación de Garzón del caso GAL y la posible implicación de Felipe González, el diario El Mundo publicaba unas declaraciones del por entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, en las que afirmaba que 'no hay nadie que se crea que un juez de la Audiencia Nacional actúe al dictado del Gobierno'.

Mayor respondía así a las acusaciones del PSOE de promover el auto de Garzón. 'Estas protestas, además de graves, son gratuitas', argumentaba el hoy candidato a las europeas.

Ese mismo día, Javier Arenas -por entonces secretario general del PP- calificó de 'extraordinario cinismo' que el ex presidente del Gobierno Felipe González intentara vincular la decisión de Garzón de pedir que delimite la responsabilidad de González en la creación de los GAL a una maniobra del PP.

Tres días antes, el 20 de noviembre de 1999, el vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, calificó de gravísimo que el PSOE denunciase la supuesta politización de la Justicia española que 'ponía en grave peligro y deterioro las instituciones españolas básicas'.

'No es admisible que se hable de politización de la justicia y de instrumentalización política de la justicia, sería muy correcto que el PSOE dejara de hacer responsable a los demás de sus problemas', zanjó Rato. Palabras calcadas a las que dijo Zapatero el pasado 12 de febrero.

Las hemerotecas, en fin, son tozudas.

La secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, ha reprochado al PP que critiquen al juez Baltasar Garzón cuando en 1995 y 1996 el presidente del partido, José María Aznar, y el secretario general, Francisco Alvarez-Cascos, le calificaban de 'juez valiente, con coraje e imparcial'.

En una entrevista en Onda Madrid, Pajín ha afirmado que en aquellos años Aznar acusaba al Gobierno de atreverse a 'poner en cuestión el Estado de Derecho' y elogiaba a Garzón, mientras que hoy todo el PP señala al magistrado 'como si fuera el coco del cuento'.

'Vivimos en un mundo con tal voracidad de información que se nos olvidan las cosas', añadió.

Por eso, insistió en decir al PP que 'no todo vale' y que en especial aquellos que han formado parte de un gobierno 'no pueden poner en cuestión la profesionalidad' de la policía o los jueces por el hecho de que estén juzgando supuestos delitos en torno a su partido.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias