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La barra libre tiene sus días contados

Los bares promocionan la venta de alcohol para superar la crisis. Catalunya y Francia emprenden campañas contra las ofertas y el consumo masivo

A. NEF / S. HIDALGO

Tiempos de crisis: los bares y discotecas rebajan los precios, ofrecen '2x1', sobre todo en zonas con público universitario, e intentan atraer a los más jóvenes entre semana con fiestas y promociones de todo tipo. 'Realmente estamos ante un problema, pero el mercado es de libre competencia y no se puede prohibir la venta, salvo que se realice a menores', explican fuentes del Plan Nacional de Drogas, dependiente del Ministerio de Sanidad. Las competencias en materia de control de venta de alcohol están transferidas a las administraciones regionales y locales, así que el Ministerio tan sólo puede hacer campañas de prevención.

En Catalunya la Generalitat ha iniciado este mes una persecución contra la barra libre en los bares, una medida que empieza a tomar fuerza en toda Europa y que ya se ha hecho notar en países como Francia o en Escocia.

Barra libre, Happy hour o dos por uno. La promesa implícita de alcohol gratis que algunos locales de Barcelona utilizan para promocionarse entre semana está siendo un éxito. Además, con la crisis (la asistencia a este tipo de salas ha descendido un 40 por ciento) la oferta se ha multiplicado. Locales de moda recurren a varios promotores para que organicen fiestas diariamente. El reclamo, una hora de barra libre, alguna copa gratis o descuento en las bebidas, se lanza principalmente a través de redes sociales como Facebook y se convierte en un imán que consigue movilizar a centenares de estudiantes universitarios, sobre todo extranjeros a los que no les importa salir entre semana.

Pero la iniciativa de algunos empresarios también ha traído polémica. La Federación Catalana de Asociaciones de Actividades Recreativas Musicales (Fecasarm), la patronal más numerosa del ocio nocturno en Cataluinya, cree que ofrecer copas gratis es un signo de 'competencia desleal' y pidió urgentemente al Departament de Salut que tomase medidas. Ante el aumento de las fiestas, la acumulación de denuncias de Fecasarm y las nuevas tretas de las salas ante el temor de ser sancionadas (en lugar de copas gratis, copas a un euro), la dirección general de Salut se vio obligada a intervenir. El pasado 6 de marzo la Guardia Urbana y la Policía Nacional inspeccionaron varios locales y después el Ayuntamiento inició otra oleada de inspecciones.

Sin normativa

Pero por muchas inspecciones que haya, sigue sin haber una normativa que prohíba la promoción de alcohol. Para Fecasarm, el asunto pasa por modificar la normativa reguladora de este tipo de promociones a través de 'un decreto que prohíba utilizar reclamos como barra libre, tarifa plana de consumiciones, 2 por 1 y similares', explican sus responsables.

Una petición de reforma de la normativa que para el director general de Salut Pública, Antoni Plasencia, solo se llevará a cabo si este tipo de promociones 'prolifera', según unas declaraciones que realizó ayer a Televisió de Catalunya.

Y mientras, el pasado jueves, un club ofrecía, a través de Facebook, en inglés y castellano, una copa gratis en la puerta hasta la una de la madrugada, la posibilidad de hacer una lista de invitados que tendrán una copa gratis o el derecho a participar en sorteos de cenas, botellas y más regalos. En cambio, en la sala Bikini, una de las más míticas de Barcelona, niegan que repartan copas gratis pero constatan que ese tipo de promociones es una práctica que se ha 'hecho siempre'. Aunque también tienen un grupo formado en Facebook, como la mayoría de salas.

En Francia, como en Catalunya, la oferta de beber entre semana va dirigida sobre todo a los universitarios y turistas. El Gobierno y los parlamentarios iniciaron esta semana la tramitación de un proyecto de ley que, de un lado, eleva la edad mínima para comprar alcohol y prohíbe la barra libre y las Happy Hours, pero por otro perpetúa la publicidad y venta de alcohol en las gasolineras y por Internet.

La cámara baja aprobó la semana pasada la mayoría de disposiciones del proyecto iniciado por la ministra de Sanidad, Roselyne Bachelot hace un año, tras el revuelo ocasionado por un suceso en el que dos adolescentes quedaron en coma etílico tras una barra libre de vodka como desayuno.

Ahora, el proyecto sigue pendiente de su voto dentro de diez días en la Asamblea Nacional y su posterior tramitación en el Senado.

La barra libre y el botellón no son tradiciones francesas. En París, sólo los bares frecuentados por extranjeros en las zonas turísticas ofrecen esas fórmulas. Pese a ello, el consumo regular de alcohol entre adolescentes va en crecimiento constante. Ha pasado de un 7% de adictos de 16 años de edad en 2003 a un 13% en 2007.

En su versión actual, el proyecto de ley prevé que sólo los mayores de 18 años puedan comprar o beber en alcohol en cualquier establecimiento, frente a los 16 años de mínimo que fija la legislación en vigor. Los sindicatos de empresas de bares y restaurantes ya han hecho saber que no ven con mucha claridad cómo podrán aplicar esa disposición.

Escocia se ha adelantado al resto de los gobiernos europeos con una propuesta de control de precios en la venta de alcohol. El Ejecutivo nacionalista de Alex Salmond quiere imponer un precio mínimo y prohibir las promociones comerciales de bebidas alcohólicas. La industria se opone a la restricción legislativa, anunciada este mes, y advierten que el derecho internacional no permite a las autoridades fijar un nivel de precios.

El abuso de alcohol es un grave problema en los adolescentes escoceses. El Gobierno autonómico calcula en unos 2.500 millones de euros el coste anual a los servicios sanitarios y de policía, pero en su esfuerzo por mejorar la Salud pública se enfrenta con un sector de mucho arraigo en el país: los fabricantes y exportadores de whisky.

Un estudio de la Universidad de Aberdeen sugiere que nadie saldrá perjudicado con un aumento de los precios. El consumo se reducirá, pero los ingresos de la industria crecerán. La profesora Anne Ludbrook calcula que una bajada en las ventas del 30% generará una subida de facturación del 68%. El proyecto legislativo persigue también el fin de los descuentos. Hay sitios que venden una botella de Vodka por menos de siete euros o una caja de 24 latas de cerveza por menos de ocho euros. D

 

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