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El presidente del Tribunal Superior comió en secreto con Granados

En caso de que los tres diputados de Aguirre acusados por corrupción sean juzgados, Francisco Vieira presidirá el tribunal. El almuerzo fue el lunes, la víspera de que el TSJ asumiera el caso Gürtel

ALICIA GUTIÉRREZ

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Francisco Javier Vieira, almorzó fuera de su agenda pública el pasado lunes en el reservado de un restaurante madrileño con el consejero madrileño de Presidencia y Justicia y secretario general del PP en la Comunidad, Francisco Granados. Ambos compartieron mesa, mantel y conversación un día antes de que, en un auto cuyo ponente fue el propio Vieira, el TSJM acordara asumir la investigación del caso Gürtel, el mayor escándalo de corrupción vinculado al PP y en el que aparecen implicados tres diputados autonómicos y otros tantos alcaldes. Si el caso, abierto por el magistrado Baltasar Garzón, llega a juicio como parece previsible, Vieira presidirá el tribunal juzgador.

A diferencia de la cacería de febrero en la que coincidieron el entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, y el juez Garzón, la cita a solas de Vieira y Granados se desarrolló en un escenario netamente urbano: el céntrico restaurante Solchaga de Madrid.

Aquella montería de Jaén, en la que participaron decenas de cazadores, acabó costándole el puesto a Bermejo y una persecución implacable al juez Baltasar Garzón desde las filas del PP. Ayer, en cambio, los portavoces de ambos comensales remacharon que el almuerzo de Vieira y Granados se inscribe en la 'normalidad de las relaciones institucionales'. 'No se habló del caso Gürtel', dicen en el TSJM. El portavoz de Granados aseguró carecer de información sobre ese extremo.

¿Ninguna de las dos partes se planteó posponer el encuentro, dado que el Tribunal Superior estaba a punto de decidir sobre un asunto crucial para el partido al que representa Granados? 'Los intereses de la Justicia y los madrileños no pueden estar a expensas de que un tribunal asuma o no asuma' una investigación, adujo un portavoz de Granados, número tres en el Gobierno de Esperanza Aguirre. El TSJM se abonó a la tesis de que Vieira no se reunió con Granados 'en calidad de secretario general del PP' sino de 'consejero de Justicia'.

Los dos cargos públicos avanzaron, según el TSJM, en el 'diseño de la Oficina Judicial'. Es decir, de la nueva estructura orgánica de los juzgados españoles, cuya implantación no se producirá en ningún caso antes del próximo año.

Sobre por qué, si la cita tenía un carácter estrictamente institucional, se concertó en un restaurante y no en un despacho oficial, el equipo de Granados aventuró la siguiente explicación: 'En España, se hacen muchas reuniones en comidas de trabajo'. Ni el gabinete del consejero ni el de Vieira habían difundido la celebración de ese almuerzo, que, según el TSJM, se enmarca en la ronda de toma de contacto del magistrado con 'autoridades' como el presidente del Poder Judicial (CGPJ) o la delegada del Gobierno en Madrid.

Anterior presidente de la Audiencia Provincial madrileña y miembro de la conservadora y mayoritaria Asociación Profesional de la Magistratura (APM), Vieira tomó posesión como titular del TSJM el 13 de febrero. El magistrado obtuvo la nominación por parte del CGPJ tras una primera votación fallida. En la segunda, respaldaron su candidatura 14 de los 21 miembros del órgano de gobierno de los jueces.

En lo que respecta a Garzón, los rescoldos de la cruzada del PP, de una magnitud inédita en lo que va de década, aún no se han apagado, pese a su inhibición en el caso Gürtel. Los conservadores mantienen su querella contra el magistrado, y su batería de quejas y denuncias ante el Poder Judicial y la Fiscalía General del Estado.

Desde el primer momento, el Partido Popular se centró en lograr que el sumario quedara fuera del control de Garzón y terminase en manos de los Tribunales Superiores de Justicia de Madrid y Valencia. ¿El argumento? Que varios investigados gozan de aforamiento como parlamentarios autonómicos. Las pesquisas policiales apuntan a que tres diputados del PP madrileños aceptaron sobornos de la trama de Correa: Alberto López Viejo, ex consejero de Deportes; Alfonso Bosch y Benjamín Martín Vasco.

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