Tras el espaldarazo de Nicolas Sarkozy, España ya tiene el aval de la Comisión Europea. Al lado de José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, aseguró en Bruselas que “el G-20 no tiene sentido si España no está”. A ese respaldo, nunca antes expresado con tal contundencia, le siguió la confirmación de que España apoya a Barroso para un segundo mandato al frente de la Comisión.

Para Barroso, el peso económico de España y sus aportaciones “muy importantes” en las anteriores reuniones del G-20 merecen incluir un nombre más en el selecto club de países que desde noviembre tratan de refundar el sistema financiero internacional. Para Barroso es “lógico confirmar formalmente la participación de España en todas las reuniones”, lo que incluye las que se celebren a nivel ministerial. El viernes pasado, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, se quedó fuera de una de esas reuniones.

Zapatero aseguró, por su parte, que España debe estar en el siglo XXI en “el lugar que le corresponde”, tras haberse quedado en el siglo XX al margen de muchas reuniones internacionales. El presidente reivindicó “la voluntad de la generación que represento” para pedir su ingreso en el grupo. “No vamos a aceptar no estar”, recalcó.

Preguntado por la candidatura oficiosa de Barroso a la reelección al frente de la Comisión, Zapatero reiteró su apoyo “firme y permanente”, a pesar del abismo ideológico entre ambos líderes. La reunión de Zapatero con Barroso y el Colegio de Comisarios sirvió además para presentar los tres ejes de la presidencia española de la UE, durante el primer semestre de 2010. El jefe del Ejecutivo aseguró que España pilotará la salida de la crisis económica colocando en el centro a los derechos del ciudadano y las mejoras sociales. Será una presidencia “política” y no sólo de gestión, dijo. La imagen e influencia de la UE en el mundo, en especial en África y Latinoamérica serán los pilares de la política exterior comunitaria. Respecto a la presencia española en el nuevo Ejecutivo comunitario, Zapatero dejó claro que corresponde a Barroso organizar su equipo, pero dio a entender que le gustaría conservar la cartera de Asuntos Económicos y que repitiera Joaquín Almunia.

“Estamos muy satisfechos de dónde estamos, de la Comisaría que tenemos, del área de trabajo que tenemos y estamos muy satisfechos también del comisario que tenemos. Creo además que el presidente Barroso también”, dijo refiriéndose a Almunia.