Juan José Ibarretxe ofrecerá hoy su último discurso como candidato a lehendakari en el Parlamento vasco antes de dejar Ajuria Enea. El 5 de mayo de 2009 pasará a la historia de Euskadi como el día del cambio con la marcha del jefe del Ejecutivo que logró situar en el centro del debate político la defensa del “derecho a decidir del pueblo vasco”, y la anunciada ascensión al poder de Patxi López, el primer lehendakari socialista.

Todo eso sucederá hoy, salvo una sorpresa tan mayúscula como improbable, en una jornada maratoniana en la Cámara vasca que arrancará a las nueve y media de la mañana y finalizará más allá de las ocho de la tarde. Patxi López saldrá entonces del Parlamento recién investido lehendakari y feliz, mientras que Ibarretxe lo hará también satisfecho por el convencimiento de que su legado político en esta última década –el Estatuto Político y la Ley de Consulta– perdurará en el tiempo y, antes o después, formará parte de la solución para alcanzar la paz definitiva en Euskadi.

Así lo expresó el lehendakari en funciones hace unos días, al término de su último Consejo de Gobierno, en una comparecencia pública que sonaba a despedida. No obstante, tan sólo el círculo más íntimo de Ibarretxe conoce la decisión que ha adoptado de cara a su futuro inmediato tras haber barajado seriamente dos opciones: continuar su carrera política como jefe de la oposición, o bien dejar la política activa para permitir durante esta legislatura un cambio de liderazgo tranquilo en el PNV ante futuras citas electorales.

Todo habría resultado, en cierto modo, mucho más sencillo tanto para Ibarretxe como para el partido nacionalista si los resultados del 1-M hubieran sido catastróficos. Sin embargo, el lehendakari salió reforzado de esa cita con las urnas tras toda una década al frente del Gobierno vasco. En 1998, el PNV obtuvo 21 parlamentarios y ahora tiene 30, mejorando incluso en uno el resultado de 2005 junto a EA.

Con cinco escaños más que el Partido Socialista de Euskadi, el líder del PNV sería hoy también el principal candidato a lehendakari de no haber mediado la expulsión definitiva del Parlamento vasco de la izquierda abertzale amparada por Batasuna. Con todos los partidos en la Cámara, el PSE y el PP no habrían sumado los 38 escaños que les dan la mayoría absoluta para el cambio.

Ibarretxe volverá a denunciar así los efectos de la Ley de Partidos en su último discurso como candidato a lehendakari, a la vez que reprochará al Partido Socialista de Euskadi su pacto con el PP, su enemigo natural en Madrid, con tal de convertir en lehendakari a Patxi López. Ibarretxe se reunió ayer con la Ejecutiva de su partido –el Euskadi Buru Batzar– para preparar este discurso, las réplicas y el reparto del guión en el debate con Joseba Egibar, que repite una vez más esta legislatura como portavoz del grupo nacionalista.

Precisamente el hecho de que en el grupo parlamentario haya dejado vacante el cargo de presidente, ocupado los últimos años por José Antonio Rubalkaba, había alimentado las especulaciones acerca del eventual futuro de Ibarretxe como jefe de la oposición. Fuentes del grupo nacionalista aseguraron ayer que la decisión se ha tomado al margen de esa cuestión y que la única motivación ha sido mejorar su funcionalidad con el nombramiento, además, de dos coordinadores por cada uno de los tres territorios históricos. En cualquier caso, si Ibarretxe diera finalmente el paso para dejar la política activa, su futuro podría estar ligado a la dirección empresarial. No en vano es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales.

De momento, hoy defenderá su proyecto político en el pleno de investidura. Más de 500 cargos políticos y personalidades de la vida social asistirán a la sesión para presenciar la elección de Patxi López. El ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente del PP, Mariano Rajoy, llegarán a la sesión de la tarde, cuando será la votación, mientras que la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, y el presidente del Senado, el socialista Javier Rojo, irán por la mañana.

El ex presidente del PNV Xabier Arzalluz defiende que, ante un acoso de PSOE y PP al nacionalismo vasco que falta a los “mínimos democráticos”, su partido “se debe plantear no participar en unas elecciones españolas”.

En una entrevista con ‘El Temps’, Arzalluz ha sugerido: “Ha llegado el momento de decirle a Madrid que de esta manera, no. Ellos han roto la baraja. Si incluso gobiernan aquí rompiendo intencionadamente los mínimos democráticos, pues hay que decirles que ya basta”.

Admite que un plante en unas generales abocaría a un “escenario de confrontación total con el Estado”. Pero, según avisa, si PP y PSOE “continúan por este camino, no tendremos más remedio, porque ellos pueden ir a unas elecciones modificando las leyes –la Ley de Partidos– a su favor siempre que pueden”.