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Rajoy promete acabar con el paro

María Dolores de Cospedal no dice una palabra sobre el agua en sus mítines en Castilla-La Mancha

MARÍA JESÚS GÜEMES

Llevaba días dejando aparcados a los parados por el Falcon del presidente o citándoles de pasada para centrarse en Manuel Chaves. Pero ayer Mariano Rajoy volvió a referirse a 'esos cuatro millones de personas que queriendo trabajar, no pueden' y quiso decirles que 'hay 'un horizonte de futuro'.

El dirigente conservador recordó que su partido se encontró en 1996 con una tasa de paro del 22% y que su Gobierno la redujo al 10,4. Por si a alguien no le había llegado el mensaje, denunció, además, que los socialistas ya habían 'colocado' la cifra en el 18%.

'¡Tened la seguridad de que volveremos y daremos la talla!', proclamó, anunciando que era posible acabar con 'la lacra del desempleo'. 'El PP dará esa batalla', prometió.

El líder conservador estuvo muy crítico: 'Esta nación merece algo más que Pajines, Blancos y Aídos'. Y presentó su receta de las tres eses: 'Seriedad, sensatez y sentido común'. Para él, las promesas de Zapatero 'ya no son creíbles', ni siquiera la que acababa de anunciar el presidente del Gobierno en un acto en Barcelona, donde había hablado de mejorar la situación de los créditos del ICO.

'Hace un año, nos prometió el pleno empleo y ¿dónde estamos?', lamentó Rajoy. Al igual que la secretaria general del PP y presidenta de los conservadores de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. La número dos del PP también hizo hincapié en 'los más de cuatro millones de parados en nuestro país', sorprendiendo con su insistencia en este dato.

Según sus colaboradores, ambos dirigentes se remiten siempre a los datos de la Encuesta de Población Activa y no a los del Inem. Hace unos días, precisamente, se supo que el paro había descendido en más de 24.000 personas por primera vez en 14 meses.

Cospedal quiso resaltarlo: 'Para que no hagan malinterpretaciones. Estamos contentos por las 24.714 personas que han conseguido trabajo. Pero también sabemos que con la política de Zapatero nadie va a poder frenar los más de cuatro millones de parados. Las dos cosas, ¡que quede claro!'.

Por la mañana, en un acto en Albacete, la mano derecha de Rajoy había lanzado su mensaje: que la gente vote al PP el 7-J 'si quiere firmar un contrato por el empleo de todos los españoles'. Por eso y porque, según ella, el PP tiene 'una candidatura de lujo y un presidente de superlujo'.

Pero del agua, ni mu. Cospedal, que aceptó que en su tramitación inicial en el Estatuto de Castilla-La Mancha figurara una cláusula fijando el fin del trasvase del Tajo-Segura para 2015, no quiso pronunciarse sobre el discurso de su jefe de filas el día anterior en Murcia. Rajoy había dicho que su partido no iba a aceptar 'caducidades'. En Castilla- La Mancha, no se atrevió a pronunciar esa palabra.

Los conservadores murcianos, además, tienen en el punto de mira a Cospedal porque, aunque ha dicho que no irá a una manifestación en defensa del Tajo el próximo 20 de junio, la ha respaldado.

En el PP de Castilla-La Mancha, le quitaban hierro y decían que la polémica ya no existe porque en el Congreso el acuerdo 'está cerrado'. El líder del PP no quiso dar más munición a los dos bandos enfrentados en su partido y se limitó a recordar que 'el agua es todos' y que el Plan Hidrológico Nacional, que sigue 'vigente' en el programa del PP a las elecciones generales, será la panacea a todos los males.

El golpe de efecto corrió a cargo de dos niños que Rajoy sacó al escenario para hablar de educación. 'Hay que apencar', les remarcó. Y de una llamada a la movilización de Rajoy con una retorcida onomatopeya: '¡Vamos a ayudarles a que se vayan y para eso hay que ir el domingo y catacló, catacló votos, eh!'. Cospedal, mientras, pidió a todo el mundo que lleve a las urnas los demás 'de las orejas'.

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