El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha inaugurado la nueva terminal del Aeropuerto de Barcelona, la T-1, que entrará en funcionamiento mañana y supondrá un importante impulso para El Prat, ya que permitirá procesar en solitario 30 millones de pasajeros al año. En total, El Prat podrá asumir 55 millones de pasajeros, y hasta 70 cuando se construya la terminal satélite.

Por el aeropuerto madrileño de Barajas pasaron el año pasado 51 millones de pasajeros. 

Zapatero inaugurará la nueva terminal acompañado, entre otros, por el ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente de la Generalitat, José Montilla, además de una amplia representación de la sociedad catalana.

ERC, socio del PSC e ICV en el gobierno catalán, anunció el pasado domingo que no asistirá a la inauguración, ante la falta de un acuerdo sobre el modelo de gestión del aeropuerto.

El acto se celebrará a las 12.00 horas y concluirá con un discurso del presidente del Gobierno y un recorrido por las nuevas instalaciones.

A las 06.00 horas de mañana, el vuelo 401 de Spanair con destino Madrid pondrá en marcha la nueva terminal, que ha supuesto una inversión de 1.285 millones de euros y cinco años y medio de obras.

Ese día, la T-1 operará 240 vuelos, todos ellos de la Star Alliance, la primera alianza aérea que se instalará en la terminal, y transportará 30.000 pasajeros y unas 18.000 maletas.

La nueva terminal se inaugura con 11 puntos de restauración, 36 de las 51 tiendas previstas, una oficina de La Caixa, 16 cajeros automáticos, un centro de negocios y dos salas Vips.

El traslado de las aerolíneas se hará de manera escalonada, ya que desde mañana la utilizarán las aerolíneas de Star Alliance, con Spanair a la cabeza, después del verano se trasladará la One World, de la que forma parte Iberia, y la última alianza aérea en mudarse a la nueva infraestructura, antes de fin de año, será Sky Team, en la que está Air Europa.

En total, desde la T-1 operarán unas cien aerolíneas y en ella se realizarán unas 800 operaciones al día.

La T-2, que agrupa las actuales terminales A, B y C, será sometida a un importante proceso de renovación y acogerá a unas 50 aerolíneas que vuelan punto a punto.

La nueva terminal permitirá que El Prat pueda tener 55 millones de pasajeros al año, cifra que llegará a los 70 millones cuando se ponga en marcha la terminal satélite, y podrá realizar 90 operacones a la hora.

La T-1 se abrirá sin metro ni servicio ferroviario de Cercanías, aunque sí tendrá conexión con cuatro líneas nuevas de autobuses y la extensión de otras once que finalizaban su servicio en la T-2.