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"Pedí a Rosa Díez que apoyara la democracia interna y se negó"

Mikel Buesa. Ex potavoz de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) de Madrid

ÍÑIGO ADURIZ

Desde que ETA asesinó a su hermano, el ex consejero del Gobierno vasco Fernando Buesa, Mikel Buesa (Gernika, 1951) decidió involucrarse de lleno en el apoyo a las víctimas y a la lucha contra el terrorismo. Primero y hasta 2007, lo hizo desde el Foro Ermua y después, fundando UPyD. El catedrático de Economía de la Universidad Complutense de Madrid ha ido de la mano de Rosa Díez hasta principios de año, cuando los problemas surgidos dentro de UPyD de Madrid provocaron las primeras discrepancias con la dirección nacional del partido. El miércoles presentó su dimisión como portavoz de la delegación regional a través de un correo electrónico dirigido a la propia Díez.

¿Qué razones han motivado su salida de UPyD, siendo usted, además, uno de sus miembros fundadores?

El problema se remonta al pasado mes de marzo. Desde entonces se vive un conflicto dentro de la delegación madrileña del partido del que yo formaba parte. En concreto, mi principal desavenencia se debe a que el coordinador de UPyD de Madrid, Ramón Marcos, ejerce un control férreo y autoritario en la organización, anulando el debate político interno y la capacidad de los militantes de ser partícipes en la política de UPyD.

¿Es un problema de discrepancias por las distintas formas de gestionar el partido a nivel nacional y regional?

Más que eso es que Marcos ha construido un grupo organizado que actúa al margen de la dirección nacional. Son personas afines a él que nadie ha elegido y con las que pretende conseguir un puesto de representación política.

¿Y no denunció usted esta situación ante la dirección del partido?

Llevo haciéndolo desde hace tiempo, pero parece que Marcos y las personas de su entorno tienen el beneplácito de Rosa Díez. Yo le pedí a Rosa que actuara a favor de la democracia interna del partido, pero ella rehusó entraren el debate.

¿Cuándo decidió queno podía continuar?

Ya en el mes de marzo, cuando la dirección del partido no me apoyó para exigir explicaciones a los dirigentes de la formación en Madrid, pensé que debía irme. Pero decidí esperar para ver si las cosas se solucionaban. No fue así y el pasado miércoles mandé un correo electrónico a Rosa Díez anunciando mi dimisión.

¿Y ella qué le contestó?

No me dio su opinión sobre mi marcha. Únicamente que no estaba dispuesta a dar ninguna batalla orgánica.

Tanto usted como el coordinador aragonés, Javier Carroquino, concluyen que hace falta una mayor democracia interna en el partido.

Sí pero los motivos de mi salida no tienen nada que ver con las discrepancias de Carroquino y sus compañeros. Ellos realizaron prácticas que no se podían admitir en UPyD, como la promoción del partido por los cauces que no habían sido establecidos por la dirección, y por ello fueronexpedientados.

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