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"Se prohíbe gritar en casa"

Las ordenanzas que regulan aspectos privados, como las horas de siesta, crecen

OLIVIA CARBALLAR

Prohibido arrastrar las sillas en la hora de la siesta. Prohibido sacudir la alfombra desde la ventana. Prohibido ir sin camiseta por la calle. Prohibido tender la ropa en el balcón. Prohibido dar un grito en casa... Son sólo algunos de los artículos incluidos en las ordenanzas municipales para garantizar el civismo y evitar actos vandálicos. Hay multas que llegan a los 750 euros. ¿Es una exageración perseguir estas conductas? ¿Sirven de algo estas prohibiciones?

Diferentes colectivos sociales se han movilizado en los últimos tiempos contra unas ordenanzas que más que 'cívicas' consideran 'cínicas'. Normas han ido proliferando en ciudades como Barcelona, Sevilla, Zaragoza o Valladolid y que han obligado, en algunas ocasiones, a rectificar. Es lo que ocurrió en Girona, donde se eliminó el artículo que obligaba a pasear a los perros 20 minutos al día. Los vecinos y las protectoras de animales criticaron la medida por una razón 'obvia': la imposibilidad de poder controlarla.

Medidas 'inútiles'

'Estas ordenanzas no pueden ser un saco sin fondo en el que quepa tanto la prohibición de escupir, la colocación de macetas o el botellón', lamenta Miguel Ángel Mallén, presidente de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza. El colectivo considera que, aparte de 'inútiles' se prohíbe, por ejemplo, orinar en la calle pero no existen suficientes urinarios públicos su aplicación puede derivar en perversión.

Y lo explica con un caso práctico. 'Las asociaciones de vecinos que anuncian sus actividades con los típicos cartelitos son ahora multadas con sanciones de unos 300 euros y ya nos han llegado unas cuantas', afirma Mallén.

Granada es una de las últimas ciudades en tramitar una ordenanza similar. 'Con carácter general se prohíbe cualquier tipo de actividad molesta entre las 15 y 17 horas', reza la normativa, aprobada con los votos a favor de PP y PSOE y el rechazo de IU, informa Pura Raya. El ayuntamiento garantiza por escrito lo que ya es casi sagrado sin necesidad de leyes: la siesta. 'La multa oscila entre el euro y los 750 y va en función de la reincidencia y de si, por ejemplo, se hace obra en una vivienda sin el correspondiente permiso', afirma el concejal de Protección Ciudadana, Eduardo Moral.

Los consistorios no aportan datos exactos sobre el número de multas impuestas, pero sí insisten en la finalidad de concienciación ciudadana. En Badalona, por el artículo que prohíbe gritar en casa, sólo han sido sancionadas 'tres o cuatro personas como máximo' desde que la ordenanza entró en vigor, el pasado 1 de enero. 'Este punto se incluyó por las fiestas en casas privadas, que generaban bastantes problemas; antes había que hacer una medición, pero ahora es suficiente con la denuncia del vecino y la constatación por parte de los agentes de la Guardia Urbana', añaden fuentes del Ayuntamiento.

En Pamplona también ha habido escasas sanciones por la prohibición de tender la ropa de forma visible. 'Aunque sí se ha llamado mucho la atención sobre ese aspecto', explican desde el consistorio, cuya ordenanza entró en vigor en junio de 2006.

 

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