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Los socialistas ganan votaciones jugando a dos bandas

Retrasan gracias a CiU una comparecencia de Zapatero y se apoyan en la izquierda para evitar otro debate sobre el CNI

GONZALO LÓPEZ ALBA

La denostada geometría variable volvió a demostrarse como una fórmula parlamentaria de éxito. Gracias al apoyo de CiU, el presidente del Gobierno no tendrá que volver a comparecer ante el Pleno del Congreso para hablar de la crisis hasta la primera quincena de septiembre; y, merced al entendimiento con ERC-IU-ICV, la ministra de Defensa se evita tener que hacerlo para explicar el cambio de Alberto Saiz por el general Félix Sanz al frente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

La reunión de la Diputación Permanente el plenario de bolsillo en periodo de vacaciones dio la razón también a quienes, como José Luis Rodríguez Zapatero, han puesto un punto de cautela a la presunción de que el pacto sobre la financiación autonómica convertiría de forma automática al grupo de ERC-ICV-IU en un aliado estable del Gobierno y echaría al monte a CiU.

Los portavoces del arcoiris de izquierdas mantuvieron el discurso de la desconfianza en la palabra de Zapatero, por la maniobra del grupo mayoritario para evitar la comparecencia trimestral monográfica sobre economía a que se había comprometido a comienzos de año y por la 'solución salomónica' aplicada al cierre de la central nuclear de Garoña.

CiU aprovechó ese espacio abierto para volver a hacer gala de seny y, junto a Coalición Canaria, apuntalar al Grupo Socialista en la defensa de que es más razonable que ese debate se produzca en septiembre, con el cuadro macreconómico para 2010 y los datos del verano en la mano, en lugar de ahora, tan sólo siete días después de la aprobación del techo de gasto y del fondo de rescate bancario. A nadie se le escapa que al Gobierno le favorece el aplazamiento, porque trabaja para cerrar el pacto social antes de las vacaciones, pero tampoco la sensatez del planteamiento.

El bloque de izquierdas funcionó, sin embargo, para pasar definitivamente la página de la crisis del CNI. La petición de comparecencia de la ministra de Defensa sólo tuvo el apoyo del PP y CiU, y de forma llamativa hubo unanimidad en elogiar la tarea profesional del servicio de espionaje durante el mandato de Saiz.

La evocación por el PP del presunto aprovechamiento personal de su cargo del que se acusa al director cesante dio pie al portavoz del PSOE, Jesús Cuadrado, para subrayar la diferente actitud que mantienen los conservadores ante el caso Gürtel , un cortafuegos que el PSOE levantó también cuando el PP atacó a Chaves.

La sesión sirvió asimismo para constatar la soledad en Catalunya del PP, que recibió por todos los flancos cuando atacó la Ley de Educación aprobada por el Parlament. Y aún hubo ocasión de asistir a una nueva escaramuza, a propósito de la financiación autonómica, entre ERC, que se jactó del pacto, y CiU, que insinuó que a los republicanos se la han jugado con los números.

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