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Una boda con resaca

Se cumplen siete años de un acontecimiento que marcó el principio del fin del aznarismo

IÑIGO ADURIZ

'Es como una boda de Estado'. El abad del monasterio de San Lorenzo del Escorial (Madrid) donde, el 5 de septiembre de 2002, contrajeron matrimonio la hija del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, Ana, y el hoy multimillonario empresario Alejandro Agag, no andaba lejos en su valoración.

En la ceremonia estuvieron presentes todas las altas instituciones del Estado y varios líderes internacionales. Fueron algo más de 900 invitados los protagonistas del que se considera el momento más álgido del aznarismo, de la opulencia y soberbia del ex presidente, así como el principio del fin de ese régimen, que comenzó a desdibujarse.

Hoy está imputados empresarios y líderes del PP invitados al enlace

El rey, los presidentes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Constitucional, las del Congreso y el Senado del momento, ex presidentes del Gobierno, todos los ministros del Ejecutivo, presidentes de las comunidades autónomas en manos de los conservadores, solventes empresarios, cantantes, futbolistas y un largo etcétera engrosaron la lista de invitados.

La resaca de la boda perdura, siete años después, entre muchos de esos invitados. Varios de los amigos del novio, que posan orgullosos en los álbumes de fotos del acontecimiento, tuvieron que ponerse delante de una cámara con muchos menos aires de grandeza para completar sus fichas policiales cuando, en febrero de este año, se destapó la trama Gürtel. El empresario Francisco Correa, amigo personal de Agag y testigo de la boda, fue uno de los que, en poco tiempo, pasó de ser un importante empresario con recursos a prisionero de Soto del Real. Él es el presunto líder de la trama, que también salpicó a gran parte del círculo de amistades que hace siete años arropó a Agag el día de su boda.

Muchos de los invitados de la novia eran importantes figuras del PP que se han venido abajo tras la boda. En estos siete años el partido se ha dividido y reconstruido varias veces. La unidad que escenificaron los dirigentes conservadores en torno a la figura de José María Aznar durante la ceremonia, resultó ser sólo una impresión efímera.

Otros políticos conservadores han sido condenados al ostracismo

En definitiva, las personalidades que se reunieron en San Lorenzo del Escorial constituían la elite política, social y económica del momento. Algunos siguen allí arriba, otros han sido condenados al ostracismo, y algunos más han visto cercenadas para siempre sus ambiciosas aspiraciones tras verse envueltos en distintos escándalos.

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