Artur Mas reapareció ayer para pedir una tregua. Después de haberse pasado días agitando con virulencia las 'irregularidades' de los informes externos encargados por la Generalitat (la mayoría de ellos de carácter preceptivo y que costaron unos 700.000 euros en 2007), es el líder de CiU el que se encuentra ahora en una posición algo incómoda.

Lo está desde que ha trascendido que el caso Millet, el escándalo de corrupción más importante de la última década en Catalunya, puede afectar de pleno a Convergència Democràtica, el partido que él lidera.

El jefe de la oposición aseguró que lo único que pretenden los socialistas pidiendo explicaciones a CDC es 'embarrar todo lo que se pueda la situación, para que la gente pierda interés en todo'.

Mas aseguró que la federación no 'picará el anzuelo' de las 'provocaciones' de la izquierda con el único objetivo de 'calentar el ambiente electoral' merced a un 'pimpampum permanente'.

Y es que estos días, tanto desde el PSC como de ICV y ERC se ha pedido a CDC que dé explicaciones convincentes y que devuelva los 630.000 euros que la Fundación Trias Fargas, la de Convergència, recibió de Fèlix Millet, ex presidente del Orfeó Català acusado de robar más de 12 millones de euros de la entidad cultural. La semana pasada se supo también que Àngel Colom, dirigente de CDC, liquidó las deudas de su anterior partido, el Partit per la Independència, gracias al dinero de Millet. Las explicaciones de Colom no convencen a algunos sectores de su actual partido, puesto que dice haber cobrado 72.000 euros pero Millet tenía una factura del ex líder del PI de 150.000 euros.

Mientras Mas pedía dejar de lado tanto el Palau como los informes, que el Govern aseguró que seguirá auditando, el president José Montilla garantizaba públicamente que el PSC no ha recibido nunca dinero desviado por Millet. Además, pidió más celeridad a los jueces. Contra Millet no hay aún medidas cautelares de ningún tipo pese a su confesión.

Ayer, al fin, trascendió que el juez ha citado a declarar como imputados a Millet y a su mano derecha, Jordi Montull, el día 19. La Fiscalía lo pidió reiteradamente mientras el juez pedía tiempo para sus diligencias.