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Suso de Toro: "Si la izquierda llega a hacer en España lo que hace la derecha, habría un conflicto civil"

El escritor gallego apoya la manifestación del domingo en Santiago contra la política lingüística de la Xunta de Feijóo

HENRIQUE MARIÑO

Suso de Toro (izda.), durante la presentación de su biografía de Zapatero.


La política lingüística de la Xunta presidida por Alberto Núñez Feijóo ha motivado la convocatoria de una manifestación y un 'acto de reflexión' (apoyados por la oposición, los sindicatos y los intelectuales) en defensa del gallego. El escritor Suso de Toro, reivindicado en su día por Zapatero, apoya las iniciativas y arremete contra un Partido Popular escorado, según él, hacia la extrema derecha.

El 'rearme ideológico' emprendido por Aznar, la 'caverna madrileña' y su apéndice mediático, así como la asunción por parte del actual presidente de Galicia de las tesis más duras de Génova han motivado, asegura el autor del libro digital Andar tropezando (Libro de Notas / Bubok), que la tensión haya terminado impregnando también a la sociedad galaica.

'Si la izquierda llega a hacer en España lo que hace la derecha tendríamos un conflicto civil', cree Suso de Toro, quien sugiere que Feijóo ha hecho bueno a Fraga. 'Las nuevas generaciones del PP gallego son radicales como Esperanza Aguirre y defienden una idea integrista de España'.

¿Qué diferencia hay en materia lingüística entre Fraga y Feijóo?

Fraga tuvo un cierto proyecto político propio que personificaba Cuiña, pero éste perdió el pleito [sucesorio]. Entonces Fraga no cuestionó la autoridad de Génova y se plegó a lo que quería Aznar. Al fracasar lo que había incubado Fraga (un PP de Galicia galleguista, una derecha tradicionalista que reconocía las tradiciones y con cierta memoria política) y dejar solo a Cuiña, se produjo un vacío que fue llenado por unos jóvenes auspiciados por Aznar y su hombre en Galicia, Rajoy.

Una nueva generación menos tradicionalista, ¿no?

Se trata de una gente muy de hoy, en el sentido que toman la ideología centralista española de siempre, pero manejando el ordenador y siguiendo las líneas de los neocon estadounidenses. Muy en la línea de Aznar: una derecha radical, enérgica y que sabe utilizar los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de forma propagandística. Ésta es la generación de Feijóo.

¿Estaba preparada esa, según usted, nueva generación conservadora para auparse a la Xunta en su primera prueba electoral?

Feijóo no esperaba ganar estas elecciones. Fue una sorpresa, en parte debida al fracaso de las políticas del bipartito. Pero hubo una campaña muy fuerte que sorprendió a Feijóo, quien contaba con volver a Madrid. En el fondo, persigue una carrera política en el PP estatal y, de hecho, en la campaña presentó un programa de la calle Génova.

¿Lo considera entonces un delfín de Rajoy?

En su día, podría ser incluso su sucesor. Pero volvamos a Galicia: en cuatro años de oposición no habíamos visto a esta nueva generación, que ha salido a la luz con la llegada al poder. Es como el Partido Popular de Aguirre, pero en Galicia: un PP de radicales que defienden una idea integrista de España. Aquí han roto el consenso lingüístico, que es un nervio delicado. Toda la legislación en materia de lengua fue votada por unanimidad. Lo que ellos cuestionan ahora proviene de un consenso.

Ese posicionamiento, sin embargo, ya viene de la pasada legislatura, con Touriño y Quintana en la Xunta.

Durante el bipartito hubo un momento delicado cuando el PP se descolgó en actualizaciones de la ley de política lingüística. Jugó un papel importante la prensa de Madrid, que empezó a decir que la persecución al castellano había llegado a Galicia. Con esta gente llegó la propaganda y la política de la caverna y la extrema derecha madrileña. Han roto lo que había hecho antes el PP de Fraga y quieren revisar a la baja el autogobierno gallego.

¿Cree que hay un conflicto lingüístico real, de calle, en Galicia o se trata de la imagen de la prensa a la que alude usted?

La pasada campaña electoral vinieron equipos de medios de comunicación del PP e incluso personas vinculadas a periódicos y emisoras de radio para asesorar y levantar temas en campaña. Se ha extendido a Galicia la radicalidad ideológica del búnker madrileño. Además, fletaron autobuses desde Madrid para manifestarse con causas ideológicas bastante nuevas. Aquí no había nada de eso. Las dificultades las tenemos los gallego-hablantes con nuestra lengua, pero la persecución del castellano no se había planteado hasta que han llegado los de Galicia Bilingüe, Rosa Díez y UPyD, el PP...

Cuando habla de esta nueva generación conservadora, ¿se refiere en parte al PP del birrete?

No precisamente. En parte, se trata de la actualización de la lucha entre la línea de Fraga y la línea de Romay Beccaría, es decir, del Opus Dei. Frente al populismo de uno, las buenas maneras de otro. De algún modo se puede decir que Romay ha vencido a Fraga en Galicia y ha colocado a un delfín suyo. Feijoo es un profesional de la política y va a hacer lo que esté de moda en la derecha española. Y quien marca la pauta ahora, quien presiona, es la extrema derecha.

De ahí la convocatoria de la manifestación de este domingo en Santiago convocada por la plataforma Queremos Galego...

Hemos retrocedido décadas. Tanto la marcha [organizada por el entorno nacionalista, a la que se ha sumado el PSdeG] como el acto de la plataforma Galego, patrimonio da humanidade [planteado por intelectuales socialistas y a la que se ha adherido el propio Suso de Toro] reflejan que ésta es una generación que ha vuelto a la fuente, a la extrema derecha nacionalista española. Fraga había evolucionado: en parte, por la edad; en parte, porque evolucionó con la sociedad y se adaptó a ella.

La derecha ejerce un dominio enorme en el mundo intelectual y de la comunicación

Fuera de aquí no se entiende que Fraga experimentó una cierta evolución y asumió aquello que había combatido. Incluso que Galicia era una nacionalidad y una autonomía. Curiosamente, apareció nueva generación, producto del rearme ideológico de Aznar, que recuperó los orígenes. Son muy orgullosos de su ideología, que es la de siempre: una, grande y libre. Y de repente vuelves a ver falangistas y Opus Dei a la vez.

Antes se refirió a la prensa madrileña y su visión de...

A ver, existe un dominio enorme de la ideología de la derecha en el mundo intelectual y de la comunicación. Esto quedó claro cuando, prácticamente, todos los medios hablaron de que el presidente del Gobierno había sido abucheado e insultado [en el desfile de la Fiesta Nacional de España], pero no citaban quién lo había hecho. No se nos informó de quiénes eran esas personas, pero si fueran ecologistas, feministas o trabajadores de una empresa pendientes de recolocación, se habría dicho. ¿Quiénes eran? ¿Gente de izquierda? ¿Acaso lo criticaban por hacer una política conservadora? La derecha se ha hecho tan fuerte que no sólo domina la calle, sino que todo el mundo acaba pensando a través de sus ojos y no es capaz de ver a la extrema derecha.

Usted se dio a conocer al gran público y comenzó a ser criticado cuando se le vinculó con el líder del PSOE, sobre quien ha escrito la biografía Madera de Zapatero. Retrato de un presidente. Si mira hacia atrás...

Eso afectó a mi imagen y me hizo un daño terrible. Pasé de ser considerado un novelista a ser considerado un ideólogo. Cuando publiqué la novela Hombre sin nombre, fueron a por ella: contra el libro, el autor y la persona. Me estaban esperando y hubo reseñas que... El mundo cultural en España está muy dominado por la derecha, no sólo por el PP sino que ha habido intelectuales que se han unido a Basta Ya y a Rosa Díez. Toda una generación ha evolucionado hacia ahí y ahora está en periódicos, revistas e instituciones. Hay una generación de intelectuales que pasó de la izquierda y de estar por la democracia a posiciones conservadoras de pura derecha. Otros, de nacionalistas vascos y catalanes a nacionalistas españoles. Incluso de la extrema izquierda a la extrema derecha.

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