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Halladas seis fosas en la zona donde se busca a Lorca

El radar acota la localización al entorno de Alfacar señalado por el hispanista Ian Gibson. Las tareas de excavación comenzarán de inmediato en la localidad granadina de Alfacar

Á. MUNARRIZ / P. RAYA

Entre un olivo y un ciprés. Ahí, cerca del monolito en homenaje a Federico García Lorca, en el parque de Alfacar (Granada) que lleva su nombre, precisamente en la zona donde el especialista Ian Gibson ubica al poeta, el Instituto Andaluz de Geofísica ha localizado seis posibles fosas. La ciencia cree que podrían encontrarse los restos de Lorca, cuyo asesinato en 1936 es aún símbolo global de la crueldad impune del fascismo. 'Sin lugar a dudas, es la zona', señaló a Público el propio Gibson.

La investigación, promovida por la Junta de Andalucía, 'difundirá la causa de los asesinatos de la Guerra Civil, por la que tantos anónimos han pasado a la Historia', proclamó este viernes la consejera de Justicia andaluza, Begoña Álvarez, durante la firma del convenio que impulsará la apertura de la fosa, una vez obtenidos resultados científicos 'fiables'. Ayer comenzó a prepararse el material para situar una carpa de 10 por 20 metros que acotará las cuatro fosas 'de mayor interés', según la consejera. Por ellas comenzará la búsqueda, que será 'inminente'.

Todo el paraje ha sido declarado lugar apto para el enterramiento, tal y como reclamaba la familia Lorca, que el viernes se declaró 'satisfecha'. La decisión fue tomada sin publicidad y aplicada en tiempo récord. La identificación del poeta y la investigación sobre su muerte dependerá de su familia. Laura García Lorca, sobrina del poeta, evitó ayer aclarar si solicitarán la identificación, posponiendo la decisión.

La Consejería asegura que sólo actúa a demanda de los herederos de los banderilleros Antonio Galadí y Joaquín Arcollas (en este caso, la CGT, en calidad de 'familia ideológica', y la Unión de Banderilleros), el restaurador Miguel Cobo y el inspector de impuestos Fermín Roldán.

Las seis fosas se encuentran en el conocido como Paraje de Fuente Grande. Las dos más lejanas están separadas entre sí por no más de 30 metros. Todas tienen entre 0,60 y 1,80 metros de profundidad. No todas las zonas marcadas tienen por qué ser fosas. Los geofísicos se han basado en alteraciones del terreno que podrían corresponder a enterramientos, pero también a otros movimientos de tierra.

Hay un posible enterramiento apenas traspasada la entrada del parque, junto al olivo. A unos tres metros, los científicos han situado otra, justo al lado del monolito. En las otras cuatro, las de mayor interés, comenzarán los trabajos. El área comprendida entre ambas es el que se corresponde de manera más evidente con el lugar indicado por Gibson, que fue conducido allí en 1966 por Manuel Castilla, enterrador del poeta. 'De hecho, el monolito se puso ahí porque fue donde indicó Gibson', dijo José Antonio Peña, coordinador de los trabajos geofísicos.

La hoja de ruta establece que todos los restos hallados serán individualizados. Luego se les practicarán tareas de identificación antropológica. El siguiente paso requerirá muestras genéticas. De las supuestas víctimas conocidas sólo las familias de Galadí, Cobo y Roldán aportarán ADN.

La identificación de Arcollas, de realizarse, sería mediante el estudio de la fotografía que se conserva de él, una empresa muy dificil.

Y quedan numerosas incógnitas. Es imposible saber, por ejemplo, cuántos cuerpos aparecerán. Puede haber restos de personas cuyo rastro se haya perdido en el olvido. Y ni siquiera el ADN garantiza más allá de un 70% la identificación. Habrá que examinar probablemente miles de huesos, en algunos casos, amasijos desordenados.d

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