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"Los alumnos no quieren que sus padres vengan"

El IES Julio Verne de Leganés lleva cuatro años con un proyecto que implica a los progenitores en la formación

J.S.

Juan José Nieto reconoce que 'se ha echado a los padres' de los centros educativos. Es director de un instituto de Leganés (Madrid) con más de mil alumnos, el Julio Verne, desde hace cinco años. El mismo tiempo que lleva tras la utopía de 'darle la vuelta a la tortilla' del fracaso escolar.

'Los chavales usan un doble juego con familias y profesores'

'Los chicos no son peores que antes, los padres no son peores que antes; pero algo se ha degradado. Hay que romper el círculo vicioso por algún lado', propone Nieto. Para él, que además es presidente de la Plataforma para la Mejora de la Educación Pública, los niños tienen buena parte de la culpa de que se haya roto la confianza entre padres y docentes.

'Los chavales se encuentran muy cómodos en un doble juego: contarle una cosa a su familia y la contraria al profesor, jugando con los dos', explica Nieto. 'Por eso no quieren que los padres vengan al centro'. Por culpa de este mensajero tramposo, surgen los malentendidos entre ambas partes que han terminado por convertirse en una guerra larvada. 'A veces somos los profesores quienes ponemos pegas a la implicación paterna', reconoce.

'En Primaria, los padres están acostumbrados a que los profesores suelten las notas en la mochila de los hijos. Cuando llegan a Secundaria, muchas batallas están ya perdidas en casa', asegura Nieto. Y añade: 'Si no has cuidado antes estas cosas, luego es casi imposible activar a las familias cuando los chavales se hacen mayores'.

'A veces somos los profesores quienes ponemos pegas a la implicación paterna'

La solución que han encontrado de momento en el Julio Verne es la de hablar directamente con las familias. 'Tuvimos que comprar un paquete de móviles de empresa para mitigar el gasto en llamadas a los padres', recuerda Nieto mientras enseña el suyo. Los educadores utilizan esos teléfonos para avisar a las familias cuando los críos llevan varios días sin hacer los deberes, faltando a clase o cualquier otro problema que pudiera surgir.

Y las notas se dan en mano a los padres en horarios de tarde para que no tengan problemas laborales para acudir al centro. 'Ayudamos a los padres a conciliar a cambio de dejar de conciliar nosotros', defiende el director, que asegura que esta forma de actuar ha arraigado. 'Ya es nuestro estilo, en el IES Julio Verne hacemos las cosas así y los padres lo saben'. Los alumnos también lo saben y por eso el método funciona.

Otro de los proyectos que le está costando la conciliación familiar al claustro del centro es el de las tutorías personales voluntarias. Son optativas para alumnos y familias, porque, 'si los padres no se implican, se acabaron las tutorías', asegura Nieto. En el último curso, se consiguió que 53 de los profesores del centro más de la mitad de la plantilla regalaran unas cuantas horas de su vida privada a hacer volar el proyecto.

Una vez se cuenta con el apoyo paterno, son los alumnos los que deben buscar un rato, al margen del horario de clases, para quedar con su correspondiente tutor. Con él, el menor hablará de sus problemas académicos, de cómo mejorar sus horas de estudio y hasta de los problemas personales que afectan a su rendimiento escolar.

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