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Rajoy recuerda que él decide las listas electorales

Amenaza con retirar la candidatura a quien vuelva a ser indisciplinado. Esperanza Aguirre deja plantado al Comité Ejecutivo Nacional y provoca la indignación de muchos compañeros

MARÍA JESÚS GÜEMES

Mariano Rajoy lanzó ayer una amenaza en toda regla. En su discurso ante el Comité Ejecutivo Nacional, el líder del PP aprovechó para recordar, con toda la intencionalidad del mundo, que él da el visto bueno a las listas electorales del partido. Sus palabras sonaron como un claro aviso para quien se atreva a desafiar su autoridad y sea indisciplinado, de cara a las municipales y autonómicas de 2011.

Aunque el presidente del PP ya confirmó hace unos meses que su intención es que Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón repitan como candidatos para Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, el toque de atención está claro. Fin a la guerra interna y no más pulsos tipo Caja Madrid. También se lo podía aplicar Francisco Camps. Rajoy volvió a mostrar su confianza en el presidente de la Generalitat hace tan sólo unos días, pero el conflicto que se ha generado con la destitución de Ricardo Costa como secretario general del PP valenciano, ha abierto una brecha importante entre ambos dirigentes.

En su intervención final, Rajoy recordó que su mensaje está destinado a los presentes y también a quienes estaban 'fuera'. Una alusión clarísima a la ausencia destacada que marcó buena parte de la reunión del Comité Ejecutivo: Esperanza Aguirre, quien decidió dejar plantados a sus compañeros. La dirigente conservadora explicó que no había ido para que se hablara 'con más libertad y tranquilidad' de las críticas que había recibido por parte del vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo.

A los asistentes no les hizo ninguna gracia su ausencia. La mayoría lo interpretó como 'un desplante'. Pensaron que quería robarle de nuevo el protagonismo a Rajoy y hubo quien le acusó de no dar la cara. Algunos creen que prefirió ahorrarse los reproches de sus compañeros. Allí se quedó vacía su silla, preparada con su nombre, situada justo al lado de Francisco Camps.

'No somos un partido federal, ni un reino de taifas', destacó

Rajoy quiso dejar claro que no tolerará que se vuelvan a repetir estas situaciones. 'No habrá próxima vez', sentenció. Él tiene la última palabra y el futuro político de los dirigentes díscolos está en sus manos. Ya conocen la medida que se aplicará. 'No somos un partido federal, ni mucho menos un reino de taifas', señaló tajante.

A su juicio, es 'inaceptable' que 'algún militante' del PP pueda afirmar 'que no somos alternativa'. Era una llamada de atención dirigida al diputado Juan Costa, quien tras la suspensión de militancia de su hermano criticó el liderazgo de Rajoy. Pero no fue el único amonestado. El presidente del PP tuvo un recordatorio para cada una de las personas que han jugado un papel en esta crisis interna.

'Es inadmisible hacer declaraciones públicas sobre asuntos que son internos del partido. Y más aún si eso va acompañado de una crítica a otros dirigentes', dijo refiriéndose a Cobo. 'Es inadmisible que se presione públicamente a órganos del partido o que se fuerce a cargos del partido para que firmen documentos', señaló, hablando de Aguirre y del manifiesto de los alcaldes contra Cobo que puso en marcha la presidenta madrileña.

'Es inadmisible que se haga caso omiso a las instrucciones directas y claras de la dirección nacional, que no se cumplan los compromisos adquiridos o se haga primar el interés particular o personal sobre el interés superior del partido', apuntó en clara referencia a Ricardo Costa y Camps.

Conclusión: 'Todo esto lesiona nuestra imagen, estorba nuestro proyecto, indigna a nuestros militantes, desconcierta a la opinión pública y desanima al electorado'.

El líder del PP advierte a sus filas de que 'no habrá próxima vez'

Rajoy subrayó que, si alguien tenía algo que decir, lo hiciera dentro de los órganos del partido. Le tomaron la palabra. No se recordaba una reunión tan larga desde el 2 de junio de 2008, antes del Congreso de Valencia. Entonces duró cuatro horas y media y hubo más de 30 intervenciones. Ayer le fue a la zaga. Más de tres horas y 26 dirigentes pidiendo la palabra.

Entre ellos, Alberto Núñez Feijóo, quien resaltó que con 'el derbi de Madrid no se puede trabajar en otras autonomías'; Ignacio Uriarte, quien denunció que la situación del PP madrileño es 'muy grave' y no se pueden permitir 'las presiones' del equipo de Aguirre; Celia Villalobos, que apuntó que 'uno no se puede creer Dios aunque gane elecciones', o Teófila Martínez, quien resaltó que todo lo ocurrido no es por 'un problema de liderazgo, sino de indisciplina'.

A la salida, muchos resaltaron que el momento más difícil fue el alegato de Manuel Cobo contra Aguirre, con el apoyo de Gallardón, y la respuesta del consejero madrileño Juan José Güemes. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, resaltó que Cobo ha 'reconocido que su actuación no había sido la correcta'. Pero los presentes no lo interpretaron como una disculpa.

La número dos del PP destacó la 'tremenda unidad del PP' en torno a Rajoy y repitió el mensaje de su jefe: 'No habrá próxima vez'. D

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