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Rajoy limita la batalla contra la corrupción a los ayuntamientos

Esta semana, el PP tenderá la mano al resto de fuerzas políticas para alcanzar un acuerdo a nivel municipal

M. J. GÜEMES / F. CASAS

'Hay mucha gente, la mayoría, que se dedica a la política y se merece un respeto. No todos somos iguales', reivindicó ayer Mariano Rajoy en la clausura de la convención ideológica del PP, defendiéndose del caso Gürtel.

El líder conservador anunció que esta semana su formación ofrecerá al resto de fuerzas políticas 'un gran acuerdo por la transparencia y contra la corrupción en la vida municipal española'. Resultó llamativo que no lo hiciera extensivo a las autonomías, sobre todo cuando la Comunidad Valenciana y Madrid, gobernadas precisamente por el PP, son las que están en el punto de mira. También resultó sorprendente que tuviera tanta prisa. El PSOE lleva años proponiendo un pacto en este sentido pero nunca ha tenido respuesta. El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes una reforma del Código Penal y Rajoy no quiere, ahora, quedarse atrás.

Los colaboradores de Aznar, molestos por las críticas de Cospedal

Los conservadores, al menos, ya aceptan que en su diccionario también existe la palabra corrupción. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, lo reconocía ayer en una entrevista en Abc. 'Está claro que hay ciertos controles que no funcionaron en su día, controles que, por cierto, sí funcionaron a partir de 2004', afirmó apuntando hacia José María Aznar. Los colaboradores del ex presidente echaban chispas y recordaban que Rajoy fue el director de las campañas electorales de 1996 y de 2000 y que, por aquel entonces, los actos los organizaba la trama de Francisco Correa.

Rajoy quiso ayer rehuir ese nombre e insistió en que la política era una 'actividad noble'. Aseguró que a lo largo de su trayectoria había conocido a 'miles de servidores públicos' que eran un ejemplo de 'abnegación, trabajo y sacrificio'. No adelantó ninguna de las medidas que contemplará su Código de Buenas Prácticas. Y, tal y como hizo en su último Comité Ejecutivo Nacional, definió las tres claves por las que se debe regir el PP: 'Un partido de ámbito nacional, unido y limpio'. 'La limpieza en la vida pública es una exigencia moral', apuntaló.

El líder del PP dice que está en condiciones de gobernar 'hoy'

Rajoy se mostró partidario de promover todas las reformas legales 'necesarias' y pidió a todos los afiliados una actitud 'ejemplar'. A su juicio ese es 'un compromiso inexcusable'. 'Traicionarlo supone traicionar la confianza de los ciudadanos y la de nuestros propios compañeros a los que se les hace mucho daño', advirtió. Al hablar de austeridad, destacó que él tenía 'un respeto escrupuloso' por cada euro del contribuyente.

Su intervención, bajo el título 'España tiene futuro', fue en tono presidencialista. Rajoy se subió al escenario para proclamar que el PP es 'la única alternativa'. 'No somos una hipótesis de futuro sino una realidad de presente', señaló ante los aplausos de sus militantes y cargos que le cantaban: 'Oa, oa, Mariano a La Moncloa'. 'Eso es lo urgente', respondió él ante los gritos.

Defiende que los valores no están 'sujetos a revisiones'

El jefe de la oposición afirmó, tajante, que su partido está 'en condiciones' de gobernar 'ahora mismo'. 'Tenemos ideas, propuestas y equipos para gobernar hoy', dijo contraponiéndolo a un Gobierno que 'sólo ofrece fatalismo, parálisis, improvisaciones o frivolidades '.

El broche final lo puso la foto de grupo. En el escenario Rajoy posó con todos sus cargos de confianza y líderes regionales tratando de marcar así el inicio de una nueva etapa en la que desde la dirección se reza para que no haya más sobresaltos internos. El presidente recordó a los suyos que no estaban en política para lo que es 'menor o accesorio'. 'No olvidéis nunca que nuestro compromiso es con el conjunto de los españoles, no con los deseos o intereses de algunos, por muy legítimos que estos puedan ser', resaltó.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, tomaban nota. No así Francisco Camps ni Esperanza Aguirre que, según lo previsto, se ausentaron.

Se perdieron a Rajoy tratando de emular a Obama. El líder del PP reconvirtió el 'Yes, we can' en un 'es posible'. 'Es posible despejar la niebla de desesperanza, es posible que los emprendedores encuentren la ilusión o que los parados den con un horizonte más allá del subsidio...', relató. La convención ideológica se cerró con un decálogo que no toca lo ya escrito. 'Nuestras raíces más profundas, no están sujetas ni a retoques ni a revisiones', sostuvo.

El líder del PP reconoció que su objetivo es 'incorporar a más españoles' a su opción política: 'Nuestro proyecto aspira a representar al más amplio conjunto de las clases medias y trabajadoras'. Se marcó una meta 'reducir a menos del 10% el índice de fracaso escolar'. Y se comprometió 'con la sanidad pública universal y con nuestro sistema de pensiones'.

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