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"Las feministas satanizaron a Kent por el voto universal"

El autor ha publica Victoria Kent. Una pasión republicana

D. B.

La primera biografía de Victoria Kent fue publicada hace tan sólo dos años, coincidiendo con el vigésimo aniversario de su muerte en Nueva York, a los 89 años. 'Fui a la Biblioteca Nacional y comprobé que nadie la había hecho. No me lo podía creer', señala el autor de Victoria Kent. Una pasión republicana (Debate), Miguel Ángel Villena (Valencia, 1956). La falta de literatura sobre la ilustre republicana retrata, en parte, el trato injusto al que un sector del feminismo ha sometido su recuerdo.

¿Por qué nadie había reparado en escribir la vida de Victoria Kent?

Cuando me planteé hacer la biografía, apenas encontré una tesis doctoral de la Universidad de Málaga de una mujer que había sido su ayudante en Nueva York. Es sorprendente, porque Kent fue una política con una vida apasionante. Mi impulso fue mi abuela republicana, para quien, como para tantas otras, Victoria Kent era un mito. Entre 1931 y 1936 fue la mujer más popular en España. Pero la razón, en parte, es que Kent se opuso al voto femenino y eso la sataniza o estigmatiza para un sector de las feministas. Incluso hoy en día.

¿Por qué se opuso?

Por táctica política. Ella cree que las mujeres no están preparadas para el voto y que eso va a perjudicar a la República. Ella prima los intereses políticos por una cuestión de principios. Lo explica en un discurso muy bonito, en el que reconoce que renuncia a sus ideales, pero sostiene que el voto de la mujer será orientado por curas, padres y maridos, y que antes es necesario consolidar la República. Ella es más política que feminista. No se consideraba feminista, a pesar de ser una pionera en muchos campos.

¿Fue la propia Kent víctimadel machismo de la época?

Sí. El asunto del voto dio lugar a coñas en los periódicos, que decían que había sólo dos mujeres en el Parlamento y eso bastaba para pelearse. El tema del voto dividió a las mujeres. Y también en la calle, porque fue un debate social. Y vuelvo a mi abuela republicana que, con 70 años, me decía que el voto femenino fue un error, porque la izquierda perdió las elecciones.

¿El franquismo trató de apagarla figura de Kent?

Totalmente. Había un chotis que cantaba Celia Gámez que la mencionaba en un verso. Tras la guerra, cambiaron la letra para no mencionarla.

¿Cómo alcanzó su popularidad?

Fue la primera abogada, la primera laboralista, la primera diputada con Clara Campoamor... Y, además, fue la única mujer con un cargo público en el Gobierno provisional republicano. En aquella época, ser directora general de Prisiones era como ser la número dos del ministro de Justicia.

¿Cómo fue su labor en prisiones?

Hizo gran cantidad de cosas revolucionarias. Se iba a las cárceles con periodistas y les enseñaba que los presos estaban desnutridos y los almacenes, llenos de comida. Lo hacía para mostrar el modo de actuar de la monarquía. Eso le dio mucha fama.

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