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El rey pide sentido de Estado al Gobierno y al PP

Aboga en su discurso navideño por el consenso y la búsqueda de acuerdos para salir de la crisis y pide pactar 'los grandes temas'

ÁNGELES VÁZQUEZ

Juan Carlos I, durante la grabación de su mensaje navideño.

 

Cohesión, consenso, acuerdos, superar tensiones y divisiones. Son las palabras más repetidas en el tradicional discurso navideño del rey. Constituyen la solución que propone para salir de la crisis y para adoptar las decisiones 'estratégicas de gran calado' necesarias 'en materia económica y financiera, energética, medioambiental, educativa o tecnológica' ante los retos a los que nos enfrentamos para lograr 'el porvenir al que aspiramos', que, advierte, 'no llegará solo'.

Para alcanzar ese futuro insiste en la receta: 'Tenemos que moldearlo juntos desde ahora, con profunda confianza en España y en los españoles, aplicando mucho sentido de Estado, tanto a la hora de gobernar, como de ejercer la oposición'.

Con el objetivo de buscar el bien del país, 'que no puede comprenderse sin esa rica diversidad consustancial al mismo ser de España', pide acometer tres tareas. La primera es 'superar tensiones y divisiones sobre la base de los principios y valores que alimentan lo mejor de nuestra convivencia e inspiran nuestra Constitución'. En segundo lugar propone 'sumar voluntades en torno a los grandes temas de Estado, reforzando nuestra cohesión interna y nuestra proyección exterior'. La tercera labor consiste en 'redoblar esfuerzos para que España vuelva a crecer y a crear empleo'. Y que sea 'cuanto antes y de forma sostenible', añade.

El monarca explicó que, como el mundo es más global en sus posibilidades, pero también en sus desafíos, hace falta tomar decisiones con 'visión anticipatoria' para estar a la altura de los retos planteados, lo que sólo se conseguirá con 'tesón y fortaleza'.

'Esa mayor fortaleza requiere el más amplio entendimiento y solidaridad entre todos los españoles, entre todas y cada una de nuestras comunidades autónomas. No nos podemos permitir que las legítimas diferencias ideológicas resten energías al logro de los consensos que piden nuestros ciudadanos', señaló.

A su juicio, todos saben 'el camino a seguir', como se ha demostrado en las últimas décadas, al ser 'capaces de resolver grandes problemas, contando con el esfuerzo de todos, la voluntad de acuerdo y el liderazgo responsable de nuestros dirigentes políticos, económicos y sociales'.

Para servir a ese interés general se debe 'aplicar la fuerza de la unidad, del diálogo y del compromiso, en el marco de nuestra Constitución', que 'nos dota de instituciones' independientes, 'claves para la estabilidad y convivencia democrática.

Era imposible que el rey no se refiriera a la grave crisis económica, que 'ha llevado a que el desempleo sea la principal preocupación de las familias españolas'.

'No podemos permitir que las diferencias ideológicas resten energías al consenso'

El paro, que afecta a 'millones de personas', lo sufren muchos trabajadores y empresas 'de diferentes sectores productivos, desde la agricultura y la pesca hasta la industria, pasando por la construcción y servicios. Volver a crecer es el reto más apremiante', según el jefe del Estado, que admite que, aunque se han tomado medidas internas e internacionales, 'queda mucho por hacer'.

Y abogó por 'lograr acuerdos entre nuestras fuerzas políticas, económicas y sociales' para asegurar 'la mayor solidaridad' y 'acometer las reformas precisas'.

Entre esos grandes acuerdos nacionales, el rey situó la educación y la innovación, sobre los que, dijo, lleva insistiendo desde hace tiempo y deben sellarse 'hoy mejor que mañana', porque permitirán aumentar la competitividad y productividad del país.

Los esfuerzos también son necesarios en pro de la igualdad de oportunidades, de los más pobres, de los discapacitados y de las víctimas de 'la inaceptable violencia de género'.

Y, tras mostrar su afecto a las víctimas del terrorismo, defendió acabar con esta lacra 'desde el imperio de la Ley, la acción de la Justicia, la sacrificada entrega de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y la cooperación internacional'. Los avances realizados 'animan a redoblar esfuerzos', también en lo referente al terrorismo internacional, 'que ha secuestrado de forma intolerable a varios compatriotas', en referencia a los cooperantes catalanes secuestrados en Mauritania el 29 de noviembre.

En este sentido, el rey es consciente de que es importante 'consensuar y coordinar al máximo el papel internacional de España', aunque nuestra paz y seguridad 'no pueden desligarse del resto del mundo'.

'Sigamos trabajando para que la honradez sea regla inexcusable de conducta'

Recordó también que dentro de unos días España asumirá por cuarta vez la presidencia de la Unión Europea, justo ahora que, con la puesta en marcha del Tratado de Lisboa, 'resulta prioritario lograr una Europa más unida, dinámica y presente en el mundo'.

Además del sentido de Estado a la hora de gobernar y de ejercer la oposición, el rey también tuvo unas palabras para los políticos en un año que se ha destacado por la proliferación de casos de corrupción que salpicaban a los distintos partidos, como el caso Gürtel, Pretoria o los que afectan a Unió Mallorquina.

'Sigamos trabajando para que prime la fraternidad sobre las desavenencias, la confianza sobre el recelo, el bien colectivo sobre los egoísmos particulares, y para que la honradez sea regla inexcusable de conducta', señaló el monarca. No mencionó directamente ningún caso, pero seguramente tenía presente que precisamente por ellos la clase política se ha convertido en el tercer problema de los españoles, según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas.

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