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El Gobierno trabaja para que Mauritania libere a presos de AQMI

Es una de las exigencias de Al Qaeda junto al pago de un rescate millonario por los cooperantes

PEDRO ÁGUEDA

El Gobierno español ya tiene encima de la mesa las condiciones que ha puesto Al Qaeda para que los tres cooperantes secuestrados el 29 de noviembre sean liberados. Los terroristas, a través del único intermediario que trabaja en la liberación, han pedido que se excarcele a presos de su organización que cumplen condena en Mauritania, así como una cifra de millones de euros.

Moncloa cuenta ya con informes positivos sobre la posibilidad de poder incluir en la negociación la libertad de presos de AQMI por parte del país africano. La excarcelación de presos de la organización terrorista de prisiones del Magreb, nunca de Marruecos o Argelia, ha sido utilizada como moneda de cambio en secuestros anteriores de occidentales, siempre junto al pago de importantes cantidades de dinero.

España ha intensificado la cooperación con Mauritania desde la crisis de los cayucos de 2006, aportando fondos, medios materiales y formación a la Gendarmería en la lucha contra el terrorismo y la inmigración ilegal. Un mes antes del secuestro de los cooperantes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibió a su homólogo mauritano, Mohammed Ould Abdelaziz, quien llegó al poder tras un golpe de Estado y se mantuvo después al ganar unas elecciones avaladas por la comunidad internacional.

España ha intensificado la cooperación con Mauritania desde 2006

El mandatario mauritano realizaba su primer viaje a Europa y había hecho la primera escala en Francia. Según fuentes próximas a la operación para la liberación de los secuestrados, las exigencias de los terroristas afectan también a la puesta en libertad del ciudadano francés, al que también aludía AQMI en su comunicado del 9 de diciembre. Aún así, se espera que Francia colabore por su importante influencia en la zona, pero deje el liderazgo de la operación a España.

El temor de los expertos antiterroristas radicaba en que AQMI planteara condiciones inasumibles por ningún Gobierno occidental, en lo que hubiera constituido una señal de que ya habían tomado la decisión de asesinar a alguno de los secuestrados. En este capítulo de imposibles se incluía la liberación de presos yihadistas encarcelados en España, o la exigencia de la retirada de las tropas españolas de Afganistán.

Las exigencias económicas no serán recogidas en un comunicado

En todo caso, un segundo comunicado de la organización debería incluir negro sobre blanco la exigencia de que sean liberados presos de la organización terrorista, así como una prueba de vida, en forma de fotografía de los secuestrados. En el caso de Albert Vilalta, con tres heridas de bala en una pierna sufridas durante el asalto al jeep, los expertos creen que la foto demostrará que está siendo atendido de las mismas, como aseguró el Gobierno que ya ocurre en el comunicado del martes por la noche. Las fuentes consultadas dan por hecho que las medicinas que el CNI entregó al intermediario, tras conocer la situación de Vilalta, ya han llegado a los secuestradores.

Por contra, las exigencias económicas no serán recogidas en un comunicado que, por otra parte, se considera inminente. En otros secuestros la cifra inicial resultaba desorbitada y fue objeto de negociación con los gobiernos afectados.

“No hay ningún dirigente político en el mundo que manifieste una posición favorable a negociar con secuestradores o terroristas”. Esta fue la respuesta del líder del PP a la pregunta que se le hizo sobre la resolución del secuestro. A diferencia de la contundencia que emplea el presidente del PP cuando se refiere a negociaciones con ETA, Rajoy se limitó a expresar: “Yo, desde luego, siempre diré que no se negocia ni con secuestradores ni con terroristas”. El líder conservador está siendo informado puntualmente. Lo reconoció en un corrillo con periodistas, donde trasladó que hace tres días recibió una llamada de Zapatero para detallarle las gestiones. Durante la charlase enteró de que Vilalta estaba herido de bala y de que la familia ya lo sabía. El jefe de la oposición se mostró sorprendido al encontrarse ayer con todo publicado. Para él era “un secreto” que guardó celosamente. Incluso que Al Qaeda había exigido el pago de un rescate y la liberación de un grupo de sus presos en cárceles mauritanas.

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