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Las reglas de Vic y Torrejón se aplican en Europa

Francia, Reino Unido, Italia y Suecia tampoco empadronan a los inmigrantes sin papeles

DANIEL DEL PINO

Las iniciativas de los ayuntamientos de Vic y Torrejón de Ardoz han reabierto el debate sobre la inmigración. En España, los extranjeros ilegales, al empadronarse, tienen derecho a la vivienda, a la sanidad y a la escolarización. En otros países como Francia Reino Unido, Italia o Suecia, no corren esa suerte.

En el caso del municipio catalán de Vic, que ya ha anunciado dar marcha atrás a la medida, había un trasfondo político. El ayuntamiento tomó la  decisión para aplacar los ánimos de Plataforma por Catalunya, formación de extrema derecha y segunda fuerza más votada.

En la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz es distinto. El PP ganó las últimas elecciones por mayoría absoluta y no hay grupos políticos de esa ideología que puedan provocar una amenaza de ningún tipo.

En otros países europeos como Francia, Reino Unido, Italia, o Suecia, ejemplo de sociedad para todo el mundo, los extranjeros sin papeles no son censados y carecen del tipo de asistencia que España les asegura.

La legislación italiana es muy clara al respecto: 'Si tiene un permiso de larga duración como ciudadano comunitario, o de larga duración extracomunitario por cuestiones de trabajo o familia, e incluso si este permiso está en trámites de renovación, puede inscribirse en el padrón de su ayuntamiento de residencia mostrando los comprobantes necesarios'. Con el empadronamiento viene lo demás: la sanidad, la escolarización, etc. Si no se tiene permiso, no hay lugar a dudas y es mejor no intentarlo.

La legislación italiana ha sido transformada de tal manera que hasta un médico de cabecera tiene el derecho de denunciar la presencia de un inmigrante sin papeles a las autoridades. De darse el caso, el inmigrante será castigado con 'una multa que va de los 5.000 a los 10.000 euros' y será 'acompañado por las autoridades a la frontera'.

En el Reino Unido, si eres un inmigrante sin papeles no existes de cara a tu ayuntamiento. La Agencia de Fronteras deja muy claro que los ambulatorios no podrán admitir a una persona que no sea de la Unión Europea o de los países de la Commonwealth presentando tan sólo su pasaporte. Los inmigrantes sin la documentación en regla sólo serán admitidos en los hospitales en casos extremos como enfermedades de gravedad o accidentes.

El censo en Reino Unido funciona de una manera diferente. Se hace cada diez años y se utiliza estadísticamente sólo para evaluar la evolución de la población en el país. En época de elecciones, los ayuntamientos de cada distrito envían a los domicilios un impreso con el que pueden establecer patrones mucho más exhaustivos. Todos los ciudadanos de las dos regiones económicas citadas anteriormente tienen derecho a participar en las elecciones de su distrito. El resto, siguen estando en el limbo.

En Francia la tarea del registro corresponde a la Oficina de Estadísticas. Los extranjeros sin permiso de residencia no tienen acceso a la sanidad, a la educación y a ningún tipo de subsidio del Estado.

El diario Libération en su edición de Lyon llevaba el pasado martes un artículo sobre la situación de una mujer del Congo muy descriptivo. Scolastique Zouga, de 65 años, ha pasado los dos últimos meses en una residencia de ancianos de la ciudad con un permiso de residencia por enfermedad. Una vez que sus problemas hepáticos han remitido, el ayuntamiento ha decidido no renovarle el permiso y se ha quedado en la calle. Además deberá devolver todas las prestaciones sociales que obtuvo mientras se le tramitaba el permiso.

Suecia tampoco es el paraíso que se puede suponer precisamente. La web oficial del Gobierno no da ningún tipo de información a los inmigrantes sin papeles y se limita a establecer las normas básicas que debe cumplir una persona que pretende entrar en Suecia.

Lo primero es tener un visado de estudiante o permiso de trabajo. Con él, es imprescindible pasar por la oficina de Hacienda para regularizar la situación de cada uno. Allí se tramitará un documento que establece la situación de cada individuo y, en el caso de los trabajadores, especifica los impuestos que deberá pagar. Una vez conseguido ese DNI sueco, empieza la vida para el extranjero. Sin él no se tiene derecho a la sanidad, a alquilar una vivienda, a tener una cuenta en un banco, etc.

En ambos países queda el recurso del asilo. Pero la tendencia en toda Europa es a conceder cada vez menos permisos de este tipo.

Después de ver todos estos ejemplos es difícil establecer qué es lo mejor para el funcionamiento del país. Pero si a los inmigrantes sin papeles no se les concede el acceso a diversos servicios básicos, se pueden producir fracturas sociales como las que actualmente ocurren en Francia, Italia o Reino Unido.

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