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Montilla veta el almacén nuclear para protegeral Tripartito

Ve la planta necesaria pero alude al 'equilibrio territorial' para pedir que vaya a otra comunidad

ALBERT MARTÍN VIDAL

Y al tercer día, José Montilla habló. Lo hizo para lograr que lo que amenazaba con convertirse en una crisis de gobierno de grandes proporciones quedase en una anécdota de fin de semana. El president de la Generalitat anunció ayer que no quiere el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en Catalunya porque, explicó, no hay 'consenso territorial ni social'.

En una entrevista en Antena 3, el president admitió que el cementerio nuclear 'es una necesidad en España', aunque aludió al equilibrio entre territorios para pedir que otra comunidad autónoma asuma la infraestructura. Montilla, que aprobó durante su periodo como ministro de Industria el plan de recogida de residuos nucleares que establece la construcción del ATC, remarcó que para decidir la ubicación definitiva de la planta 'hay que tener en cuenta aspectos de solidaridad y equilibrio territorial', y recordó que Catalunya alberga centrales 'que producen más del 40% de la energía de toda España'. Fuentes del PSC situaron posteriormente este porcentaje por encima del 50%.

La concesión ante ERC, ICV y sectores de su partido enfría el clima político

Montilla remachó sus palabras con dos mensajes explícitos para el presidente Zapatero. 'Nuestra cuota a ese respecto está cubierta', afirmó, en primer lugar. 'El proyecto es del Gobierno de España, no de ninguna comunidad autónoma, aunque son los ayuntamientos los que pueden concurrir', añadió. Además, redondeó su mensaje pidiendo al Ejecutivo que 'sea sensible' al posicionamiento del Govern.

Las palabras de Montilla zanjan los rumores sobre su postura a este respecto, que según algunas voces tenía que ver con las promesas hechas mientras era ministro, y llegan tras una trifulca política que se ha vivido a diversos ámbitos: en el seno del Tripartito, ERC e ICV presionaron a un PSC que esperaba acontecimientos. Y en el ámbito local, las Terres de lEbre se han volcado contra la infraestructura mientras que el ayuntamiento de Ascó la apoya sin fisuras. Y una vez más, el conflicto afectó a las relaciones entre las agrupaciones locales de PSC y CiU y sus direcciones nacionales.

Ascó vota hoy sobre el ATC en medio de una gran presión institucional

Las palabras de Montilla sirvieron para apaciguar de manera instantánea las aguas de su Govern cuando sólo quedan nueve meses para las elecciones. ICV-EUiA se apresuró a felicitarse por el posicionamiento. Su candidato en las próximas elecciones, Joan Herrera, celebró que Montilla se haya 'alineado con el sentido común'. El líder ecosocialista pidió, además, que el PSC se sume a un texto contrario al ATC y que el Parlament se pronuncie al respecto. En las últimas semanas, la formación había advertido que su firmeza en este asunto sería total, hasta el punto de que amenazaron incluso con provocar 'crisis de Govern y si hace falta, de país'.

En la misma línea se expresaba Ignasi Llorente, portavoz de ERC, que valoró positivamente las palabras de Montilla, pero exigió a su partido que 'pase de las palabras a los hechos'. Los dos socios minoritarios del Govern eran muy conscientes de que en la zona del Ebre tienen un granero de votos que lograron con su oposición al Plan Hidrológico Nacional y querían apuntarse el tanto en plena precampaña, por lo que el movimiento de Montilla zanja cualquier tipo de crisis interna.

Estudian la posible incompatibilidad de cuatro ediles que trabajan en la central

También el presidente de CiU, Artur Mas, valoró el anuncio de ayer y expresó su satisfacción ante el 'cambio de opinión' del president.

El PSC, por su parte, no perdió la ocasión de denunciar las 'contradicciones' del principal partido de la oposición. El secretario de organización de los socialistas, José Zaragoza, afirmó que CiU es 'la quintaesencia de los pro nucleares' y señaló que si en el caso de Ascó están en contra es 'por electoralismo y para generar más problemas'. Zaragoza aseguró que la postura convergente de no querer en Catalunya infraestructuras nucleares es 'incompatible' con su soberanismo, y anunció que el PSC no sancionará a su concejal en Ascó en caso de que vote a favor del ATC por 'respeto a la autonomía local'.

Con las posturas ya fijadas desde Barcelona, las miradas estaban puestas ayer en el Ayuntamiento de Ascó, que previsiblemente votará hoy a favor de pedir formalmente albergar la planta. Los nueve concejales de este pueblo de 1.600 habitantes son objeto de un inusual interés. El president del Parlament, Ernest Benach, recordó ayer al alcalde, Rafael Vidal, que la Cámara legislativa aprobó una resolución el 11 de marzo de 2008 en la que se rechazaba la instalación de un almacén nuclear, y subrayó que las resoluciones parlamentarias 'se tienen que cumplir siempre'.

Artur Mas, por su parte, advirtió al alcalde rebelde de la localidad de Ascó con abrirle un expediente informativo si hoy culmina su desafío pidiendo formalmente albergar el ATC. Mas afirmó que 'esto no es como una granja de conejos' sino algo más delicado.

A priori, los pronósticos son claros: los cuatro ediles convergentes, a pesar de las represalias anunciadas, votarían a favor junto con el concejal del PSC si este no atiende a la postura de su partido. IA-FIC, partido de la oposición, ha dado libertad de voto a sus cuatro representantes.

Cuatro de estos concejales, trabajadores en la central nuclear de Ascó o con familiares directos en la planta, saben desde ayer que pueden ver cómo el resultado de la votación es impugnado a petición del Consell Comarcal de la Ribera dEbre. Varios de sus miembros expresaron ayer sus dudas al delegado del Govern catalán en las Terres d Ebre, Lluís Salvadó. Salvadó manifestó que 'si se puede demostrar la relación de causa-efecto entre lo que se votará y el hecho de que están a sueldo de una empresa vinculada al proceso', la impugnación podría hacerse realidad.

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