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Operación Cascos

El antiguo hombre fuerte de Aznar está reflexionando sobre cómo puede ser útil a Asturias. En el PP regional se ha extendido una corriente de opinión favorable a su regreso pero en la sede nacional tienen sus reservas

MARÍA JESÚS GÜEMES

Hace tres meses Francisco Álvarez Cascos reapareció en público. El ex ministro de Fomento acudió a la entrega del premio FAES de la Libertad al rey. Al acto, presidido por José María Aznar, acudió la plana mayor del PP y la mayoría de los responsables que conformaron su Gobierno.

Cascos asistió junto a su mujer, la galerista María Porto. Ya entonces se especulaba sobre su futuro desembarco en el PP de Asturias. Los periodistas lo rodearon, tratando de averiguar qué había de cierto en ello. El 'general secretario', tal y como le llaman por sus dotes de ordeno y mando durante la época en la que ejerció de número dos del PP, desmintió que fuera a convertirse en el próximo candidato al Principado. 'Ni se me pasa por la cabeza. Ya limpié muchas letrinas', comentó. Se le veía orgulloso y satisfecho de que su nombre estuviera circulando. Más aún de que, con ello, muchos se estuvieran poniendo nerviosos.

Hoy, sin embargo, parece que las cosas han cambiado. Por lo visto se lo está pensando. El PP asturiano se ha movilizado para pedir que vuelva. Y él observa cómo se desplazan las piezas por el tablero de ajedrez a la espera del jaque mate. En silencio. Algo que llama poderosamente la atención de los que le conocen bien. Saben que la situación ha cambiado porque, por primera vez, 'no ha cortado de raíz los rumores, ni ha desautorizado a nadie'. Sus amigos lo ven ahora con ganas, y están convencidos de que aceptará el reto.

Durante la legislatura pasada también se le tanteó, pero se opuso rotundamente. No le apetecía y así se lo trasladó a varios compañeros. 'Segundas partes nunca fueron buenas', dijo. Actualmente, según los que le rodean, 'escucha y calla'. Toda una señal.

Está preocupado por la crisis y su repercusión en Asturias

En 2004, al término de la legislatura, Cascos abandonó voluntariamente la política. El ex ministro reunió a su familia y a unos cuantos amigos para transmitirles su decisión. Entendía que había colmado sus aspiraciones. 'Voy a dar un paso atrás', proclamó. Ahora, algunos de los que estaban presentes en aquel encuentro recuerdan que eso no significa que no lo pueda dar 'hacia adelante' y están convencidos de que le queda 'mucho camino por andar'.

Durante todo este tiempo, Cascos ha permanecido en un discreto segundo plano. Pero sin perder de vista todo lo que ocurría tanto dentro como fuera de su casa. Hasta 2007 no se animó a participar de nuevo en un mitin. Coincidiendo con las elecciones municipales y autonómicas acudió a arropar la candidatura de Esperanza Aguirre. Por aquel entonces se comentó que la líder del PP de Madrid le había ofrecido un puesto como consejero de Infraestructuras en su Gobierno. Desde entones, sus intervenciones han sido contadas. Hasta ahora, que vuelve a dejarse ver y querer. Y curiosamente mucho por su tierra.

Todo el mundo cree que el punto de inflexión se produjo el pasado 12 de junio, cuando fue a Avilés a recibir la Sardina de Oro. Durante su intervención hizo un duro diagnóstico de la situación de España, de Asturias, habló de la crisis económica y pidió un pacto de Estado. Su discurso fue criticado por los socialistas a quien no les pareció el marco adecuado para ese análisis. Pero desde sus filas le aplaudieron y, ahora, destacan 'su intuición sobre lo que iba a ocurrir'.

Aquella cita no fue sólo una entrega de premios. Fue el comienzo de la operación Cascos. Tras el verano, el ex ministro se reunió otra vez con su gente. Y les trasladó su preocupación por lo que sucedía en el Principado... Pensaba que se le había hurtado el AVE, que la situación de desempleo era insostenible... 'Dijo que estaba reflexionando sobre cómo podía ser útil a su tierra', comenta uno de los asistentes.

Fue decirlo y de la noche a la mañana comenzó a extenderse una corriente de opinión favorable a su figura. Esta, con los meses, ha ido adquiriendo fuerza. Hasta que el pasado 20 de febrero las juntas locales del PP en el Oriente de Asturias reclamaron públicamente su regreso. La petición se plasmó incluso en un comunicado al que se han ido sumando diputados y altos cargos del partido. En este documento se insta a la dirección regional a mover ficha y avalar a Cascos como cabeza de lista.

No todo son apoyos. El ex ministro está enfrentado al PP de Gijón

Pero el empujón definitivo llegó hace tan solo unos días cuando los dos hombres fuertes del PP asturiano el presidente del partido, Ovidio Sánchez, y el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo dieron su visto bueno. El primero dijo que era 'un gran maestro'; De Lorenzo lo elevó a la categoría de 'galáctico'. Con los piropos bastaba. Como Cascos mantenía una relación fría con ambos, el gesto, para los casquistas, fue interpretado como una bendición. 'Son unos apoyos muy significativos', comentan desde el PP asturiano.

Además, Sánchez ya anunció en el congreso regional de noviembre de 2008 su intención de no repetir como candidato por cuarta vez. El presidente del PP de Asturias esperaba, eso sí, que Rajoy contara con él como europarlamentario. Sin embargo, al final cayó de la terna y algunos en su partido piensan que tal vez ahora se vea tentado de reconsiderar su marcha. Él ha zanjado cualquier debate sucesorio. Desde su círculo dicen que no va a hacer comentarios porque María Dolores de Cospedal ha dicho que no toca. Será en septiembre, al elaborar las listas, cuando se reabra. Quieren cumplir los plazos escrupulosamente.

Pero los que impulsan la candidatura de Cascos consideran que no se puede esperar tanto. Para ellos, el momento es perfecto. Además creen que hay que aprovechar que también se está hablando de que el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, puede retirarse dando paso al secretario general de la Federación Socialista Asturiana, Javier Fernández.

En el PP no todos se creen los desvelos de Cascos por Asturias. Algunos mantienen que le mueven otros intereses. Piensan que la crisis económica también le ha pasado factura y recuerdan malintencionadamente que tiene varias familias a las que mantener. Además, hay quien está convencido de que lo hace para escapar de las redes del caso Gürtel. En el poder, sería aforado.

Más de uno en el partido resalta la gran amistad que tiene con el ex tesorero y senador, Luis Bárcenas, que está imputado en la trama corrupta. Cascos siempre le ha defendido ante Rajoy, algo que ha levantando ciertos recelos en las filas conservadoras.

En el sumario, cuyo secreto se levantó parcialmente en octubre de 2009, consta una conversación entre el principal imputado, Francisco Correa, y José Luis Peñas, ex concejal del PP en Majadahonda y la persona que activó la investigación. 'Le he dado a Bárcenas, en su casa y en Génova [sede del PP], más de 1.000 millones por adjudicaciones de obras de la época Cascos', decía el cerebro de la trama. También aparece una declaración de Correa al juez Garzón en la que dice que el ex hombre fuerte de Aznar le había otorgado la cuenta de AENA (organismo dependiente de Fomento).

Los suyos están convencidos de que con él obtendrían mayoría absoluta

El ex vicepresidente, que ha ejercido varias veces su derecho de rectificación y ha interpuesto querellas cada vez que se le ha vinculado a este escándalo de corrupción, lo negó inmediatamente y afirmó que en ese departamento se cumplían estrictamente las normas sobre contratación. Los que le conocen sostienen que si hubiese estado 'envuelto en algo' ya hace tiempo que habría salido a la luz. 'Es el hombre más investigado del mundo', resaltan.

En la sede nacional hay quien está convencido de que Rajoy no aceptará con facilidad su candidatura: 'Ha dicho que va a mirar con lupa a cada uno'. '¿Alguien se imagina a Cascos firmando el código ético', señala un diputado desconfiado. Desde el PP de Asturias algunos amenazan con 'la guerra'. Los casquistas están seguros de que con él pueden lograr la mayoría absoluta.

Pero desde la cúpula se valoran pros y contras. Reconocen que es un 'gran activo', tal y como atestiguan todas las encuestas internas que manejan, pero creen que es una persona 'un tanto delicada' por no decir 'conflictiva'.

Además, no quieren pensar en qué es lo que ocurriría si perdiera. '¿Va a pasarse cuatro años en la oposición? No se lo cree nadie', destacan. Y, por eso mismo, consideran que es 'bastante arriesgado'. Además, estudian si podría provocar la movilización de la izquierda. Con su imagen, la que aún hoy algunos identifican con el doberman del vídeo del PSOE, echaría para atrás a muchos votantes. También hay quien apuesta por alguien más joven para la 'regeneración' del partido. Cascos tiene 62 años. 'Pero nadie se atreve a sacar los pies del tiesto. Todo está paralizado a la espera de que se pronuncie', lamenta un dirigente de la formación regional.

En junio de 2009 pidió un pacto de Estado en un discurso en Avilés

Y es que no todo son apoyos. El PP de Gijón se ha convertido en el grupo de los irreductibles. Cascos ha tenido tantos encontronazos con su presidenta, Pilar Fernández Pardo, que en 2005 decidió trasladar su acta de militante a Madrid. A su juicio la líder de la formación local tuvo un 'comportamiento indigno' al atribuir responsabilidades políticas en los atentados del 11-M a la ex Delegada de Gobierno en Asturias, Mercedes Fernández.

Lejos de solucionarse, la situación empeoró cuando el pasado mes de noviembre aparecieron los ficheros personales del ex ministro en la basura. Cascos denunció a Fernández Pardo ante la Agencia de Protección de Datos y llevó el asunto al Comité de Garantías. Dicho órgano ha abierto un expediente, ha nombrado instructor y está estudiando el caso. El PP de Gijón ha desmentido 'rotundamente' los hechos.

En su círculo afirman que Cascos iría 'a gobernar' y no a 'ajustar cuentas'. El diputado nacional por Asturias Isidro Fernández Rozada, amigo suyo desde hace 30 años, dice que su regreso genera 'ilusión' y le anima a hacerlo: 'Espero que la valoración que está haciendo se torne en positivo'.

Varios dirigentes del PP asturiano han hecho público un comunicado en el que solicitan a la dirección regional que “se le pida formalmente a Cascos que adopte la decisión de regresar a la política activa en Asturias con el fin de encabezar la candidatura autonómica del PP al Principado de Asturias en mayo de 2011” y que, para ello, active “los cauces” necesarios. La promotora de la iniciativa fue la alcaldesa de Peñamallera Alta, Rosa Domínguez de Posada. Lo hizo, según cuenta, “porque la gente de la calle” se lo pedía. “Aquí es un clamor”. La regidora cree que no hay nadie mejor que el ex vicepresidente del Gobierno de Aznar para el cargo porque “con él Asturias siempre estuvo representada en el Consejo de Ministros y volverá a ser protagonista”. “Creo que es una ola imparable”, dice absolutamente convencida de la campaña que ha activado ya no tiene freno. Algunos creen que todo se ha acelerado mucho. Pero, lo cierto, es que en el PP asturiano se están moviendo y cada día son más las voces que se adhieren a la causa. 

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