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Aguirre pone en peligro las escuelas para adultos

Madrid elude concretar fecha y presupuesto para las ayudas a los cursos organizados por las entidades sin ánimo de lucro en 2009-2010

ROCÍO AGUILAR

Siete meses después de que haya comenzado el curso, el Gobierno de la Comunidad de Madrid sigue sin dar un solo euro a las entidades sin ánimo de lucro de enseñanza adulta. La respuesta de la consejería dirigida por Lucía Figar es que 'la orden se está tramitando' y que a lo largo de este mes se publicará en el BOCM, pero no especifica qué cantidad va a otorgar ni cuándo podrán cobrar las ayudas.

Las más de 70 organizaciones que se benefician de esta subvención llevan años sufriendo los retrasos y los recortes. Así lo denuncia la Federación de Escuelas Populares de Personas Adultas de Madrid (FEPPAM), integrada por 14 asociaciones que enseñan a más de 3.500 adultos en los barrios más desfavorecidos de la capital desde hace más de 30 años.

Su vicepresidenta, Rosa Poza, explica que la anterior convocatoria de subvenciones, para el curso 2008-2009, ya llegó tarde, con las clases empezadas (en noviembre de 2008). Además, la partida se redujo el curso pasado en casi un 40% respecto al curso anterior. Es más, Poza señala que 'hace diez años, estas escuelas recibían 12.000 euros anuales, y la última partida no llegó a los 5.000'.

La portavoz de la FEPPAM critica asimismo que la Comunidad dio la orden de que no empezaran el curso hasta que no se hubieran convocado las ayudas. Sin embargo, las entidades y los profesores voluntarios han hecho caso omiso a esta petición para que los alumnos no se quedaran sin clase. Entre ellos hay inmigrantes que aprenden castellano, jóvenes que abandonaron su formación y han decidido coger los libros al quedarse en paro y personas mayores.

Perder las clases sería insoportable para la mayoría de las 200 mujeres, de 60 a 85 años

Perder las clases sería insoportable para la mayoría de las 200 mujeres, de 60 a 85 años, que asisten a la escuela popular Valle Inclán, en el barrio de Aluche. Allí recuperan el curso que la Guerra Civil y las penurias económicas de la posguerra les impidieron tener. Muchas de ellas abandonaron la enseñanza a los 12 ó 13 años. La niñez fue sustituida por el trabajo a muy temprana edad, el cuidado de los hermanos y el sostenimiento de la familia.

Este es el caso de Juana Gallardo, que tuvo que ponerse a trabajar al cumplir 9 años, cuando a su padre se lo llevaron preso por ser del bando republicano en Jaén. A sus 77 años, Juana cuenta que de joven hizo 'de todo, menos aprender', desde azuzar a un burro en un tiovivo, hasta recoger hortalizas en el campo y alimentar a los animales para ayudar a su familia durante los 17 años que su padre estuvo en prisión.

Encarnación Reyes relata emocionada una historia parecida. Tenía tan sólo 7 años cuando empezó a fregar escaleras. Sus padres tuvieron que huir durante la guerra y ella se quedó a cargo de otra familia. Durante los años que duró el conflicto fue a la escuela, pero cuando sus padres regresaron tuvo que ponerse a trabajar.

Juana, Encarnación, Rómula y Josefa aseguran que su escuela les ha dado la vida, ya que además de sentirse útiles, hacen amigas y se olvidan por unas horas de los problemas. La mayoría de estas mujeres son viudas y viven solas. 'Cuando se muere el marido y los hijos se van de casa, te quedas sola. En el aula te recuperas, porque llena todos los vacíos que puedas tener', explica Teresa Manzano. Esta mujer de 75 años dice sentirse orgullosa por haberse sacado el graduado, pese a no tener 'ni base ni retentiva'. 'Me sentí como si fuera capaz de volar', sostiene.

Las mujeres aseguran que no se hacen a la idea de que la escuela pueda cerrar

Las mujeres aseguran que no se hacen a la idea de que la escuela pueda cerrar: 'Yo no falto a clase ni con el temporal', afirma entre risas Dionisia, de 76 años. Aunque una de las características de la educación de adultos es la irregularidad en la asistencia, Lola Moreno, una de las monitoras del equipo pedagógico, admite que sus alumnas no 'hacen novillos' ni un solo día. Sólo se ausentan por enfermedad, como María, de 81 años, que ha vuelto a las clases después de que un infarto le exigiera descansar. Quiere recuperar el tiempo perdido: 'Ahora tengo que tener la tabla delante para multiplicar, porque sino no me sale'.

La FEPPAM sigue esperando una respuesta del Gobierno de Madrid para asegurar sus cursos. Después de enviar cartas a la consejería y recoger firmas, no han recibido ninguna respuesta, dice Poza, quien insiste en la necesidad de estos servicios sociales, sobre todo, con la crisis económica.

La portavoz de Educación del Partido Socialista de Madrid, Fátima Peinado, también afirma que la crisis no es excusa para que se retrasen estas subvenciones, ya que precisamente ahora 'hay que fomentar que las personas con menor cualificación consigan la formación necesaria para encontrar empleo'.

Desde Izquierda Unida, la portavoz madrileña del área de educación, Eulalia Vaquero, afirma que con este retraso la comunidad demuestra 'su desidia y dejadez hacia colectivos sociales más vulnerables' Según datos que maneja esta formación, el 55% de los alumnos de los centros de educación adulta son mujeres un 25% de ellas inmigrantes. Los jóvenes sin titulación, uno de los grupos más afectados por la crisis, son también los principales beneficiarios de estos cursos.

167 centros dependientes de las comunidades autónomas

Un total de 167 centros públicos en toda España imparten enseñanzas de Formación Profesional (FP) y Programas de Cualificación Profesional Inicial para población adulta.

135 institutos ordinarios

Del total de estos centros, 135 son Institutos de Educación Secundaria (IES) ordinarios. Otros 18 responden a institutos específicos, en los que sólo se imparten materias de FP. Además, hay tres centros integrados y diez unidades de formación e inserción laboral, las UFIL. En Madrid, en 2008, había 69 CEPA (Centros de Enseñanza para Adultos).

421.277 alumnos adultos en España

El curso 2008-2009 contó con 421.277 alumnos matriculados en Educación de Personas Adultas. El 95,6% estudió en centros públicos. De ellos, 136.494 se matriculó en enseñanzas iniciales de Educación Básica. Y 158.352 lo hizo en estudios de ESO.

10,4%, porcentaje de población

El 10,4% de la población española entre 25 y 64 años participó en educación y formación en 2008. La media de la UE fue del 9,6%.  

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