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El Congreso cierra el debate de la reforma electoral

PSOE, PP y nacionalistas se oponen a corregir la falta de proporcionalidad del sistema y la penalización a las minorías

JUANMA ROMERO

La voz de Gaspar Llamazares denotaba ayer rabia, decepción, amargura. No era para menos. Él y su formación, Izquierda Unida, fueron derrotados en su enésimo intento de que se acometa un cambio profundo de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), de 1985. Una ley que castiga a las minorías. IU (y su socio catalán, Iniciativa per Catalunya Verds), con 969.000 votos en 2008, obtuvo dos escaños.

PSOE, PP y los nacionalistas (CiU, PNV y Coalición Canaria) se opusieron a corregir la desproporcionalidad del sistema, disfunción que reconoció el Consejo de Estado en el informe que hizo público en 2009. Y la de ayer era la última esperanza. No habrá más. La subcomisión del Congreso encargada de estudiar posibles modificaciones de la LOREG discutirá de ajustes menores, pero ya no volverá a cuestionar el grueso del sistema.

IU no fue la única víctima. También se venció a UPyD, cuya portavoz, Rosa Díez, no es miembro de la subcomisión. Al órgano acudió la representante del Grupo Mixto, Ana Oramas, de Coalición Canaria.

“PP y PSOE se han unido para tumbar la reforma. Han consagrado la ley del embudo, lo ancho para los mayoritarios y lo estrecho para IU –relató el diputado Llamazares a este diario–. Han dado un portazo, han dicho no a todo, a que el Congreso crezca a 400 diputados, a cambiar la fórmula D’Hondt por otra más proporcional, a rebajar de dos a uno el número de escaños mínimo por provincia...”.

Los demás grupos adujeron razones similares. Básicamente, que no hay consenso y que la maquinaria funciona, aunque tenga deficiencias: “El sistema ha dado estabilidad y ha garantizado la gobernabilidad y el pluralismo político”, reconocieron ayer fuentes conservadoras. “Lo que no asumo es que se diga es que una ley antidemocrática: la votaron las Cortes Generales. No puede tolerarse un sistema a la carta”.

Afirmación a la que respondió Llamazares: “No, ni plato a la carta ni menú del día. Es una condena de hambre, una trampa, una botella de aceite de ricino para nosotros”.

Pero tocar la LOREG podría afectar a la gran médula del anclaje democrático: la Constitución, “y tanto PSOE como PP han dejado claro que no es momento de reformarla”, subrayó Oramas, quien añadió que la propuesta de IU y UPyD “no es viable hoy”.

Llamazares se está planteando levantarse de la mesa de la subcomisión. Lo consultará con la dirección de IU, pero rechaza los “diálogos de besugos”. “Ya no estoy para comedias”, dijo, todavía con la amargura en la boca.

Los trabajos de la subcomisión no han concluido, aunque ya se haya finiquitado la discusión sobre el grueso de la LOREG. El 14 de abril, los diputados estudiarán diversas modificaciones, 'también importantes', como defendieron todos los grupos menos IU: la simplificación de la papeleta del Senado, el desarrollo de las campañas electorales y de los debates, la publicación de encuestas... Además, hay acuerdo en combatir mejor el transfuguismo (por ejemplo, impidiendo a los que dejen un partido firmar una moción de censura), imponer una fianza a las formaciones que concurran a elecciones (y evitar así fraudes con el censo) o cubrir las vacantes de los parlamentarios que estén enfermos o de baja. 

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