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La quinta del biberón echa dientes

La generación de Pajín ocupa crecientes parcelas de poder en el PSOE

GONZALO LÓPEZ ALBA

Explica Eduardo Punset, que se reinventó como divulgador científico después de ejercer como político, que cuando la manada se enfrenta a una situación de crisis siempre elige como guía a alguno de sus miembros jóvenes, bajo la premisa de que son los más predispuestos a realizar los imprescindibles cambios de opinión y comportamiento para encontrar la salida (El viaje al poder de la mente, Destino).

Hasta la fecha, este principio siempre ha funcionado en la política española y, para anticiparse a su repetición, una de las preocupaciones constantes de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido, desde el mismo momento en que accedió al liderazgo del PSOE, preparar el banquillo socialista para evitar que cuando lleguen sus idus de marzo ocurra a su partido lo mismo que cuando se produjo el ocaso de Felipe González y el cuello de botella no pudo desatascarse hasta que los de su generación terminaron de ajustarse cuentas a dentelladas.

El PSOE es hoy un partido en transición generacional, lo cual resulta un hecho digno de apreciar tratándose de una organización en el poder. El ejemplo más relevante se produjo el pasado fin de semana en Andalucía, la federación socialista más importante, donde la imagen de cambio suave en la cúspide José Antonio Griñán es, como Manuel Chaves, de la cosecha del 82 ha alejado el foco de la revolución que se ha producido en el siguiente escalón con el relevo en la vicesecretaría general de Luis Pizarro, uno de los inmortales del socialismo andaluz, por Rafael Velasco, de la quinta política de Leire Pajín.

Las transiciones en Andalucía y Canarias anticipan otros procesos de renovación 

Teniendo en cuenta que ni el fuerte ni el interés del presidente de la Junta de Andalucía y nuevo secretario regional han sido nunca la llamada vida orgánica, el ascenso de Velasco supone que el volante del partido pasa de las manos de un histórico de 63 años a las de un curtido joven de 36, con todo el futuro por delante y mucho entrenamiento por detrás viene de ser secretario de Organización y es ya el más antiguo en la Ejecutiva. Y, si a este cambio se añade que Chaves sale de la Ejecutiva para no hacer luz de gas a su sucesor, queda Bibiana Aido como único referente de la dirección andaluza en el Consejo de Ministros.

El cambio en Andalucía, después de diferirse largamente, se ha tenido que acelerar para intentar frenar el declive electoral que parecía ya imparable con Chaves después de casi veinte años gobernando y para legitimar a un presidente que no ha pasado por las urnas, pero siendo el caso más relevante no es el único de características similares que se ha producido desde que Leire Pajín asumió en julio de 2008 la difícil tarea de la Secretaría de Organización.

Velasco, como Pajín, procede de la cantera de las Juventudes Socialistas, de donde por cierto salieron también Zapatero o José Blanco. Allí coincidió Pajín con Eduardo Madina, propulsado a número dos del grupo parlamentario; Roberto Jiménez, secretario general de Navarra, o José Manuel Caballero, secretario de Organización de Castilla-La Mancha. La red de conocidos de la Masía del PSOE empieza a ser densa, especialmente entre los nuevos secretarios de Organización. Pero si los nacidos en la década de los 70 están representados en el Consejo de Ministros, con Carme Chacón y Bibiana Aido, es porque la renovación generacional entronca directamente con las ideas de Zapatero.

Pajín aún está lejos de controlar el partido como José Blanco, entre otras razones porque el ministro de Fomento nunca se ha olvidado de ejercer de vicesecretario general, pero no ha dejado de ir colocando peones y alfiles que sitúan en posiciones que ya son muy influyentes en el presente, y pueden resultar determinantes en el futuro, a los que eran jóvenes veinteañeros cuando el hoy presidente del Gobierno asumió el liderazgo del partido. La quinta del biberón ha echado ya dientes, y hasta colmillos.

La secretaria de Organización ha logrado que Guerra se someta a la Fundación Ideas

La benjamina de Nueva Vía, el grupo que llevó a Zapatero a conquistar el poder en el PSOE y que ha alumbrado también con el ex ministro Jordi Sevilla a su primer disidente oficial, a pesar de que le han llovido todos los chuzos desde que el PSOE sufrió su primer gran revés electoral con la derrota en los comicios europeos de 2009, ha ido desatascando calladamente algunos problemas internos que estaban enquistados.

Así, es Pajín quien finalmente ha logrado convencer a Alfonso Guerra para que aceptara someter su ínsula de la fundación Pablo Iglesias a la macrofundación Ideas, que dirige Jesús Caldera, y ha sido también ella quien ha dado el último empujón a Juan Fernando López Aguilar para que este fin de semana haya pasado el testigo en Canarias, poniendo fin al enconado desconcierto de una organización que se ha revuelto contra el intento de ser dirigida desde Bruselas a golpe de móvil. La carpeta de asuntos pendientes aún contiene otros dossieres importantes, como que Vicente Álvarez-Areces ceda esta vez sí el cartel de candidato presidencial en Asturias a Javier Fernández, pero los dos referidos no eran menores.

Hija de su tiempo, una de las inquietudes de Pajín ha sido incorporar las nuevas tecnologías, como Twitter y Facebook, a la comunicación política. Pero tampoco ha descuidado los métodos clásicos. En un año medio, desde julio de 2008 a diciembre de 2009, recorrió 76.000 kilómetros y realizó 190 visitas territoriales.

Uno de los bucles biográficos más interesantes de la reciente historia del PSOE es que cuando, en el año 2000, se estrenaron como diputados los jóvenes Rafael Velasco y Leire Pajín la de menor edad de aquella legislatura, ambos fueron proahijados políticamente por un tal Griñán. Añada y reserva.

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