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"Recibimos muchas presiones de la Iglesia"

Juan Pedro Oliver. Abogado. Presidente de la Asociación Prodeni.

RAMIRO VAREA

'Lo pasamos mal. Fue un proceso duro y recibimos muchas presiones para retirar la denuncia. La Iglesia es muy poderosa', afirma al otro lado del teléfono el abogado Juan Pedro Oliver. Este letrado, presidente de la Asociación Pro Derechos de los Niños-PRODENI,recuerda las dificultades que afrontó durante la defensa de un niño de 12 años que sufrió abusos sexuales por parte del cura de Aldeire (Granada), Amador Romero. El sacerdote fue condenado en 2001 a 18 meses de prisión por un delito continuado de abusos sexuales, con la agravante de abuso de confianza. '[El acusado] entabló una relación guiada por un ánimo libidinoso, abrazando al menor, besando al mismo, llegando a quitarle la ropa [...], tocando al niño sus genitales e invitando a este a actuar de igual forma, pidiendo al menor que lo masturbara', recogió la sentencia.

'El obispo, en lugar de ayudar a aclarar el caso, hizo todo lo contrario'

¿Cómo fue aquel proceso judicial?

Largo y difícil. El chico sufrió abusos durante dos años y le costó denunciar. Finalmente lo hizo en 1997 y, hasta 2001, el juzgado no dictó la sentencia. El obispo de Guadix no nos hizo caso. Recuerdo que le propuse que retirara al cura del pueblo, por lo menos durante lo que durase el proceso judicial. No sólo no lo hizo, sino que envió una carta al Colegio de Abogados pidiendo que me sancionaran porque mis palabras suponían un ataque a su independencia. Y, por supuesto, el acusado negó todos los hechos y dijo que todo era una campaña nuestra para obtener notoriedad. Fue reconfortante el apoyo que tuve de algunos curas de la provincia.

¿Qué dificultades tuvo en la defensa del menor?

'En un pueblo pequeño, la palabra de un cura aún pesa mucho'

Muchísimas. Para empezar había miedo en el pueblo y mucha gente se posicionó a favor del cura. Algunos chicos, compañeros de mi cliente, no querían hablar. Y encima, la víctima se veía señalada como el malo de la película porque no le creían. El cura era poco menos que un personaje intocable en el pueblo. Pero lo que más me sorprendió fue la reacción del obispo Juan García- Santacruz. En lugar de colaborar y ayudar a aclarar el caso, hizo todo lo contrario. Mantuvo al cura en el mismo pueblo, puso trabas y dificultades en mi defensa, me atacó a mídirectamente.

¿La Iglesia es aún intocable?

La Iglesia cuenta con muchísimos apoyos. La cultura católica está arraigada en el pueblo desde hace siglos. Y en un pueblo pequeño, la palabra de un cura aún pesa mucho. Los sacerdotes tienen una autoridad moral muy grande. Hay gente que teme a la Iglesia. Después está la ley del silencio: si algo ocurre, es mejor taparlo.

'Aconsejamos que se denuncie siempre porque favorece a la víctima'

¿Cómo se encuentra en la actualidad la víctima?

La verdad es que se recuperó muy bien, aunque fue una experiencia tremendamente traumática porque, además, el ambiente en el pueblo era muy incómodo. Pero con ayuda de un psicólogo y la de sus padres superó la situación.

¿Es fundamental denunciar este tipo de abusos?

Aconsejamos que se denuncie siempre. El hecho de que se reconozca la validez de la palabra de la víctima supone un punto de apoyo importante hacia el niño, y va a favorecer su recuperación psicológica.

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