La cabeza visible de la Iglesia católica en España, el cardenal Antonio María Rouco Varela, habló el martes por primera vez sobre el escándalo de los abusos sexuales a menores en la Iglesia que se ha reproducido en las últimas fechas en varios países, entre ellos España. Y lo hizo a su manera. El presidente de la Conferencia Episcopal Española evitó las referencias explícitas a los abusos, renunció a cualquier tipo de condena o autocrítica (al contrario de lo que han hecho ya buena parte de los episcopados europeos) y olvidó ofrecer consuelo a las víctimas.

Rouco se limitó a mostrar su apoyo personal e inquebrantable a Benedicto XVI, a quien dijo sentirse 'muy unido en estos días' en que está recibiendo tantas ofensas y ataques.

'Hoy conviene, ante el momento actual que vive la Iglesia y la consideración del sacerdocio, volver la mirada al Año Sacerdotal junto al Santo Padre', afirmó el cardenal de Madrid durante la celebración de la misa crismal, oficiada en la catedral madrileña de la Almudena, en presencia del Nuncio Apostólico del Vaticano en España, Renzo Fratini.

En la misma línea se manifestó el miércoles el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro. 'Nada, ni siquiera las opiniones de los hombres, por muy organizadas y orquestadas que estén, destruirá el ministerio sacerdotal que con tanto amor ha diseñado el mismo Jesucristo', sostuvo el prelado.

Osoro defendió el sacerdocio 'ante la agresión grave a la Iglesia' que a su juicio está viviendo la jerarquía, 'por motivos en los que ciertamente el pecado entra' en la historia del clero. 'No os dejéis vencer por el mal', remachó.

Más contundente se mostró el obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, quien a través de una carta dirigida al propio Ratzinger mostró su 'repulsa por la campaña difamatoria e injusta' desencadenada contra el Papa. Fuentes eclesiales insisten, no obstante, en que estas muestras de adhesión al Pontífice son 'a nivel particular', informa Europa Press, aunque no descartan que el episcopado emita también una carta pública de apoyo.